Perdido y enfermo, llegó a un peaje de Panamericana con su último aliento: “Parecía pedir ayuda”

admin

Descansaba en su casa ese día de franco, cuando recibió una llamada del personal de seguridad del peaje Belgrano, sobre la Autopista Panamericana, en el km 26,5, que alertaba sobre un perro que deambulaba entre los autos en las inmediaciones del lugar.

“No dudamos y fuimos por él. Agarramos las llaves del auto, collar, correa, comida, una manta y allí fuimos, sin saber con qué nos íbamos a encontrar”, detalla Victoria Catalano, que conforma junto a 30 compañeros @rescataditosdelsol, un grupo que asiste a animales atropellados perdidos y, además, junta dinero para poder costear el alimento y los tratamientos veterinarios de cada uno de los rescatados.

Descartada de un criadero y con signos de haber amamantado, la encontraron en un estado crítico: “Nunca perdió su carácter dulce”

Un mensaje alertó sobre la situación de Pelusa.

Rendido y sin energía, pidió ayuda

“Los casos que solemos manejar en Panamericana son verdaderamente un desafío. Más allá de lo complejo que es un rescate en sí mismo, la velocidad de los autos hace que los operativos se resuelvan en cuestión de minutos. Es muy difícil llegar a tiempo y poner al animal a salvo, como así también manipularlo si está asustado o en lugares complejos -como un carril central- mientras el tránsito sigue circulando”.

Al llegar al lugar, Victoria y los otros voluntarios se encontraron con una escena de abandono y tristeza. El perro había sido abandonado a su suerte. “Por su estado nos dimos cuenta de que venía hace meses en esas condiciones hasta que llegó al peaje completamente rendido ya sin fuerzas ni energía, casi como pidiendo ayuda”.

Pelusa llegó al peaje completamente rendido, sin energía.

Su pelo, su piel, su pelaje y su triste mirada, contaban la historia que muchos perritos de la calle atraviesan. Las pulgas, las garrapatas, la conjuntivitis que le impedía abrir sus ojos, todo esto a la vista de una sociedad que lo había vuelto completamente invisible. “Lo levantamos, lo cargamos en el auto y allí comenzó la vuelta a la vida de nuestro querido Pelusa, como lo bautizamos por como tenía el pelito en ese momento”.

De inmediato lo llevaron a la veterinaria para un chequeo completo y diagnóstico. Pelusa tenía conjuntivitis, la piel completamente lastimada por las pulgas y las garrapatas, una otitis aguda, déficit de hierro y de vitaminas. Además, fue diagnosticado con Ehrlichia, una enfermedad transmitida por garrapatas y que, según los expertos de MSD Salud Animal, cursa con síntomas de depresión, falta de apetito, fiebre y pérdida de peso en líneas generales. La enfermedad se suele tratar con antibiótico bajo supervisión del profesional veterinario y puede curarse siempre que se identifique a tiempo. Pelusa tenía un largo camino hasta recuperarse.

Victoria abrió las puertas de su casa para que Pelusa se recuperara.

Había recibido algún tipo de maltrato

Como tantas otras veces, Victoria abrió las puertas de su casa y de su corazón para que Pelusa pudiera rehabilitarse. “Gracias a la colecta interna que hicimos los voluntarios que trabajamos en el peaje, pudimos costear y solventar cada gasto para que no le faltara nada”.

Al principio, Pelusa estaba asustado, pero luego comprendió que Victoria solo quería ayudarlo.

La primera noche fue difícil. Pelusa estaba asustado, apenas podía abrir sus ojos y temblaba si alguien se acercaba. “Es probable que haya recibido algún tipo de maltrato. Al principio nos gruñía, pero después comprendió que queríamos ayudarlo y comenzó a relajarse”.

Victoria y Pelusa.

Una luz de esperanza

Los meses habían pasado, y había llegado el momento de buscarle un hogar al perrito de suave pelaje dorado. Después de realizar varias publicaciones y revisar los formularios de quienes estaban interesados en darle un hogar al perro de ocho años, apareció un perfil que encendió la luz de la esperanza: una chica muy jovencita que todas las semanas preguntaba por Pelusa.

.

El amor entre Pelusa e Ileana fue mágico. La corazonada de Victoria no se había equivocado al elegirla entre los postulantes. “La compañía de Hugo -antes Pelusa- es un pedacito de mundo donde el tiempo se detiene, el corazón descansa y todo encuentra su lugar”, escribió Ileana en un mensaje de agradecimiento a quienes habían cambiado la historia de un perro que sobrevivía en la calle.

Compartí una historia

Si tenés una historia de adopción, rescate, rehabilitación o ayudaste a algún animal en situación de riesgo y querés contar su historia, escribinos a [email protected]

Deja un comentario

Next Post

Confesiones y recuerdos. Alejandro Roemmers y Álvaro Vargas Llosa: el legado de sus padres, los libros y sus años de amistad

El abrazo que se dan al verse resume lo que vendrá después: una charla de corazón entre dos amigos que se admiran y se respetan tanto que ni siquiera el dolor más profundo logró romper una promesa. “Le había dado mi palabra a Alejandro, a quien aprecio muchísimo. No son […]
Confesiones y recuerdos. Alejandro Roemmers y Álvaro Vargas Llosa: el legado de sus padres, los libros y sus años de amistad

NOTICIAS RELACIONADAS

error: Content is protected !!