Pamplona, 22 ene (EFE).- El jugador de Osasuna Jesús Areso es actualmente el dueño del carril diestro, contando con la total confianza de Vicente Moreno, algo que sumado a la salida de Nacho Vidal, le convierte en el lateral diestro de referencia, con un Rubén Peña asentado en las posiciones de ataque.
El cuadro navarro ha anunciado el adiós de Nacho Vidal tras seis campañas y media y 184 partidos oficiales disputados a sus espaldas. Esta noticia otorga más galones si cabe a un jugador asentado y contrastado en Primera División del que muchos clubes siguen la pista debido a sus grandes actuaciones.
Lo ha jugado prácticamente todo. El 90 % de los minutos en Liga, con 18 titularidades de 19 posibles para un total de 1.624 minutos. Si se atiende a la Copa y al campeonato doméstico, es el tercer futbolista de la plantilla con más participación, solo por detrás de Sergio Herrera y Lucas Torró.
Rubén Peña es la segunda opción para esa demarcación. El de Ávila hace tiempo que juega como extremo, aunque la marcha de Vidal puede que obligue a Moreno a retrasarle a una zona que conoce a la perfección y desde la que ofrece profundidad.
El impacto de Areso en el equipo es patente, con una potencia a la hora de atacar propia de los grandes velocistas que, unida a sus labores defensivas, hace del de Cascante una revelación completamente asentada desde su irrupción el curso pasado.
En el último año de Jagoba Arrasate en Pamplona, demostró que la madurez alcanzada en el Burgos la temporada anterior era una realidad. Con el de Berriatúa, Areso jugó 37 jornadas ligueras, con 2.661 minutos a sus espaldas que confirmaban su crecimiento.
Las seis asistencias y el mejor gol del año, son los datos más llamativos. El tanto ante el Getafe logrado en el minuto 80 desde el córner dio la vuelta al mundo, su primer gol como profesional que todavía sigue vivo cada vez que el rojillo se acerca a esa esquina, con el murmuro de El Sadar empujándole a volver a hacerlo.
Tras su gran partido en San Mamés, en el que dio la asistencia del primero gol a Aimar, el osasunismo se pregunta cuándo se anunciará la renovación del canterano. Su baja cláusula (12 millones) pone en alerta a una dirección deportiva sabedora de su edad (25 años) y del margen de mejora del pupilo que, entre comillas, explotó algo tarde.
Aunque no se espera una resolución en pocos días, la buena sintonía entre ambas partes, unidas a la felicidad de Areso en Osasuna, hacen que la situación se esté solventando con relativa tranquilidad.
Con el sueño de la selección absoluta en la recámara, Areso afronta la segunda mitad del campeonato sabiendo que el costado derecho le pertenece, a falta de doce días para que cierre el mercado de fichajes. EFE
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