Las autoridades instauradas en Siria tras la caída en diciembre de 2024 del régimen de Bashar al Assad han afirmado este lunes que la decisión del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) de disolverse y poner fin a su lucha armada con Turquía supone «un paso importante» para Oriente Próximo.
«Felicito a Turquía por el acuerdo con el PKK, que incrementará la estabilidad en Turquía y en la región», ha dicho el ministro de Exteriores sirio, Asaad al Shaibani, quien se encuentra en Ankara en visita oficial, en medio del estrechamiento de los lazos bilaterales tras la caída del régimen de Al Assad, según ha informado la agencia estatal siria de noticias, SANA.
Las palabras de Al Shaibani han llegado horas después de que el PKK anunciara que su congreso, celebrado la semana pasada, «ha decidido disolver la estructura organizativa y poner fin a la lucha armada, en el marco del proceso práctico que será gestionado y encabezado por nuestro líder ‘Apo’ –apodo del encarcelado líder del grupo, Abdulá Ocalan, que significa ‘tío’ en kurdo–«.
«En este sentido, se ha completado la misión histórica del PKK», ha dicho el grupo, antes de ahondar que la decisión «supone un firme pilar para una paz permanente y una solución permanente». Además, ha pedido al Parlamento de Turquía que «juegue su papel, con una responsabilidad histórica», para impulsar este proceso, que pasa por la excarcelación de Ocalan para que «encabece dirija este proceso».
El Gobierno turco y el PKK ya iniciaron en 2013 un proceso de conversaciones de paz, si bien se derrumbaron en 2015 y se vieron seguidas por un estallido de enfrentamientos en las zonas de mayoría kurda en el sureste y el este del país. Si bien el PKK formuló tras su fundación un llamamiento a la creación de un Estado independiente, en la actualidad aboga por una mayor autonomía en las zonas de mayoría kurda, parte de lo que se considera el Kurdistán histórico, que se extiende también a partes de Siria, Irak e Irán.