Brasil y China han comenzado a discutir la posibilidad de construir un ferrocarril que conecte ambos países, extendiéndose hasta el Megapuerto de Chancay, inaugurado en 2024 en Perú. El proyecto implica la construcción de una vía que pasaría por el estado brasileño de Acre, cerca de la frontera con Bolivia, y se extendería hasta la costa atlántica en el estado de Bahía. En una entrevista reciente, la ministra de Planificación de Brasil, Simone Tebet, explicó que el régimen chino había propuesto una ruta más corta para el ferrocarril, pero esta pasaría por áreas de reservas ambientales y tierras indígenas en la Amazonía. Afortunadamente, los chinos comprendieron las objeciones de la nación sudamericana con respecto a esta propuesta.
Tebet, optimista por los avances, destacó la relevancia de la visita de Estado que el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, hará a Pekín en los próximos días. Según la ministra, China no solo muestra interés en este ferrocarril, sino en otros proyectos de integración que la nación carioca está promoviendo para mejorar sus conexiones viales con los países vecinos. El país asiático, principal socio comercial de Brasil y un importante importador de productos agropecuarios y minerales, continúa mostrando su interés por fortalecer sus lazos con el país sudamericano.
Importante proyecto para Brasil
La construcción del ferrocarril representa una oportunidad estratégica para Brasil, especialmente en el contexto de su creciente necesidad de diversificar las rutas comerciales. El país ha estado buscando mejorar sus infraestructuras viales para superar las limitaciones que enfrenta en puertos como el de Santos, que concentra cerca de un tercio de las exportaciones brasileñas.
Este puerto ha demostrado ser un cuello de botella significativo, limitando las posibilidades de expansión del comercio exterior de Brasil. Las propuestas de China para este nuevo proyecto buscan aliviar esa presión, aunque aún deben superar importantes desafíos ambientales y sociales, especialmente relacionados con la preservación de la Amazonía.
Preocupaciones por el impacto ambiental y las comunidades indígenas
La objeción de Brasil a la propuesta inicial de China, que implicaba un paso por zonas sensibles de la Amazonía, subraya la importancia de abordar las implicaciones ambientales de grandes proyectos de infraestructura. La ministra Tebet señaló que, aunque el interés por parte de la nación asiática es considerable, su país no está dispuesto a comprometer sus reservas naturales ni las tierras de las comunidades indígenas.
Este enfoque refleja la creciente preocupación global sobre los impactos que las grandes iniciativas de infraestructura pueden tener sobre ecosistemas frágiles, como la selva amazónica.
Efectos ecológicos del Megapuerto de Chancay
Desde noviembre de 2024, el Terminal Portuario Multipropósito de Chancay, operado por Cosco Shipping Ports Chancay Perú, una filial de la empresa china Cosco Shipping, ha estado en funcionamiento. Este megaproyecto ha generado controversia, especialmente en términos de su impacto en la zona y los problemas derivados de la construcción del puerto, el crecimiento poblacional y las consecuencias ambientales.
En una entrevista con Infobae Perú, Vladimir Cantoral, presidente de la Asociación de Ciudadanos Frente de Defensa por la Dignidad y Libertad de Chancay (Freddlich), expresó su preocupación por la situación ambiental en la región. Según Cantoral, el Humedal Santa Rosa, ubicado cerca del puerto, está perdiendo progresivamente arena, mientras que la situación con la playa Chorrillos aún no ha sido abordada adecuadamente.
Además, se recordó que en febrero, la asociación de Chancay presentó una denuncia ante Cosco Shipping en la Fiscalía Provincial de Prevención del Delito con Competencia en Materia Ambiental de Huaral. El documento que respalda esta denuncia detalla que la construcción del megapuerto, que involucra la creación de un espigón principal de 2,7 km y un espigón auxiliar de 250 metros, ha causado impactos ambientales graves en las playas cercanas, como Puerto de Chancay y Chorrillos, según lo estipulado en el Estudio de Impacto Ambiental Modificado (MEAI 2020).