El escándalo estaba cerca de estallar. La investigación sobre un supuesto documental donde se pretendían contar detalles del juicio donde se intentaba determinar si hubo responsabilidades penales en la muerte de Diego Armando Maradona con la participación estelar de la jueza Julieta Makintach avanzaba. Pero la magistrada lo negaba ante sus colegas del tribunal a cargo del debate, Maximiliano Savarino y Verónica Di Tommaso.
“Me hago cargo de mi ingenuidad y buena intención mal direccionada. Es una alarma de aquí en más para mí. ¡Confío en poder aprender de esto, sin duda así será! Ojalá puedan descansar», escribió la jueza Makintach el sábado 17 de mayo pasado a las 13.14 en el grupo de WhatsApp llamado Juicio DAM [por Diego Armando Maradona] que compartía con Savarino y Di Tommaso.
Unos minutos antes, Savarino había escrito: “Estoy muy molesto. Uno lo que busca es hacer un juicio oral como corresponde. Buen fin de semana”.
Dos días antes había comenzado la investigación del supuesto documental, tras una denuncia presentada por los abogados Fernando Burlando y Mario Braudy, representantes de Dalma y Gianinna Maradona, y Verónica Ojeda, respectivamente. En esa jornada, durante la audiencia, se identificó entre el público a María Lía Aleman [amiga íntima de Makintach] y Juan Manuel D’Emilio, señalados, después, como los guionistas de Justicia Divina, como se había bautizado el documental.

El lunes 19 de mayor, según los chats a los que tuvo acceso LA NACION, Makintach le escribió a sus colegas a las 10.47. “Buen día. Si están disponibles me acerco”.
Pero sus colegas estaban ocupados, según las respuestas que enviaron. Di Tommaso estaba en un juicio y Savarino estaba con una sentencia de un debate.
El 20 de mayo, una audiencia clave del anulado juicio de Maradona, el intercambio de mensajes comenzó temprano. “Buen día. Entiendo que estén molestos y disgustados por cuestiones vinculadas a mí. Pero no hice nada malo. Ni vendí un documental, ni hay operaciones o contratos con productoras, ni ninguno de los delitos que intencionalmente me atribuyen para ensuciar la cancha, porque claro que están negociando todo por atrás y el juicio, la legalidad y la verdad les importa poco y nada”, escribió Makintach a las 7.15.

Los mensajes de Makintach por WhatsApp continuaron. ”Pido disculpas nuevamente y puedo que como colegas puedan cuidarme y resguardar la legalidad del debate entre los tres», fue el chat enviado por la jueza a las 7.18.
En un momento, Makintach le contó a sus colegas que estaba reunida con Rafael Sal Lasri [exjuez Garantías de San Isidro], quien le aconsejó que no se le ocurriera excusarse. “Quisiera que lo pudieran escuchar”, pidió. Di Tommaso le respondió: “Me parece que por ahora no es necesario. Y también creo que vos podés consultar con todos quienes consideres referentes. Por ahora estoy a la espera del paso de estos días. Prefiero estar a la prudencia”. Savarino coincidió.
Ese día, tras un pedido de Patricio Ferrari, uno de los fiscales generales de San Isidro, el juicio se suspendió una semana para conocer el avance de la causa penal por el documental, a cargo de los fiscales Cecilia Chaieb, Carolina Asprella y José Amallo.
El 21 de mayo, a las 17.20, con el juicio suspendido, Makintach escribió en el grupo: “Me arrepiento infinito. Pero no puedo volver el tiempo atrás, así que toca defenderme convencida de que no cometí ningún delito y que esa denuncia no es causal de recusación. Si con una denuncia remueven a un juez, entonces que elijan ellos quien los juzga”.
Seis minutos después, Savarino envió el siguiente mensaje: “Prefiero que nos juntemos el lunes. Mañana debo dedicarme a otras causas. Además, el martes que viene [el día que terminaba la suspensión del debate], tengo la lectura de una sentencia de un juicio unipersonal. Me parece prudente esperar hasta el lunes para juntarnos”.
A continuación Di Tommaso escribió: “Coincido con Maxi. De momento no hay nada nuevo en la causa. Esperemos a ver qué pasa en estos días”.

A las 17.40, Makintach mandó otro chat: “¡Lamento que estén pasando por eso por mi culpa! Mucho que aprender. Mucho. (espero tener la posibilidad de demostrarlo). Nos vemos el lunes. Quedo atenta a las novedades».
El sábado 24 de mayo, la jueza sentada en el banquillo le mandó a sus compañeros de tribunal un link de una nota de LA NACION donde se mencionaba un escrito presentado en la causa penal por su amiga “la Negra” Aleman, donde negaba la producción de un documental y donde afirmó: “Solo era una entrevista en su rol de mujer y jueza”.
Y en el siguiente mensaje que escribió a las 12.02, sumó: “Sé que el lunes nos vamos a reunir. Pero quisiera ir mandándoles las novedades de la causa penal. Y las razones por las que no voy a aceptar la recusación. Lamento tanto todo esto. No me alcanza la vida para pedir perdónnnnnnn por dar lugar a todo esto. Ojalá el debate y las instituciones soporten este embate”.
El domingo 25 de mayo, los mensajes comenzaron antes de que amaneciera. Makintach envió al grupo de WhatsApp dos links de notas de Clarín en Infobae. Uno de los títulos anunciaba que la familia de Maradona iba a impulsar un juicio político contra ella.
Entonces, a las 6.30, envió el siguiente texto: “Perdón. No me puedo dormir. Esta idea de un juicio político, no solo contra mí, sino contra ustedes también, indica la necesidad de juntarnos los tres para resolver esto juntos. Yo les aseguro que como tribunal podemos hacer frente a esto, pero necesito que me den esa oportunidad. Nos están coaccionando para que nos apartemos del juicio, buscan anularlo, a cualquier precio. Yo les juro que no hay delito ni causal para jury o recusación y que el juicio puede seguir con normalidad dentro de la sala de debate. Pero tenemos que resolverlo juntos los tres, no queda otra solución. Se podrán juntar hoy. Es muy urgente para frenar este disparate”.

A las 9.59 hubo otro mensaje de Makintach: “Sería sano y previsor que nos juntemos para definir qué postura va a tomar el tribunal. Estoy para acercarme al lugar que me digan en el horario que dispongan” y en otro texto agregó: “No hay delito, no hay irregularidad”.
A las 10.10, Di Tommaso respondió con un mensaje contundente: “Esto lo vi anoche [lo del jury impulsado por la familia de Maradona]. Una verdadera infamia, porque ni Maximiliano ni yo cometimos ningún acto cuestionable. Yo no estoy disponible, por temas personales. Además, no voy a hacer nada más que contraríe mi espíritu y hoy mi único interés es tener tiempo para clarificar las cosas. He respondido por educación. Y es todo cuanto tengo para decir”.
Ocho minutos después, Makintach escribió: “Gracias por la respuesta. Es TODO [las mayúsculas son originales del mensaje] una verdadera infamia. Tampoco YO cometí un acto cuestionable. ¡Solo acepté de buena fe dar una entrevista vinculada a la Justicia que pretendía difundir una imagen completamente contraria a la que está resultando (qué ironía!). No había promesas, privilegios, influencias, beneficios, plata, productoras, NADA irregular que pueda configurar un delito. Y después del primer día donde la filmación era permitida por Corte [bonaerense] a un contenido de YouTube visto por todos, cerró la entrevista y enfoque solamente en el juicio. ¿Es delito? ¿Cuál? ¿Cómo pone en duda mi imparcialidad?“.
Makintach continuó: “Les ruego mañana nos juntemos para definir la situación. No podemos ir improvisando frente a los claros mecanismos coactivos y difamatorios que están circulando. Tenemos que traer al eje del debate la muerte de Maradona y la imparcialidad del tribunal, que es lo que todos parecen olvidar. Lo último que digo y ya no los molesto más: la única solución a todo este escarnio público es continuar el debate, confiando en que el centro de atención volverá a Maradona y el juicio va a transcurrir con normalidad. Faltan cuatro meses aún. Hay mucho por andar y reparar si la Justicia me da esa posibilidad”.

Savarino y Di Tommaso respondieron recién el lunes. “Buen día. Estoy en juicio. Y al terminar me voy por temas personales”, fue el mensaje enviado por la magistrada. El juez escribió: “No voy a reunirme hoy. Debo terminar una sentencia que se lee mañana, de juicio oral unipersonal”.
Ante las respuestas, Makintach dijo: “Ojalá mañana no se lleven puesto al tribunal por intereses oscuros, malintencionados. Solo de nosotros tres depende salvaguardar la justicia y la función judicial para que este debate continúe hasta el final. Es lo que espera el mundo. Es lo que merece la Justicia. Lamento haber dado pie para ponerla en riesgo”.
Finalmente, al día siguiente, el Ministerio Público Fiscal presentó pruebas contundentes sobre el proyecto Justicia Divina y después de que todas las partes (acusación pública y privada y las defensas recusaran a Makintach), la magistrada fue apartada del debate, y Savarino y Di Tommaso declararon el juicio nulo.
Hoy Makintach enfrenta un jury que podría terminar con su destitución.
