
Hace 20 años que el femicidio de María Florencia Morello continúa sin resolverse. A lo largo de estas décadas, solo hubo un sospechoso en la mira, que fue liberado por falta de pruebas. Luego de que la Justicia de Santa Fe confirmara que reactivarán la causa, denunciaron la pérdida de las pruebas genéticas que serían claves para dar con el responsable.
El crimen se remonta al año 2005, cuando la joven nacida en Calchaquí fue víctima de un brutal ataque. Por ese entonces, vivía en la ciudad de Santa Fe, para poder estudiar la carrera de arquitectura. Además, trabajaba como moza en un bar de la zona.
La mañana de ese 6 de octubre, Florencia había salido desde Doctor Zavalla al 2800 rumbo a la terminal de ómnibus, pero nunca llegó a destino. Una pareja la halló agonizando en el palier de un edificio, con signos evidentes de violencia: prendas arrancadas y lesiones graves.
Después de que se diera aviso a las autoridades, la joven fue hospitalizada en el Hospital Cullen. Allí permaneció internada por cinco días, hasta que los médicos confirmaron su muerte producto de las brutales lesiones que le detectaron.

Según la información recopilada por Los Andes, el informe forense determinó que la causa de muerte fue asfixia, acompañada de golpes, violación, un ojo destrozado, un brazo roto y la pelvis fracturada. “Pensé que había sufrido un asalto, pero cuando me dieron el informe el mundo se me vino abajo”, lamentó la madre de la víctima, Blanca Cuatrín.
Desde ese entonces, la familia se aferró a cualquier indicio que permitiera avanzar en la causa. No obstante, la investigación estuvo marcada por vacíos, demoras y fallas estructurales desde sus primeros pasos. Incluso, transcurrieron ocho años hasta que se detuvo a un agente, bajo la sospecha de que habría sido el atacante de Florencia.
Sin embargo, ese mismo año el sospechoso sería puesto en libertad, debido a que el análisis genético resultó negativo y la causa quedó paralizada. Bajo el punto de vista de la mamá de la joven, consideró que “para lastimarla como lo hicieron tiene que haber sido más de una persona, o era un loco. Una sola persona no puede hacer tanto daño”.
Otros de los factores que afectaron el desarrollo del proceso judicial fueron: la ausencia de testigos, el manejo deficiente de la información y la pérdida del material genético extraído del cuerpo y la ropa de la víctima. Con el paso de los años, la causa fue desestimada el año pasado, sin que la familia recibiera una notificación oficial al respecto.
“Lo que más me dolió fue que no me avisaran lo que había pasado, me enteré por un periodista”, expresó Blanca, quien también denunció que “hacía un año que se había desestimado la causa y yo no me había enterado”.
La queja derivó en que fuera citada por la fiscal general de Santa Fe, María Cecilia Vranicich, quien le pidió disculpas por la falta de comunicación institucional y se comprometió a reabrir la investigación. Luego de que concluyera la reunión, la mujer relató en un diálogo con TN que “la fiscal me prometió que va a reabrir el caso para ver qué pasó”.
En línea con esto, la carpeta del caso ingresó a la Cámara de Diputados de Santa Fe, donde el diputado Fabián Palo Oliver solicitó información al Ministerio Público de la Acusación sobre el estado del expediente, los motivos del archivo, la existencia de procesos administrativos vinculados a la desaparición de pruebas y las responsabilidades de quienes actuaron bajo el sistema penal anterior.
Hasta el momento, todas las hipótesis permanecen abiertas. Los investigadores consideran que Florencia pudo haber sido una víctima elegida al azar, en un ataque sin sentido, producto de estar “en el lugar y en el momento equivocados”.
Por otro lado, su madre la describió como una joven inquieta, con aspiraciones y proyectos, ya que había recibido una propuesta laboral en Estados Unidos y se preparaba para viajar. “El pasaporte es lo último que me quedó de ella”, expresó con dolor.
A Florencia le habían entregado el pasaporte apenas veinte días antes del crimen, un detalle que, para su familia, simboliza la vida truncada de una joven que soñaba con un futuro mejor. Con la reapertura de la causa, la familia Morello aguarda que el caso finalmente se esclarezca y se identifique a los responsables.
