Naciones Unidas se ha mostrado este lunes «profundamente alarmada» por el bombardeo ejecutado por el Ejército de Estados Unidos contra un centro de detención de migrantes en la provincia de Saada, situada en el noroeste de Yemen, donde los rebeldes hutíes han denunciado la muerte de al menos 60 personas.
«Estamos profundamente alarmados por los informes sobre bombardeos contra un centro de detención de migrantes en la gobernación de Saada y que habría ocurrido durante la noche. Estamos entristecidos por la trágica pérdida de vidas en la que muchos migrantes han muerto o resultado heridos», ha declarado el portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric, en rueda de prensa.
La insurgencia recalcó que el centro estaba bajo supervisión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y Cruz Roja, pero el portavoz ha explicado que «la OIM no ha estado operando en esta instalación en particular». «Aunque (..) siguen comprometidos a seguir de cerca la situación y están listos para ofrecer apoyo si es necesario», ha agregado.
Dujarric ha agregado que los hospitales de la zona están «desbordados debido a su limitada capacidad», puesto que dos de los centros hospitalarios «ya han recibido a más de 50 heridos, muchos de ellos en estado crítico». «Estos ataques suponen un riesgo cada vez mayor para la población civil de Yemen», ha alertado, mientras que ha denunciado otros ataques estadounidenses perpetrados en las últimas horas contra víctimas civiles.
En este sentido, ha vuelto a pedir a todas las partes que cumplan las obligaciones que les impone el Derecho Internacional Humanitario, incluida la protección de la población civil.
Además, en las últimas horas el Ministerio de Sanidad vinculado a la insurgenia ha denunciado la muerte de doce personas, incluidas mujeres y niños, así como cuatro heridos en un nuevo ataque estadounidense contra viviendas residenciales en la capital yemení, Saná.
Por otro lado, el portavoz militar de los hutíes, Yahya Sari, ha afirmado que han llevado a cabo ataques con misiles de crucero, balísticos y drones contra el portaaviones ‘USS Harry Truman’ y buques estadounidenses en represalia por los recientes bombardeos.
«El enfrentamiento resultante obligó al portaaviones a retirarse de su posición anterior y dirigirse al extremo norte de mar Rojo. Persistiremos en sus ataques y persecución contra el portaaviones y todos los buques de guerra enemigos en el mar Rojo y Arábigo hasta que cese la agresión contra Yemen», reza un comunicado.
Asimismo, el portavoz militar ha afirmado que ha llevado a cabo una «operación militar contra un objetivo vital del enemigo israelí en la zona ocupada de Ashkelon con un dron».
El Mando Central de Estados Unidos (CENTCOM) ha señalado que, desde que inició a mediados de marzo su operación a gran escala contra el grupo rebelde, «ha atacado más de 800 objetivos», matando a «cientos de combatientes hutíes», antes de asegurar que limitará la publicación de detalles sobre sus ataques «para preservar la seguridad operativa».
Las fuerzas estadounidenses llevan semanas lanzando bombardeos de forma casi diaria en varias provincias de Yemen, incluida la de Saná, después de que el inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, anunciara el comienzo de una «acción militar decisiva y contundente» contra los hutíes en respuesta a su campaña de ataques en el mar Rojo.
Los rebeldes han lanzado ataques contra la navegación y directamente contra Israel en respuesta a la ofensiva militar contra Gaza. Estas operaciones fueron suspendidas tras el alto el fuego de enero entre el Gobierno israelí y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), si bien los hutíes las retomaron después de que Israel rompiera el acuerdo el 18 de marzo y reactivara su ofensiva contra la Franja.