Carta de la semana
Nuestro papa con olor a oveja
Después de pelear el buen combate hasta el fin, despedimos a Francisco. Al papa de los pobres, de los olvidados, de los jóvenes. Al que nos transmitió un mensaje que, aunque milenario, sigue siendo revolucionario: llevar siempre amor y alegría al prójimo, porque somos hermanos todos. A quien nos recordó que la Iglesia es un hospital de pecadores y no una vitrina de santos, invitando a millones a integrar una familia de la que se creían expulsados. Al pastor que en la sencillez logró profundidad, que en la humildad generó admiración, que en la empatía mostró su fortaleza. Quienes tuvimos el privilegio de ser contemporáneos del argentino más importante de la historia tenemos una responsabilidad: conservar su legado de fraternidad, de compasión, de cuidado de la casa común en nuestro día a día, para que el papa del fin del mundo viva para siempre en nuestros corazones.
Tomás Estanislao Dardanelli
DNI 42.214.694,
Un pontífice diferente
La muerte del papa Francisco conmovió al mundo. Su fuerte personalidad generó controversias, pero también dejó una profunda huella como líder espiritual y jefe del Estado Vaticano. Sin abandonar sus convicciones políticas, transformó la Iglesia para acercarla a la actualidad, promoviendo el diálogo y la paz con líderes globales. Se destacó por su compromiso con los pobres y su mensaje ecuménico. Nunca volvió a la Argentina, quizás para evitar confrontaciones. Siempre se mantuvo fiel a sus ideas. Humilde y sencillo, rechazó la ostentación y vivió con coherencia. Fue respetado, incluso por quienes no compartían sus posturas. Hasta el final cumplió con su intensa labor pastoral. Su legado de solidaridad y paz merece ser valorado por todos los argentinos, más allá de las diferencias. Recemos por su alma y por el perdón de sus errores, con la esperanza de que su ejemplo inspire unidad y superación.
Ricardo Titto
DNI 572.194
Milei y Francisco
Señor Milei, antes de que falleciera Francisco, según usted él era un comunista de mierda. Ahora es el líder más importante del mundo. Si eso no se llama hipocresía, dígame usted qué es.
Daniel Badillo
DNI 7.713.813
La muerte
En reiteradas entrevistas, homilías y discursos el papa Francisco se refirió a la muerte, destacando que es una realidad natural y que no debemos temerle si hemos vivido con amor y fe. “La muerte es una etapa de la vida que, si bien nos duele, para el creyente es un paso hacia el encuentro de Dios”, afirmó. También sostuvo que para los cristianos la muerte no es el final, sino el comienzo de una nueva vida en Cristo, la resurrección de Jesús nos da la esperanza de que la muerte no tiene la última palabra. “Pensar en la muerte nos ayuda a vivir mejor, a no perdernos en cosas banales y centrarnos en lo esencial: el amor a Dios y al prójimo”, señaló el Papa.
Y en una entrevista, Francisco dijo: “Yo no quiero morir de golpe. Quiero verla venir, para prepararme, para pedir perdón, para arreglar las cosas que tengo que arreglar. Y rezar. Porque sé que el tiempo será corto”.
Mencionó que la muerte no es un fracaso. “Sé que va a venir”. “Alguna vez que me pareció que podría haber riesgo, me preparé”. Que no tenía temor a la muerte. “Le pedí al Señor que no me agarre inconsciente, eso no”.
Finalmente comparte la esperanza y fe en un existencia trascendental y luminosa después de este mundo, en donde el encuentro con Dios represente la finalidad de este camino.
Lo expuesto está basado en entrevistas como las de La Civiltà Cattolica, homilías en Santa Marta, entrevistas y discursos públicos.
Héctor Luis Manchini
DNI 7.779.947
Dirigentes comprados
Reconocer la existencia de dirigentes con precio que “ya fueron comprados” ¿qué implica?, ¿reconocerse tácitamente como “coimero”? (en caso de no presentar la factura), o reconocerse como “miembro de la casta corrupta”, tan denostada durante los últimos años?
Ricardo Blaksley
Auschwitz-Birkenau
Publicada recientemente en LA NACION, historias como la de Rosa Rotenberg, a resguardo de la muerte en un orfanato en Varsovia en los años 40, dan al alma un poco de consuelo ante las atrocidades nazis ocurridas en las campos de concentración. En mi caso pude concretar el anhelo de rendir mi tributo personal a las víctimas compartiendo un momento de silencio y oración en Auschwitz-Birkenau en 2023. Y dimensionar allí lo obvio: no fueron las cámaras de gas, ni los fusilamientos, ni el hambre, ni el frío u otras formas de asesinato lo más terrible que allí sucedió, sino más bien el ensañamiento en pulverizar la dignidad de esas personas. Pesadísimas palabras: desconocer la dignidad de las personas y los consiguientes derechos básicos. La tristeza perdura hasta hoy, cuando la lucha por porciones de territorio se antepone a los derechos básicos de todos nosotros, que empiezan por el respeto por las creencias y opiniones de mi prójimo. Aplica en todos los órdenes, también en la política local.
Alfredo de las Carreras
Expediente digital
LA NACION del 24/4 da cuenta de las quejas del Ministerio Público al Ejecutivo por la falta de recursos para implementar el sistema acusatorio federal. Hay algo más grave: la sustitución absoluta del papel por el expediente digital. En casos complejos y con personas detenidas, es un escándalo. Un expediente 100% virtual no deja de ser eso: una virtualidad. Un ser humano detenido, su sufrimiento, la prisión y las condiciones de hacinamiento no son virtuales: son reales. El paso de la oralidad a la escritura en la humanidad fue un avance. La excesiva (absoluta) virtualidad en un expediente que decide sobre la libertad de una persona es una involución.
Javier Ignacio Baños
Exfiscal, catedrático de Derecho Penal
DNI 23.771.916
Falta de credibilidad
Esta semana falleció un nuevo preso político de los mal llamados “de lesa humanidad”. Ya son 900 los ancianos pertenecientes a las Fuerzas Armadas, de seguridad, policiales, penitenciarias y civiles que desde 1983 vienen muriendo detenidos y víctimas de un proceso anticonstitucional de persecución, venganza y exterminio, en el que se repitieron en forma sistemática infinidad de irregularidades jurídicas, instrumentadas desde el kirchnerismo por intereses políticos. Mientras sigan produciéndose estas injusticias –ante la indiferencia total del gobierno nacional–, el Poder Judicial no recuperará el respeto y la credibilidad en las instituciones que el país necesita para que se decidan a venir las inversiones que hagan crecer la economía, generando empleos de calidad para disminuir el inaceptable nivel de pobreza al que nos llevaron los mismos que promovieron esta aberración jurídica.
Ricardo E. Frías
Resúmenes
Antes de la llegada de internet, el mundo existía. En la década del 60 yo pasaba por las aulas de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, solo existían el soporte de papel para trasmitir los conocimientos y la regla de cálculo para construir las grandes obras de las cuales hoy gozamos. Por entonces las bibliotecas estaban pobladas de gruesos volúmenes de los Chemical Abstracts con un ejército de abstractors que resumían todo lo publicado en el mundo de la especialidad, y lo hacían con mucha especialidad. En pocos renglones se resumían los trabajos publicados de las distintas especialidades y dónde acceder a ellos. Supongo que igualmente ocurriría con la física y demás ramas del conocimiento.
Hoy, los que no vivieron esos años descubrieron la “magia” de Blinkist como si fuera la solución del siglo. Alguien dijo, no recuerdo bien quién: cuanto más atrás vayamos en la historia, mejor conoceremos el futuro. No estoy yendo a Aristóteles o Platón, retrocedí apenas 60 años.
Norberto Hernán Linzuain
Una carta
El miércoles pasado envié una carta simple vía aérea a Maryland, EE.UU., por Correo Argentino. El empleado pensó que el envío era trato especial y me cotizó arriba de 25.000 pesos, el equivalente a una cena completa en un restaurante. Horrorizada por el monto, le dije vía aérea simple. Esto lo valuó en 9700 pesos. Al valor dólar oficial de ese día, 8,66 dólares. Yo solía enviar cartas a Estados Unidos cuando todavía no usábamos correo electrónico, pero no recuerdo jamás haber tenido que pagar el equivalente en aquellos tiempos a US$8,66 por dos hojas A4 y un sobre blanco alargado común. Hoy, enviar una carta por correo de Maryland a Buenos Aires cuesta US$1,65.
Alicia I. Halberstein
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