Una serie de estudios internacionales reveló que una actividad ampliamente practicada y accesible podría ser la clave para aliviar el estrés cotidiano. En lugar de recurrir a rutinas intensas como correr o levantar pesas, investigadores identificaron el baile como una opción eficaz para mejorar la salud mental. De acuerdo con los hallazgos publicados en Psychology of Sport & Exercise, esta práctica contribuye a disminuir los niveles de ansiedad, inquietud, frecuencia cardiaca, presión arterial y la concentración de cortisol, conocida como la hormona del estrés. También se registró un aumento en la liberación de oxitocina y endorfinas, asociadas con el bienestar general.
“Nuestra investigación demuestra que bailando podemos aprovechar un mecanismo natural de alivio del estrés que aumenta nuestra resiliencia y nos ayuda a hacer frente a las presiones cotidianas”, afirmó Jonathan Skinner, académico de la Universidad de Surrey y uno de los coautores del estudio. El grupo de científicos observó beneficios adicionales relacionados con la expresión de emociones, el fortalecimiento de vínculos sociales y la elevación del estado de ánimo.
“Es fascinante ver cómo algo tan placentero como el baile puede tener efectos profundos en nuestra salud mental”, añadió Skinner. En sus conclusiones, los autores del estudio resaltaron la viabilidad de incluir esta actividad en programas de salud pública y acciones comunitarias. “En un momento en que la salud mental es más crítica que nunca, nuestros hallazgos abogan por la integración del baile en las iniciativas de salud comunitaria”, puntualizó el académico.
Investigadores provenientes de distintas partes del mundo, incluyendo China, destacaron que esta actividad puede realizarse en múltiples contextos: en solitario o en grupo, en casa o en espacios habilitados, sin necesidad de equipos específicos. “En resumen, el baile puede utilizarse como un modo de actividad física apropiado y alternativo para niños y adolescentes”, indicaron los expertos en la revista Frontiers in Physiology. También propusieron que su implementación en entornos escolares o comunitarios sea considerada por docentes, legisladores y cuidadores.
Un artículo del New York Post publicado en 2022 recopiló evidencia que coincide con estos hallazgos. Además de fomentar el entusiasmo, el baile promueve la conexión entre personas, consolidándolo como una alternativa física integral y asequible. En cuanto a las recomendaciones generales, especialistas en salud recuerdan que los adultos deberían practicar al menos 150 minutos de ejercicio moderado cada semana y dos sesiones semanales enfocadas en fuerza muscular. Elegir actividades agradables como el baile favorece la continuidad de la rutina.
Según datos de Healthline, una persona con un peso de 150 kilos puede quemar 118 calorías en 30 minutos bailando de salón, y hasta 207 calorías si realiza una sesión de swing. Otros estilos recomendados para reducir el estrés incluyen Zumba, ballet e incluso pole dance. Para comenzar, se recomienda explorar diferentes géneros musicales y moverse con libertad, observando a otros bailarines para adquirir nociones básicas. Lo importante es sentirse cómodo al experimentar con los propios movimientos.
También es útil inscribirse en clases para principiantes del estilo que resulte más atractivo, con el fin de aprender las técnicas fundamentales. La práctica constante, la paciencia y evitar comparaciones con los demás son claves para avanzar. Los géneros más populares incluyen salsa, hip-hop, bachata, danza clásica y ballet. También son frecuentes opciones como el reggaetón, la música electrónica (EDM) y diversos ritmos latinos. Este conjunto de estudios propone que el baile puede ser una herramienta complementaria para el manejo del estrés, sin necesidad de complejos equipos o condiciones específicas.