El jefe del Gabinete Ministerial, Gustavo Adrianzén, aseguró este miércoles que mantiene la “moral a tope” pese a enfrentar tres mociones de censura presentadas en el Congreso, a raíz de la tragedia ocurrida en Pataz (La Libertad), donde 13 trabajadores fueron asesinados tras haber sido secuestrados.
“¡Moral a tope! Todo Por El Perú, ¡avanzamos!”, escribió por la mañana en su cuenta oficial de X, antes Twitter. La moción más reciente fue presentada por la bancada de Renovación Popular y solicita su destitución “por su manifiesta incapacidad” y “por su absoluta falta de reacción, control y estrategia oportuna” ante “la grave situación de crisis” que atraviesa el país.
Cuatro días antes de la masacre, Adrianzén había negado la existencia de “información veraz” sobre el secuestro de mineros y afirmó que el Ejecutivo no había recibido “ninguna denuncia” oficial.
En ese momento, minimizó el reporte e indicó que se comunicó con representantes de la minera Poderosa —empresa que opera en la zona—, quienes le negaron “que los afectados sean trabajadores de su empresa, ya sea directamente de la mina o asociados a ella, mediante algún convenio”.
“Más allá de eso, si los secuestrados son o no empleados de la mina, nos preocupa que esta información sea cierta. No obstante, nuestros cuerpos de seguridad en Pataz no tienen indicios de que el suceso reportado sea veraz (…) No tenemos ninguna denuncia hasta el momento, pero confiamos en que, como resultado de las investigaciones, se demuestre que se trató de una falsa alarma”, agregó.
No obstante, una vez confirmada la masacre, el primer ministro evitó asumir responsabilidad directa por lo ocurrido. Hasta ahora, 54 congresistas han respaldado las mociones. Además, el legislador Edward Málaga promueve una propuesta propia, por lo que el número de congresistas que están a favor de que el premier sea retirado del cargo sea mayor a 54.
Para que una moción de censura proceda se requieren 66 votos. Es decir, Adrianzén está a 12 votos de ser expectorado del cargo de jefe de gabinete ministerial. De concretarse su salida, se desencadenaría una “crisis total del gabinete”, lo cual obligaría a todos los ministros a presentar su renuncia ante la presidenta Dina Boluarte. En estos casos, es común que algunos ministros se mantengan o asuman nuevas funciones.
En entrevista con Canal N, el ministro de Educación, Morgan Quero, expresó su rechazo a las mociones y sostuvo que el país necesita unidad frente a las amenazas del crimen organizado. Confió en que las iniciativas parlamentarias no prosperarán y, consultado sobre si aceptaría asumir el cargo, replicó que “servirá al país” donde “pueda ser útil”.
“Este es un gabinete cohesionado, firme, unido, digno y hasta fuerte, trabajamos en equipo (…) tenemos que reflexionar sobre lo que acontece en el Perú en estos días y hoy lo que reclama la historia, la sociedad, es unidad (…) frente a diferentes amenazas que buscan entorpecer el progreso de la nación”, dijo.