
El presidente colombiano, Gustavo Petro, vinculó la restauración de la cooperación de inteligencia con Estados Unidos al cese de los bombardeos estadounidenses sobre embarcaciones en el Caribe. Según informó Europa Press, Petro ordenó que todas las instancias de inteligencia de la fuerza pública colombiana suspendan el envío de comunicaciones y cualquier tipo de trato con las agencias de seguridad estadounidenses. Este anuncio se produjo a través de la red social X y marca una etapa de tensión en la relación bilateral, luego de que las operaciones militares en el Caribe ocasionaran más de 60 muertes desde septiembre pasado.
De acuerdo con los reportes de Europa Press, la decisión presidencial está fundada en la exigencia de que la lucha antidrogas respete los Derechos Humanos de las comunidades afectadas en la región. Petro argumentó que la estrategia de Washington carece de estas garantías, y que Colombia solamente retomaría vínculos cuando Estados Unidos detenga los ataques con misiles lanzados contra embarcaciones civiles. La medida fue explicada en un mensaje en que el presidente instruyó de forma textual: “Se da orden a todos los niveles de la inteligencia de la fuerza pública suspender envío de comunicaciones y otros tratos con agencias de seguridad estadounidenses”.
El medio Europa Press detalló que las operaciones estadounidenses fueron presentadas por la Casa Blanca como parte de sus esfuerzos para combatir el narcotráfico en aguas del Caribe y el Pacífico. No obstante, actores internacionales, incluidos la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y diversos organismos multilaterales, han cuestionado la legitimidad de dichas acciones bajo el Derecho Internacional, calificándolas como “ejecuciones extrajudiciales”. Naciones Unidas expresó su preocupación por las consecuencias mortales de los bombardeos, sumando su postura a la polémica internacional que rodea a estas acciones militares.
El debate generado por la suspensión ha colocado la cooperación antidrogas entre Colombia y Estados Unidos en el centro de la discusión internacional. Según publicó Europa Press, la controversia no solo involucra la respuesta militar inmediata, sino que también evidencia recurrentes divergencias entre Bogotá y Washington respecto a la mejor manera de abordar el narcotráfico sin vulnerar los derechos fundamentales de las poblaciones. Petro dejó claro en su comunicado que cualquier ofensiva sobre el tráfico de drogas debe subordinarse a los tratados internacionales de Derechos Humanos.
En el contexto de la noticia, se supo a través de CNN y otros medios británicos como The Times y The Guardian que el Reino Unido habría adoptado una posición similar a la decisión colombiana. Aunque Europa Press citó estas versiones internacionales, el Gobierno británico no confirmó oficialmente esta suspensión. SkyNews recogió la declaración de un portavoz gubernamental del Reino Unido, quien evitó referirse a cuestiones de inteligencia pero subrayó la relevancia de Estados Unidos como socio estratégico en defensa y seguridad. Este vocero indicó que las decisiones sobre ataques en el Caribe y el Pacífico corresponden al gobierno estadounidense y que el análisis de eventuales violaciones al Derecho Internacional depende de un tribunal internacional competente.
Siguiendo el desarrollo de la crisis, Europa Press registró que la coyuntura ha aumentado la tensión diplomática y ha propiciado una serie de pronunciamientos entre gobiernos y entidades multilaterales. Mientras la Casa Blanca justifica los bombardeos como una medida necesaria para combatir la actividad del narcotráfico en la región, la decisión de Gustavo Petro expande el debate acerca de cuáles deben ser los límites legales y éticos en la lucha internacional contra las drogas.
El episodio evidencia las complejidades geopolíticas para los países de América Latina, que enfrentan la presión internacional de mostrar resultados efectivos en la lucha antidroga, a la par que deben proteger la vida y los derechos de sus ciudadanos. Europa Press indica que el desacuerdo permanente sobre cómo ejecutar operaciones militares en el marco de este combate sigue desencadenando distanciamiento y reservas diplomáticas, como reflejan tanto la medida adoptada por Colombia como las cautelas expresadas en el Reino Unido respecto a su relación de inteligencia con Estados Unidos.
