Manila, 12 may (EFE).- El expresidente de Filipinas Rodrigo Duterte, encarcelado en La Haya a la espera de ser juzgado por crímenes contra la humanidad en relación con su guerra contra las drogas, pasó este lunes una jornada electoral «triste» por no poder votar a pesar de aspirar a la alcaldía de su bastión sureño.
«No ejerció su derecho al voto esta vez, y estoy segura de que está triste por ello», afirmó a los medios la vicepresidenta e hija del exmandatario, Sara Duterte, tras depositar su voto en unas elecciones a mitad de mandato marcadas por el enfrentamiento entre su clan y el presidente, Ferdinand Marcos Jr.
La vicepresidenta votó en Davao, ciudad en la que el expresidente aspira a la alcadía y que gobernó durante más de tres décadas antes de hacerse con la presidencia entre 2016 y 2022.
Rodrigo Duterte, cuya guerra contra las drogas dejó 6.000 muertos según cifras de la Policía y unos 30.000 según organizaciones locales, se encuentra detenido en La Haya y no está registrado como votante en el extranjero.
El exmandatario fue detenido el pasado marzo después de que la Corte Penal Internacional (CPI) lo acusara de crímenes contra la humanidad, y se encuentra a la espera de que el juicio comience el próximo septiembre. Según su hija, no fue posible convencer a la Comisión Electoral de Filipinas (COMELEC) para que pudiese depositar su papeleta.
El arresto ha dejado abiertos otros interrogantes, como qué pasará en caso de que gane la alcaldía de Davao. A falta de condena firme, nada le impidió presentarse a los comicios, pero la propia Sara Duterte afirmó el pasado marzo que es posible que su padre nunca vuelva a Filipinas.
«El abogado ante la CPI dijo que, una vez recibamos los documentos (en caso de ganar), podremos intentar que el expresidente Rodrigo Duterte tome juramento», explicó la vicepresidenta.
Una docena de los 24 escaños del Senado, la totalidad de los 318 puestos de la Cámara Baja del Congreso y más de 18.000 puestos de la administración local están en liza en los comicios de hoy.
Aunque la vicepresidencia no está en juego, las elecciones determinarán la composición del influyente Senado y por tanto el futuro de Sara Duterte. Los comicios son también vistos como un referéndum a las políticas de Marcos Jr., abiertamente enfrentado ahora a la vicepresidenta, antigua aliada con la que ganó las elecciones presidenciales de 2022.
Sara Duterte se enfrenta a un reguero de acusaciones de corrupción en el marco de un juicio político ante la cámara alta del Congreso que podrían desembocar en su destitución, eliminando sus opciones de optar a dirigir el país en 2028.
Así pues, su campo espera posicionar a un número suficiente de senadores afines para garantizar la supervivencia política.
«No voy a decir qué número porque me podríais acusar de tener un exceso de confianza», dijo Sara Duterte, preguntada por cuántos aspirantes a senador cree que resultarán elegidos. «Pero más de dos», zanjó. EFE
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