El jazmín es una de las especies más valoradas en patios, balcones y jardines de Argentina por el aroma intenso y agradable de sus flores, además de la belleza de su característico color blanco. Para que alcance su máximo esplendor en primavera, es importante sembrar esta planta en el tiempo adecuado, trasplantarla en el momento justo y brindarle la atención necesaria desde el inicio.
Su nombre científico es Jasminum polyanthum y es una planta trepadora con tallos largos, finos y flexibles, que carecen de zarcillos, aunque se enredan con facilidad en soportes y estructuras. Es muy común encontrarla en los jardines de muchas familias argentinas gracias a su ductilidad y a su fácil crecimiento.
Quienes buscan multiplicar esta especie con semillas o injertos suelen preguntarse cuál es la estación más recomendable para trasplantarla y garantizar que crezca fuerte y se multiplique con éxito. En la botánica, hay ciertos secretos y recomendaciones que fundamentales para el crecimiento de las plantas.
Los expertos en jardinería coinciden en que la primavera es la etapa más favorable para el plantar un jazmín, sin importar si se realiza desde semillas o a partir de un injerto. En estos meses, las temperaturas son suaves y el suelo mantiene la humedad suficiente, lo que estimula la formación de raíces fuertes y el desarrollo de nuevos tallos.
Trasplantar en primavera asegura que la planta disponga de toda la temporada de crecimiento antes de enfrentar el invierno. Para hacerlo, conviene preparar un hoyo acorde al tamaño del cepellón, lo bastante amplio para que se ubique sin dificultad. Siempre es recomendable protegerse las manos y los pies durante la tarea para evitar cualquier riesgo.
Al colocar las raíces junto con la tierra de alrededor, hay que procurar que no se desarme. Puede añadirse sustrato junto con materia orgánica, como compost, para mejorar el proceso. Durante las primeras dos o tres semanas, el riego debe ser frecuente, reduciéndolo gradualmente a medida que la planta se afiance. Además, en primavera y verano se aconseja sumar abono líquido al agua de riego una vez al mes.
Cuáles son las diferencias entre semillas e injertos
Hay distintas maneras de obtener una planta de jazmín reluciente y que sea la principal atracción del patio:
- Injertos: permiten obtener resultados más rápidos, ya que la nueva planta conserva las características de la original y florece antes. Lo mejor es realizarlos al inicio de la primavera, cuando la savia circula con mayor fuerza.
- Semillas: requieren mayor paciencia, puesto que la germinación y el crecimiento inicial pueden demorar varios meses. Sembrarlas en primavera es lo más indicado, ya que el clima templado y la luz solar favorecen el proceso.
Para una floración abundante, se recomienda seguir los siguientes consejos:
- Escoger un suelo fértil, aireado y con buen drenaje, pero evitar el exceso de agua.
- Proporcionar al menos entre cuatro y seis horas diarias de sol directo para estimular la floración.
- Mantener la humedad constante, pero sin encharcar el sustrato.
- Realizar una poda suave tras la floración para estimular nuevos brotes.
- Usar fertilizantes orgánicos que favorezcan la reproducción y alarguen la vida de la planta.
Con estas atenciones, el jazmín no solo se adaptará sin dificultad, sino que también crecerá con fuerza y abundancia, y aportará fragancia y belleza a cualquier rincón del hogar.