Gonzalo Gutiérrez Taboada grita campeón, como todo Newman: el emblema del equipo fue clave en la final del Top 12 ante SIC: aportó un penal y una conversión, y fue quien pateó la pelota en el final para desatar la explosión de los hinchas, sellando una temporada histórica. A los 38 años, el apertura logró el título que tantas veces se le negó y alcanzó, además, un récord: 182 puntos en playoffs, la mayor cifra desde que existen los cruces directos en URBA.
“Increíble. Después de tanto buscarlo y que se nos negara por un punto tantas veces… Nos trajimos un triunfo impresionante. Qué locura”, expresó el 10 bordó, todavía envuelto en la emoción del título. Fue titular en la segunda final en la historia del club y símbolo de una generación que padeció seis caídas consecutivas en semifinales por la mínima diferencia.
La escena final tuvo algo de símbolo y de justicia. La pelota le quedó justamente a él, el pateador. Taboada la levantó y la envió bien alto con un puntapié corto, casi ceremonial. El silbatazo de Tomás Bertazza llegó en ese instante y desató la explosión en la tribuna de Newman. Entre abrazos, gritos y lágrimas, el número 10 gritó como pocas veces: también era la primera vez que gritaba campeón.
En un partido cerrado, Gutiérrez Taboada falló dos envíos a los palos, pero respondió con sangre fría en los momentos decisivos: convirtió dos penales y una conversión, y sostuvo con el pie la ventaja que su equipo construyó en las zonas de contacto.
“El equipo fue madurando y jugando mejor esos partidos. El deporte da revancha. Después de tanto estar en la puerta, que se nos dé así… Es para que todo el club festeje”, agregó.
El apertura se formó en el club y hoy es parte de su historia grande. Fue parte del plantel en la final de 2008, aunque no estuvo convocado. Esta vez fue protagonista absoluto. “Newman es la segunda casa de uno, la familia. Ojalá esto recién empiece. Vamos por más”, cerró.
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