Heredar con honra implica cuidar lo recibido, y el heredero de este terreno en Caballito no tuvo dudas de que el camino para valorar el legado de su abuelo era preservar el lenguaje de la casa chorizo que recibió; incluso, de su fachada: la vidriera de lo que alguna vez fue la verdulería familiar.
“Hizo mucho hincapié en que quería restaurar el frente del comercio con la mayor fidelidad posible”, cuentan los arquitectos Mariano Medina y Javier Bossi, de Estudio Damero, quienes llevaron a cabo este proyecto junto con su colega Diego Piccinelli.
Detrás de las persianas metálicas (ahora, fijas) y el encantador juego de molduras en marcos y cornisas, se esconde una casa con amplios espacios integrados, perspectivas largas que rematan en fondos verdes y un baño de luz natural que se cuela por ventanas de todo tipo y tamaño.
“En 2024 se abrió para Open House; nos sorprendió la reacción de la gente al descubrir lo que sucedía al entrar”, agregan los socios, en referencia al festival que se celebra cada año en la ciudad de Buenos Aires, en el cual se abren las puertas de muchas perlitas arquitectónicas y urbanísticas del mapa porteño.
El proyecto recupera la fachada original, que correspondía a un local del abuelo del dueño de casa; y, detrás de ese frente sobrio y hermético, construye un universo sorpresivo: un ‘oasis urbano’ conformado por tres patios que elevan ampliamente la calidad habitacional de una típica casa chorizo.
Arqs. Mariano Medina y Javier Bossi, de Estudio Damero
La entrada desde la calle pretende dar pistas del diseño interior, según cuentan los arquitectos: “Como no pudimos reconstruir con exactitud la puerta que había, rompimos el estilo y diseñamos una nueva, moderna, como anuncio de que existe una reforma”.
Volumen contínuo
“En la planta baja, donde quedaron algunos muros preexistentes, optamos por aberturas y detalles en madera, para recordar, junto con el piso de terrazo, la construcción tradicional. Todo el crecimiento nuevo se hizo en steel framing, el sistema de construcción en seco con perfilería metálica”.
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“En el área que integran la cocina, el living y el comedor, se recuperaron la bovedilla y los casi cuatro metros de altura, que fueron destacados, intencionalmente, con un curtain-wall que atraviesa todos los niveles».
Aprovechando el espacio bajo la escalera y sumando solo un banco, se armó un mudroom o cuarto de barro simple, en el cual dejar zapatos, bolsos y llaves.
“La casa pierde límites y definición gracias a los niveles que se superponen y los patios que la perforan. Por eso, la pasarela ‘flota’ y tiene una baranda etérea, de modo de no interferir con la percepción del gran volumen integrado”.
Cambio de materialidad
En la planta alta, siguiendo la clave industrial y respetando la esencia de reciclaje que atraviesa el proyecto, el techo de chapa acanalada de las ampliaciones reemplaza al de bovedilla. La paleta de colores de los nuevos ambientes es igual a la de la planta baja; la estética se unifica y no hay ruido visual: todo es metal (blanco) y madera.
En el último piso se armaron dos dormitorios secundarios con un playroom de antesala. Las ventanas sobre el nivel de las puertas permiten percibir la continuidad del cielo raso y ayudan a integrar visualmente los ambientes, que así, también, comparten claridad.
“El dormitorio principal ‘cuelga’ entre las medianeras y avanza sobre el jardín, aprovechando el encuadre despejado del paisaje”.
El gran respiro
“El jardín del fondo es el broche de oro del ‘oasis’, donde la vegetación se vuelve más selvática y el área social se extiende bajo la galería cuando se abren las ventanas”.
El paisajismo estuvo a cargo del estudio Rolândia. El objetivo fue generar frondosidad y atraer pájaros y mariposas por medio de la introducción de especies nativas.
No solo se cubrió todo de verde con enredaderas y canteros, sino que la pileta, oscura y con desborde, se diseñó como un gran espejo de agua que refleja la vegetación y amplía las visuales.
Punto por punto: qué se hizo
- Se pensó la casa como una “gran masa de aire ininterrumpida”, que se nutre de dos patios y un jardín para iluminarse y ventilar.
- En cada nivel, el retiro tiene una distancia diferente; así, los volúmenes altos nunca llegan a la calle, y la fachada mantiene su perfil urbano inicial, de una sola planta.
- Para reforzar la volumetría interior y conectar las ampliaciones metálicas, se generó una pasarela abierta dentro de la doble altura.
- En los niveles superiores se instalaron tres dormitorios. El principal, balconea al jardín.Los otros dos, unidos a un playroom, se vinculan con el patio de acceso y el patio lateral.