Hay historias que confirman que puede haber una segunda oportunidad a pesar de las adversidades. Una perra llamada Candy estaba en la lista de eutanasia de un refugio, luego de enfermarse y ser abandonada por sus anteriores dueños, hasta que una chica descubrió su verdadera identidad y le cambió la vida por una coincidencia que nadie esperaba.
Todo comenzó hace cinco años, cuando la usuaria ReindeerTiny4401 adoptó un adorable cachorro llamado Buddy. El perro, que era una mezcla de shar-pei, pastor alemán y rottweiler, generó un lazo muy fuerte con su dueña y los dos se convirtieron en un dúo dinámico, según consignó The Dodo.
Hasta que un día, la joven vio una foto en redes sociales que la hizo mirar dos veces. En la imagen, una perra en la lista de eutanasia del Dallas Animal Services (DAS) suplicaba por un hogar y, al mirar más de cerca, la usuaria se dio cuenta de que la perrita se parecía a Buddy.
“La publicación de la perra en adopción apareció en mi Facebook y me di cuenta que se parecía a mi perro. Inmediatamente, pregunté por ella”, reveló ReindeerTiny4401. La joven se sintió conmovida por la foto de la perrita llamada Candy, que no solo tenía la misma cara que su perro, sino que estaba en el mismo refugio del que ella había rescatado a su mascota años atrás.
Cuando ReindeerTiny4401 contactó a DAS, sus sospechas se confirmaron. “Era la hermana de mi perro. Adopté a mi perro Buddy cuando era un cachorro, y Candy fue adoptada por otra familia. Eran de la misma camada”, contó.
Sin dudarlo, la joven decidió adoptar a Candy y corrió al refugio a buscarla. La perra estaba enferma después de pasar la mayor parte de su vida en la calle y tenía mucho miedo a los humanos. Sin embargo, su nueva dueña prometió ayudarla a recuperarse emocional y físicamente.
“Estaba tan asustada cuando la recogí por primera vez. Agachaba la cabeza, nunca movía la cola. Podías ver lo difícil que había sido la vida para ella”, aseguró la usuaria. Una vez en casa, Candy seguía nerviosa, pero todo cambio cuando se reencontró con su hermano. “Crearon un vínculo especial al instante”, aseguró.
Buddy y Candy se llevaron bien de inmediato, como si no hubiera pasado el tiempo desde que eran pequeños hermanos de la misma camada. Pronto, la perra retraída salió de su timidez y estuvo lista para participar en todas las actividades de su familia.
“En unos pocos días, comenzó a abrirse y a confiar más en nosotros. Ahora mueve la cola, tiene mucha confianza, le encanta jugar con su hermano y salir a pasear. Es la mejor perra de la historia”, aseveró ReindeerTiny4401.
Pasaron algunos meses desde que Candy se reunió oficialmente con su hermano y según su dueña, los dos no podrían estar más felices. Aunque pasaron cinco años separados, la pareja de hermanos está unida como si siempre hubieran estado juntos. Ahora, duermen, comen y juegan todos los días y se hacen compañía cuando su dueña no está en la casa. “Son mejores amigos”, concluyó la joven.