En las salas de emergencias, los accidentes domesticos revelan con crudeza los riesgos que muchos ignoran hasta que es demasiado tarde. Desde cortaduras domésticas hasta caídas tras una noche de copas, los médicos de urgencias han visto de todo. Y justamente por eso, han adoptado conductas personales diseñadas para no formar parte de esas estadísticas.
Tres médicos de urgencias estadounidenses —la doctora Erin Muckey (Universidad Rutgers), el doctor Mark Conroy (Universidad Estatal de Ohio) y la doctora Anjali Bharati (Hospital Northwell Greenwich Village)— compartieron las acciones que evitan a toda costa.
Lo que revelan no sólo resulta útil, sino que bien podría evitarle una costosa y dolorosa visita al hospital.
1. Transporte personal: lo que parece práctico puede ser peligroso
Los monopatines eléctricos, tan populares en entornos urbanos, están vetados en la vida del doctor Mark Conroy. Las razones son claras: “Veo muchos accidentes. La gente choca con baches o se resbala”, señaló. Estos vehículos estan asociados frecuentemente con traumatismos graves.
2. Higiene: manos limpias y uñas cortas, una defensa silenciosa
La doctora Erin Muckey es categórica: “Lavarse las manos es la mejor manera de prevenir enfermedades”. Ante la ausencia de agua y jabón, lleva siempre consigo desinfectante.
La doctora Anjali Bharati, por su parte, va más allá. Evita tocarse el rostro —especialmente ojos y nariz— para reducir puntos de entrada viral. Además, mantiene las uñas cortas para facilitar una higiene más eficaz. Medidas sencillas, pero esenciales en la prevención de infecciones.
3. En la cocina, la prisa es mala consejera
Entre cuchillos afilados y utensilios peligrosos, las cocinas son focos de accidentes evitables. Bharati admite que cocina despacio para evitar múltiples cortes que ha tratado en urgencias.
Una de las lesiones más comunes es la llamada “mano de aguacate”, provocada al cortar la fruta en la palma. Para evitarlo, la doctora utiliza siempre una tabla de cortar. Simple, pero efectivo.
4. Animales desconocidos: precaución antes que simpatía
“Evito acercarme a un perro que no me conoce”, dice Bharati. Ni manos, ni dedos, ni rostro deben ser ofrecidos a un animal extraño.
Ella y su familia prefieren saludar desde lejos. El consejo es claro: siempre se debe preguntar antes de acariciar al perro de otra persona. La simpatía no justifica el riesgo.
5. Reparaciones en casa: siempre usa protección para los ojos
Hacer arreglos por cuenta propia puede ser útil y hasta divertido, pero también puede ser muy peligroso si no se toman precauciones. La doctora Muckey ha atendido a personas que terminaron con pedazos de metal o madera en los ojos por no usar gafas protectoras.
Su consejo es simple: cada vez que trabajes con herramientas —aunque sea sólo un martillo—, protégete los ojos con gafas de seguridad. Un pequeño descuido puede causar una lesión grave.
6. Alcohol y lesiones: un cóctel peligroso
El consumo de alcohol no sólo compromete el juicio; también incrementa dramáticamente el riesgo de lesiones físicas. “Muchas personas piensan que pueden realizar actividades físicas mientras beben, pero el riesgo de lesionarse aumenta considerablemente”, advierte Muckey.
La doctora confiesa tener un “respeto muy sano” por los efectos del alcohol y actúa en consecuencia: se toma las cosas con calma y evita conductas imprudentes.
Lo que une a estos seis consejos no es el miedo, sino el conocimiento adquirido en primera línea. Los médicos de urgencias no predican desde la teoría, sino desde la experiencia.
Sus hábitos personales no son fruto del azar, sino de años viendo qué puede salir mal cuando se subestima un riesgo aparentemente menor.
Incorporar sus recomendaciones al día a día no sólo es sensato; es una forma de cuidarse sin esperar a que la urgencia lo obligue a hacerlo.