ROMA.- Con estilo propio, más sobrio y formal, perfil bajo y formas distintas de su predecesor, León XIV cumple este sábado sus primeros 100 días como 267 sucesor de Pedro en un clima de luna de miel con la grey católica -entusiasta con ese humilde y sereno primer pontífice agustino- y en medio de gran expectativa por ver qué decisiones tomará y que designaciones hará en el Vaticano.
Dos cardenales que participaron del cónclave que, en menos de 24 horas, sorpresivamente el 8 de mayo pasado eligieron al primer papa nacido en Estados Unidos -que fue misionero y luego obispo en Perú y que el papa Francisco trajo al Vaticano para ser prefecto del Dicasterio para los Obispos, un “ministerio” clave-, no ocultaron su satisfacción.
“Desde el principio, parecía que estaba hecho para el cargo o, como dicen en el mundo del espectáculo, parecía salido de un casting. En segundo lugar, su ritmo de actividad es impresionante y deja casi sin aliento. Cada día está lleno de visitas y actividades”, dijo a LA NACION el cardenal Blase Cupich, arzobispo de Chicago, la ciudad donde Robert Francis Prevost nació, el 14 de septiembre de 1955.
Cupich, que lo conoce desde el año 2018 y que recomendó leer los escritos de San Agustín para comprenderlo, consideró que en estos primeros cien días como máximo líder de los 1400 millones de católicos que hay en el planeta León dejó en claro que “se siente cómodo en este nuevo ministerio”. Además, aseguró que en este período, si bien demostró que “escuchará con atención a todos” ya que recibió en audiencia a muchísimos altos prelados de la curia y de episcopados de todo el mundo, “no tendrá miedo a ser decisivo”.
El cardenal chileno Fernando Chomali, arzobispo de Santiago de Chile, definió estos primeros 100 días del papa León “muy fructíferos”.
“Se lo ha visto en múltiples actividades pastorales y también se le ha visto muy sonriente”, subrayó, ante una consulta de LA NACION. “Ha sido muy notable la llegada que ha tenido especialmente con los jóvenes durante su Jubileo y ha sabido usar una pedagogía adecuada para ellos en estos tiempos que vivimos”, apuntó.
“Por otro lado, el papa León ha estado muy atento a los acontecimientos mundiales y su impronta es claramente pastoral, invitando a reconocer la inmensa y única dignidad que tiene todo ser humano, que hace absolutamente necesario terminar con la guerra en todo el mundo y ha puesto un especial énfasis a Gaza, lo que el mundo entero agradece”, añadió.
Como todo el mundo, a la espera de que tome decisiones y defina a su equipo a través de nombramientos importantes -entre ellos, su sucesor en el Dicasterio para los Obispos-, el cardenal Chomali admitió que el papa León “ha sido cauto a la hora de hacer cambios al interior de la curia, lo que significa que es una persona reflexiva que prefiere tomar decisiones muy bien pensadas antes de asumir cargos que son relevantes para la conducción de la Iglesia”.
“Pienso que estos 100 días van marcando un rumbo, un rumbo marcadamente pastoral sin lugar a duda, un rumbo también marcadamente teológico y sin lugar a duda, que la influencia de San Agustín se ha hecho notar en varias oportunidades como él mismo lo ha planteado y también ha vuelto a las tradiciones más propias del pontífice en cuanto a los ornamentos y también en el uso del Palacio Apostólico y de Castel Gandolfo”, afirmó.
“En relación a sus vacaciones en Castel Gandolfo, creo que no se pueden decir que fueron vacaciones”, advirtió, al destacar que, en verdad, estuvo trabajando casi todo el tiempo, característica en común con su predecesor. “He estado muy atento al seguimiento de él y me doy cuenta de que su celo pastoral es más fuerte: estuvo con las religiosas, estuvo con gendarmería, estuvo con el pueblo, recibió distintas personas en audiencia y pienso que sería bueno que se tome unos días de vacaciones para reflexionar y descansar el cuerpo y el alma que muy bien lo merecen”, indicó.
Consideró, además, que “la percepción en general del papa León es muy buena en amplios sectores de la población, en el mundo intelectual, pero también en el mundo de los pobres”.
“Se percibe que tuvo una profunda experiencia con los pobres en Chiclayo, en Perú, que la está tratando de llevar también al mundo del Vaticano”, resaltó. De hecho, este domingo, siguiendo los pasos del papa Francisco, almorzará con un centenar de personas que atiende Cáritas en Castelgandolfo.
El sacerdote argentino Mariano Fazio, número dos del Opus Dei y que conoció a Jorge Bergoglio desde sus tiempos de arzobispo de Buenos Aires, destacó por su parte que en estos 100 días León ha marcado un estilo muy propio, “que deja en claro que tiene una gran libertad interior en el sentido de que no imita en las formas exteriores al papa Francisco”.
“Es una persona más reservada que Francisco y sin embargo eso no le quita mucha cercanía con las personas: lo ha demostrado en el Jubileo de la Juventud, donde, se puso en sintonía con ellos, llegó al corazón de tantísimos jóvenes, pero con un estilo más formal”, apuntó, en diálogo con LA NACION.
Fazio subrayó, por otro lado, que hay continuidad con su predecesor argentino en cuanto a los temas sociales y a la prioridad de la paz. “Hay continuidad en los temas que ha tratado, una gran preocupación por la paz en el mundo, en particular con la tragedia de Gaza, la guerra de Ucrania, siguiendo las líneas que ha marcado el pontificado del papa Francisco”, aseguró, al señalar, además, que León “se ha propuesto fomentar la unidad dentro de la Iglesia”.
“Lo dice muy claro el lema de su escudo pontificio [«In Illo uno unum», «En el único Cristo somos uno», palabras de San Agustín], y eso creo que se manifiesta en que ha recibido a muchísima gente en estos primeros meses”, apuntó. “Las personas que lo conocen más de cerca dicen que una característica muy propia del papa León es que escucha mucho, estudia las cosas, luego toma las decisiones convenientes, y eso creo que ha caído muy bien en todos los ámbitos de la Iglesia, que todas las personas pueden sentirse muy escuchadas”, subrayó.
Fazio también resaltó que “mientras los católicos practicantes están todos muy unidos al Papa, lo quieren mucho, los católicos no practicantes o las personas alejadas de la Iglesia miran todavía con un poco de nostalgia al papa Francisco, que creo que hizo una gran labor tratando de acercar a las personas que estaban un poco fuera del redil de la Iglesia”.
“En conversaciones que tuve con personas italianas lo voy comprobando cada día: hay mucho entusiasmo y mucha unidad con el papa León para quienes ya practican, y los que están alejados están un poco a la expectativa para ver estos primeros pasos del papa León, a quien, de todos modos, por supuesto respetan ya que es una figura que da mucha paz, mucha serenidad”, dijo el vicario auxiliar del Opus Dei, que fue recibido en audiencia en los primeros días de su pontificado junto al prelado Fernando Ocariz.
“En esa ocasión noté por un lado un americano del norte, en el sentido de una persona con ideas muy claras, muy ordenado, racional, transparente, directo, y a su vez una cercanía como americano del sur. Así como Francisco te daba un abrazo, él es más reservado, pero con su sonrisa marca una gran cercanía, hay una cierta timidez en su personalidad, pero que jamás significa tomar distancias o lejanía”, describió.
“Evidentemente ahora el Papa tendrá que ir tomando decisiones, hacer nombramientos, y bueno, creo que ahí poco a poco estará manifestando más las líneas de su pontificado. También estamos esperando los primeros documentos importantes de este pontificado, que se pondrá, me parece, en continuidad con el magisterio social del Papa Francisco”, dijo. Aludió, así, a lo que, según se comenta por lo bajo en Roma, podría ser la primera encíclica del papa León, que podría versar sobre temas candentes, actuales y que le preocupan, como la Inteligencia Artificial y la paz.
Para los periodistas que siguen el Vaticano, estos primeros 100 días han sido muy tranquilos, sobre todo comparados al “tsunami” que significó la llegada de Francisco en 2013.
“Aunque la luna de miel con León no ha terminado, también debido al Jubileo en curso siempre hay muchísimos fieles en las audiencias generales y es muy amado y aclamado por la gente, a nivel mediático no pasa lo mismo”, advirtió a LA NACION Robert Mickens, reconocido vaticanista estadounidense.
Mickens recordó que Francisco, primer papa argentino y jesuita, debido a decisiones disruptivas como la de rechazar la muceta roja y la limusina papal o quedarse a vivir en la residencia de Santa Marta, dejando de lado la tradición, acaparaba titulares casi todos los días.
“Tenía un modo de ser extrovertido, informal, marcado por declaraciones improvisadas y gestos audaces hacia los últimos y excluidos, que le hacían sentir a la gente, sobre todo los no católicos, que ‘es uno de nosotros’ y todo ese combo había cautivado a los medios seculares”, evocó.
“Hasta el momento, el papa León, que tiene la gran ventaja de hablar inglés, español e italiano perfectamente, no ha logrado atraer la atención mediática, quizás intencionalmente y ha evitado en gran medida cualquier tema que pudiera considerarse remotamente ‘político’”, apuntó Mickens, que no ocultó añorar al mediático papa Francisco.
Consideró, de todos modos, que aún hay que esperar, que todo puede cambiar, aunque tampoco hay que contar con ello. “Si esto marcará el regreso a una eclesiología más sana, donde el obispo de Roma ya no es el centro de atención ni la única voz de la Iglesia, es aún una incógnita. Dadas las multitudes entusiastas que aclaman al nuevo Papa, parece que la cuestión gira más en torno a los temas que realmente está tratando. (…) A cierto tipo de católico devoto le podrá parecer interesante, pero ¿a los medios de comunicación internacionales?”, se preguntó, mostrándose preocupado por el impacto que podrá tener la voz del Vaticano, a nivel global, en el futuro.