México es un país con alta actividad sísmica debido a su ubicación entre varias placas tectónicas, como la de Cocos, la del Pacífico y la de Norteamérica. Esto provoca frecuentes temblores, especialmente en zonas como la Ciudad de México, Oaxaca y Guerrero.
En caso de sismo, es importante mantener la calma, alejarse de ventanas y objetos que puedan caer, y ubicarse en zonas seguras como bajo una mesa resistente, en la formación de un “triángulo de la vida” o junto a un muro de carga. Después del sismo, revisa posibles fugas de gas, electricidad o agua, y sigue las indicaciones de protección civil o autoridades locales.