El fútbol brasileño dio un gran golpe de escena con la contratación a Carlo Ancelotti para dirigir a una selección que tiene muy desilusionados a los torcedores por el largo tiempo que lleva encadenando bajos rendimientos y pobres resultados. El 4-1 que le propinó la Argentina por las eliminatorias fue un impacto que le hizo tocar fondo, con el despido a Dorival Jr. y la urgencia de enviar una señal de reacción, representada en la llegada del director técnico italiano, el segundo extranjero en la historia de la canarinha.
El único y fugaz antecedente es el del argentino Filpo Núñez, que en 1955 se puso al frente de Cruzeiro. Núñez llegó a ser director técnico de Brasil por un encuentro, como un reconocimiento al gran Palmeiras al que condujo en 1965, campeón por demolición del Torneo Río-San Pablo. La Confederación Brasileña decidió que el equipo completo de Palmeiras representara al seleccionado en el cotejo inaugural del estadio Mineirão, de Belo Horizonte. Fue un 3-0 sobre Uruguay.
La incorporación de Ancelotti es un tema que ocupa a todos en Brasil, hasta al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, confeso hincha de Corinthians. Como lo había hecho en otra ocasión, el primer mandatario expuso una visión nacionalista sobre el encargado de dirigir a la selección, sin llegar a una postura extrema.
En viaje hacia China, Lula expresó en las últimas horas que aunque no tiene “nada en contra” de que sea un extranjero, “hay técnicos en Brasil que podrían dirigir a la selección”. Tiempo atrás, cuando la Confederación Brasileña de Fútbol intentó que Ancelotti asumiera tras el Mundial Qatar 2022, Lula había sido más terminante sobre esa posibilidad: “Nunca fue técnico de Italia. Que resuelva los problemas de Italia, que no fue ni a disputar la última Copa del Mundo”.
Sellado ahora el acuerdo, Lula destacó la trayectoria de Ancelotti: “Es un gran técnico, tácticamente muy bien preparado. Espero que pueda ayudar a la selección, primero a clasificarse para la Copa del Mundo y luego, si es posible, a ganar la Copa”.
El exdirigente sindical también cree que ya no hay tan buenos futbolistas: “El problema de Brasil es que tenemos una cosecha de jugadores que no es igual a las que tuvimos en el pasado”. Y se animó a dejarle una sugerencia localista a Ancelotti: “Me gustaría hacer un ensayo convocando a la selección solo a los mejores jugadores que terminan el campeonato brasileño, para ver qué pasa”.
Mientras termina su vínculo con Real Madrid en las tres últimas fechas de la liga de España, Ancelotti ya prepara su desembarco, con la doble ventana de junio (ante Ecuador y Paraguay) de las eliminatorias como primer examen. Teniendo en cuenta que no lo acompañará como ayudante de campo su hijo Davide –desea empezar una carrera como DT principal–, tanto la Confederación Brasileña como el italiano están consensuando incorporar un colaborador que facilite la integración y la relación con el plantel. Según CNN Brasil, un candidato es Kaká, a quien el italiano dirigió en Milan y Real Madrid, y que desde su retiro estuvo vinculado comercialmente con el fútbol, sin incursionar en la dirección técnica.