El funeral del Papa Francisco es uno de los momentos más significativos de las ceremonias de despedida desde su fallecimiento y este sábado 26 de abril se llevará a cabo el último adiós en la Basílica de San Pedro y luego se trasladará el féretro a la Iglesia Santa María de la Mayor.
El funeral del Papa Francisco está pautado para este sábado a partir de las 10 horas (horario de Roma), lo que significa que en la Argentina, el rito comienza a las 5 de la madrugada.
De acuerdo a la información provista por el Vaticano, al funeral asistirán 130 delegaciones, en las que se incluyen 50 jefes de Estado y 10 monarcas en ejercicio, que estarán presentes en la ceremonia religiosa en la Basílica de San Pedro, además de los miles de fieles que se ubicarán en la Plaza San Pedro, para despedir al Pontífice.
Cómo ver el funeral del Papa Francisco en vivo
El funeral del papa Francisco tendrá una amplia cobertura en los medios, por lo cual permitirá que sus seguidores lo puedan ver una última vez antes de su entierro. El canal LN+ ofrecerá la transmisión del evento, tanto por cable como por su canal de YouTube.
A su vez, la agencia de noticias Vatican News ―la cual dirige el Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede― también ofrece una cobertura completa de la ocasión.
La transmisión comenzará en la Basílica de San Pedro y luego seguirá con el cortejo fúnebre que acompañará el cuerpo del Papa, y que se realizará a paso de hombre hasta el lugar de su entierro.
El director de la oficina de prensa del Vaticano, Matteo Bruni, confirmó que la transmisión televisiva se detendrá en la entrada de la basílica mariana, dado que el entierro será un evento privado.
Cómo era la idea de funeral que tenía Francisco
El Papa buscaba asegurarse que su funeral fuera “el de un pastor y no el de un poderoso de este mundo”, de acuerdo a las modificaciones que hizo en 2024, a los rituales de las exequias del máximo jefe de la Iglesia Católica.
El 20 de noviembre de 2024 el Vaticano publicó la nueva edición del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, el libro litúrgico que regula cómo deben ser los rituales de las exequias de un Papa.
Entre los principales cambios se encontraron la decisión del Papa sobre la constatación de la muerte, solicitando que no se haga en su habitación, sino en la capilla; la deposición inmediata del cuerpo del difunto adentro del ataúd; la exposición a la veneración de los fieles directamente en la basílica del Vaticano y no en el Palacio Apostólico, sin el catafalco -el armazón de madera, vestida de paños fúnebres que se erige para la celebración de las honras de un difunto- y la eliminación de los tradicionales tres féretros de ciprés, plomo y roble.
Además, Francisco incorporó otra novedad, que fue “la introducción de las indicaciones necesarias para una posible inhumación en un lugar distinto de la basílica vaticana”: precisamente en respuesta al deseo de Francisco de ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma.
La idea de Francisco era simplificar y adaptar algunos ritos para que la celebración de los funerales del obispo de Roma expresara mejor la fe de la Iglesia.