River volvió a festejar ante Boca. Más allá de las atajadas finales de Franco Armani, el triunfo fue merecido porque el plan de juego de Marcelo Gallardo tuvo más resultados en el desarrollo que los que planificó Fernando Gago. Individual y colectivamente los futbolistas millonarios respondieron mejor, cada uno en función del rol que debían protagonizar. Y, entre los detalles invisibles, de esos que pueden ganar partidos sin necesidad de que aparezcan con un gol o una asistencia, estuvo Enzo Pérez. El entrenador xeneize planificó un partido con una línea de 5, pero el mejor defensor de la cancha fue el volante central de River.
Hubo varias diferencias en el clásico, pero una de ellas estuvo en la sabiduría e inteligencia para intervenir y marcar en acciones que pudieron llegar más peligro para su arco. Enzo Pérez fue quien neutralizó un contraataque 2 vs. 2 contra Zenón, cuando iban 13 minutos del primer tiempo. Suficiente. Lejos de su arco, primero aguantó la marca, no le dio distancia de gambeta y fue llevando para afuera a Zenón, hasta terminar recuperando la pelota. Eran Zenón y Merentiel contra Pérez y Acuña. Enzo no lo dejó. A los 34 minutos de esa misma etapa, Enzo Pérez volvió a ganarle el duelo a Zenón, corrigiendo defensivamente para mandarle la pelota al lateral. Así empezó River a ganarle el clásico a Boca: anulándole al futbolista que más y mejor juego ofensivo podía generar.
A diferencia del “arte” para marcar de Enzo Pérez, los futbolistas de Boca vieron tres amarillas con apenas cuatro infracciones. Es cierto que la primera de Belmonte pareció exagerada de parte del árbitro Ramírez por una falta sobre Colidio, pero después cada topetazo o infracción no sólo le daban a River posibilidades de centros sino que finalizaban con una amarilla o riesgo de amonestación. Así vio la amarilla Costa por una entrada lejos a Castaño, Rojo (sobre Driussi), Advíncula (nacida de un error propio en una salida y tras una falta a Mastantuono), La amonestación de Battaglia fuer por protestar.
Un detalle a la inversa de todo lo bien que hizo Enzo Pérez: la falta evitable, lejos del área, de Rojo a Driussi a los 24 minutos. De ahí nació la gran joya de Mastantuono para el 1-0 de River. Dos minutos antes el propio Rojo había visto la amarilla por una infracción (también evitable) sobre el mismo Driussi.
Los cinco defensores dispuestos por Fernando Gago generaron polémica en el mundo Boca no bien se confirmó que jugaría de esa manera ante las lesiones de Edinson Cavani y Milton Giménez, sus dos delanteros titulares. ¿Fue una decisión defensiva? Antes que eso, el interrogante estaba planteado en la superposición de perfiles zurdos, ya que con el ingreso de Ayrton Costa, el que quedaba como líbero fue Marcos Rojo y Battaglia como primer central: en los laterales, Advíncula y Blanco.
El gol de Driussi
¿Por qué la decisión del DT de Boca? Aprovechó las bajas por lesiones para cambiar el dibujo táctico, del 4-3-1-2 al 5-3-2 para doblarle marcas a los tres delanteros millonarios: Mastantuono, Driussi y Colidio. Esto se dio a los dos minutos, con el primer bloqueo de Costa y Blanco ante el habitual slalom de Mastantuono desde la derecha al centro. Pero el plan tendría más grietas que soluciones. Por abajo, por arriba, River dinamitó esa estructura jugando mejor. Y recién sobre el final, porque sólo había un gol de diferencia y ahí se empareja entre quien va desesperado a buscar la igualdad y quien tiene miedo de perder lo conseguido, Boca tuvo dos llegadas por arriba que fueron muy bien salvadas por Armani.
¿Cómo buscó contrarrestar la línea de 5 el local? Con creatividad, con gambetas, el recurso del “uno vs. uno”, sobre todo con Colidio, aunque quedara con un perfil zurdo para mandar un centro. Pero así generó Driussi el mano a mano que le sacó Marchesin. Y así generó también otros varios avances Mastantuono.
River no tuvo sorpresas en la formación: se caía de maduro la inclusión de Giuliano Galoppo como titular luego de su buen ingreso en la atura de Quito, por la Copa Libertadores. Y Gallardo mantuvo el esquema 4-3-3 dispuesto de manera lógica desde las características: laterales con proyección en Montiel y Acuña, tres mediocampistas definidos con Castaño, Enzo Pérez y el mencionado Galoppo; y arriba Mastantuono y Colidio a perfiles invertidos en los costados, más Driussi como 9.
El planteo de Boca no resignó el ataque. Pero la tenencia del balón fue demasiado baja y los avances, en su mayoría, fueron en inferioridad numérica. El primer remate xeneize fue de Merentiel a los 27 minutos: muy poco. Y el gol de Merentiel, tras un pelotazo largo de Blanco y una falla de Pezzella, resultó un espejismo en medio del clásico. La superioridad de River en los primeros 45 minutos fue total, desde los duelos individuales y el trabajo del bloque colectivo.
SEGURIDAD ENZO PÉREZ.
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La joya de Mastantuono fue un golazo descomunal, para que Marchesin le de la mano y lo felicite: nada podía hacer el arquero. Pero esa acción nace de una falta lejos y a destiempo de Marcos Rojo a Driussi. La línea de 3 tampoco le dio a Boca ventajas en el juego aéreo: el millonario ganó de arriba en cada tiro libre y Boca tampoco defendió bien en el gol de Driussi: el muy buen centro (pero anunciado) de Acuña encontró con facilidad al 9, que atacó el espacio entre Rojo y Blanco. El lateral, sin responsabilidad: los que fallaron fueron Rojo y Costa, que había salido a tomar fuera del área a Mastantuono, quien abre la pelota para Acuña.
Gago no hizo cambios
Ya sea por el mal funcionamiento del primer tiempo o por los futbolistas condicionados por una amarilla (Belmonte, Rojo y Costa), fue raro que el DT de Boca no haya realizado modificaciones. Gallardo hizo sus primeras dos pero obligadas, por lesiones o molestias físicas: Fabricio Bustos por Montiel en el lateral derecho y Maxi Meza por Galoppo.
Los cambios en el banco visitante llegaron a los 21 minutos: Exequiel Zeballos por Belmonte y Lautaro Di Lollo por Rojo. Gago mantuvo la línea de 3 centrales, con Li Lollo, Battaglia como líbero y Costa sobre la izquierda. Changuito tuvo una chance clara tras una habilitación de Zenón.
Una de las faltas evitables de Boca
MARCOS ROJO FUE FUERTE CONTRA DRIUSSI Y FUE AMONESTADO.
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River terminó jugando 4-4-2 con Armani; Bustos, Pezzella, Martínez Quarta y Acuña; Meza, Castaño, Aliendro y Lanzini; Mastantuono y Borja. Buscó Gallardo taparle las bandas que Boca exigió con los ingresos de Zeballos y Aguirre, más las proyecciones de Advíncula y Saracchi (ingresó por Blanco).
Si la gente se queda con la foto del final, podría parecer que Boca mereció el empate por esas atajadas de Armani ante Di Lollo y Costa. Pero lo cierto es que River -desde la inteligencia de Enzo Pérez y la creatividad de Driussi y Mastantuono- jugó el superclásico mucho mejor.