El capítulo 7 de Chespirito: Sin querer queriendo no solo removió la nostalgia de quienes crecieron con El Chavo del 8, sino que también cambió para siempre la forma en que muchos fans ven una de las escenas más entrañables del universo creado por Roberto Gómez Bolaños: la despedida en Acapulco con la canción “Buenas noches, vecindad”.
A solo días del final de la bioserie de HBO Max, el penúltimo episodio provocó un alud de emociones y reflexiones en redes sociales, en especial por mostrar un momento clave en la historia real del elenco: el rompimiento del grupo original de actores y el inicio del romance entre Chespirito y Margarita, personaje que, aunque no se nombra directamente, representa claramente a Florinda Meza.
En el episodio 7 de la bioserie, los personajes cierran la narrativa de la trilogía de capítulos en Acapulco, recreando aquel emblemático momento grabado en la playa. Todo parece alegría y camaradería, hasta que la narrativa da un giro, pues mientras frente a las cámaras cantan “Buenas noches, vecindad”, detrás de escena la tensión ya era insostenible.
Lo que para millones de televidentes fue un capítulo lleno de ternura y unión, en la vida real fue el comienzo del fin del elenco original. El capítulo muestra la ruptura de Roberto con su entonces pareja y el surgimiento de un nuevo vínculo amoroso con Margarita (Florinda Meza), situación que fue vista por muchos como el punto de quiebre del equipo que por años dio vida a los entrañables personajes de la vecindad.
Usuarios se hacen presentes en el video oficial
Tras la transmisión del episodio, los cibernautas se volcaron a ver nuevamente el video oficial de la canción “Buenas noches, vecindad” en YouTube… pero esta vez, con una mirada distinta. Los comentarios no tardaron en llenar la caja de opiniones, resaltando la nueva manera en que verán o escucharán tal melodía.
- “Ya no volveré a ver esa escena igual”
- “Y pensar que en ese capítulo ya todo estaba roto”
- “Nunca imaginé toda la situación que había detrás de ese episodio”
- “De niño lloraba de emoción con ese capítulo, ahora me dará coraje”
El video, que por años fue sinónimo de nostalgia y ternura, ahora se ha convertido en un símbolo de lo que se perdió, y muchos han expresado que la escena ya no puede verse sin pensar en el conflicto que vivía el elenco fuera del set, así como en la vida personal de Roberto Gómez Bolaños.