Los slashers de los noventa están de regreso: desde las últimas películas de Scream con Jenna Ortega y Melisa Barrera hasta la más reciente Destino Final, la industria está buscando revivir este subgénero con el objetivo de entretener a nuevas generaciones y apelar a la nostalgia de quienes crecimos con ellas en el camino.
Esta no es la primeva vez que se busca recuperar la popularidad de Sé lo que hicieron el verano pasado: ya había tenido una continuación en 1998, una tercera entrega llamada Siempre sabré lo que hiciste el verano pasado (2006) y hasta una serie de televisión en 2021. Esta versión que ya está en cines funciona más como una secuela directa de la película de 1997, y repite (casi) la misma fórmula.
Es 4 de julio y un grupo de cinco amigos se reencuentran en el legendario pueblo de Southport. La noche en la que salen a festejar y a ver los fuegos artificiales provocan un accidente de auto que deriva en la muerte de su conductor. Como tienen mucho que perder y una vida por delante, se van de la escena del crímen sin mirar atrás y hacen borrón y cuenta nueva. Pero, como ya nos enseñaron estas películas, nunca se puede escapar del pasado.
Un año después reciben la famosa nota y desde ese momento, el asesino de impermeable, capucha y garfio de pescador regresa para cobrar su venganza y asesinar a cada uno de los involucrados de las formas más ocurrentes. En medio de todo esto y ante la inoperancia de la policía, nuestros protagonistas recurren a la ayuda de los dos únicos sobrevivientes a estos sucesos.
Jennifer Love Hewitt y Freddie Prince Junior participan del film únicamente para cubrir con la cuota de nostalgia e incluso rescatar algunas de las frases icónicas de la franquicia. No nos engañemos: aunque Sé lo que hicieron el verano pasado se disfrace de “homenaje” no deja de ser una suerte de copia de la versión de 1997.
Dentro del joven elenco que forma parte del film tenemos a Madelyne Cline (Glass Onion), Tyriq Withers (Him), Jonah Hauer-King y Chase Sui Wonders (The Studio) como la más destacable del elenco. Por supuesto, todos son hegemónicos y caen dentro de los roles establecidos por este tipo de slashers: el deportista, la “chica final”, la rubia superficial, etc.
Los giros del final en donde descubrimos quién es el culpable son sumamente predecibles y carecen de todo tipo de lógica. Si nos detenemos a analizar los hechos un segundo, nada en esta película tiene sentido y se nota que ninguna de las cabezas creativas se detuvo a pensar en alguna idea levemente más original relacionada con la investigación del caso. Las cosas suceden y punto.
Lo que podemos destacar es que aquí estamos ante un espectador con el ojo entrenado que ya se imagina cómo será el orden posible de muertes. En este sentido y al igual que como hicieron con la última entrega de Destino Final, esta versión de Sé lo que hicieron el verano pasado juega un poco más con la secuencia de víctimas generando cierta sorpresa y expectativa por ese lado. Para diferenciarse de la película de 1997, también apuesta a los cambios tecnológicos de los últimos 28 años, así que habrá chistes relacionados a apps de criptomonedas o a grupos de chat para avisar si alguno está en peligro.
En esencia, Sé lo que hicieron el verano pasado es todo lo que nos podríamos imaginar de este reboot que oficia de secuela. Tiene cero puntos por originalidad, pero para ser francos el que elige ir al cine a ver la continuación de la franquicia lo único que necesita ver es a un grupo de amigos perseguidos por el “pescador” que sabe lo que hicieron el verano pasado.
Hasta ahora, Scream es la única que entendió de verdad cómo destacarse y crear un nuevo enfoque sin perder su identidad. Sé lo que hicieron el verano pasado no le llega ni a los talones, pero no deja de ser una película divertida que mantiene la estética slasher y que acompaña a quienes crecimos en los años noventa a un viaje por el pasado.