
El sector transporte en Lima y Callao se prepara para la jornada de paro anunciada para el 4 de noviembre. El vocero del Gremio de Transportistas Unidos, Martín Ojeda, aseguró que el paro de transportistas del 4 de noviembre no tendrá bloqueo de avenidas.
Ojeda enfatizó que la movilización convocada busca visibilizar la emergencia generada por la inseguridad sin recurrir a actos que afecten la libre circulación ni la integridad de los usuarios.
Durante una entrevista para Exitosa Noticias, el portavoz de los transportistas confirmó el desarrollo de una movilización pacífica que excluye el bloqueo de calles y avenidas.
Ojeda subrayó que la protesta no busca perjudicar a la ciudadanía ni alterar el orden público. “No aceptamos bloqueos, es un delito, también hemos advertido que no se dé quema de llantas, esto también es delito”, declaró.
El objetivo principal es exponer la crisis de inseguridad ciudadana que afecta diariamente a conductores, propietarios de unidades y pasajeros.
En los últimos meses, la incidencia de extorsiones y atentados contra choferes ha provocado la movilización del sector. De acuerdo a los voceros gremiales, los recientes ataques mortales registrados en zonas como Lurín ilustran el peligro constante para quienes operan en este rubro.
Ojeda insistió en que la organización instruyó a los principales operadores del transporte en zonas como el Cono Este para que la manifestación conserve un tono moderado. Del mismo modo, pidió especial cautela a los delegados del Cono Norte con el propósito de evitar la infiltración de individuos que quieran realizar actos de violencia bajo la cobertura de la huelga.
“Queremos demostrarle a la institucionalidad que respetamos, que ya es un tema de desesperación”, explicó el portavoz.

Demanda de soluciones y advertencia sobre infiltrados
El apagón de motores y la reducción significativa de unidades en circulación buscan generar presión para que las autoridades respondan a las exigencias del gremio, sin que ello implique el bloqueo de avenidas ni daños a particulares.
Ojeda también apeló a la comprensión de los pasajeros, quienes verán limitada la capacidad operativa de los servicios, pero recalcó que la protesta prioriza la integridad de la colectividad.
“La movilización es para hacer escuchar las demandas del sector del transporte urbano sin afectar el bienestar de la población o de quienes se desplacen el 4 de noviembre”, puntualizó .
El dirigente recordó que el gobierno, encabezado por José Jerí, dispuso un estado de emergencia en Lima y Callao por 30 días como respuesta ante la creciente ola de delincuencia y extorsiones.
A pesar de los compromisos alcanzados en reuniones previas con las autoridades, Ojeda expresó que la falta de acciones concretas provocó el endurecimiento de la postura gremial.
El vocero aseveró que los acuerdos firmados el 9 de octubre, bajo la gestión de Dina Boluarte, siguen pendientes de cumplimiento y que la actual protesta refleja la urgencia por medidas efectivas.
“El ‘apagado de motores’ y la marcha moderada no es un tema político”, confirmó Ojeda en la entrevista, recalcando que la movilización se fundamenta en el reclamo de seguridad y respeto a la institucionalidad.
