El colegio técnico de Comas que capacita a jóvenes y adultos: cubre sus gastos con el alquiler de sus instalaciones

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El alquiler de su campo deportivo no es una práctica reciente.
(Composición Infobae: Andina / La Bella Luz)

En el distrito de Comas, funciona un colegio que ofrece formación técnica a sus estudiantes, con el propósito de que, al egresar, puedan integrarse al mundo productivo como trabajadores calificados en una empresa o impulsar su propio emprendimiento mediante la creación y dirección de una micro o pequeña empresa. Se trata del colegio Jesús Obrero.

Esta institución educativa apostó por una enseñanza técnica que integra valores y principios cristianos, sin desvincularse de los objetivos de la Educación Básica Regular (EBR), modalidad que comprende los niveles de Inicial, Primaria y Secundaria.

La creación de este colegio fue una tarea ardua que requirió no solo la buena voluntad de los religiosos, sino también el respaldo constante de empresas privadas y del gobierno de turno. Gracias al esfuerzo mancomunado, el plantel abrió sus puertas el 25 de febrero de 1962 para recibir a adolescentes de entre 14 y 17 años. Desde entonces, han ocurrido numerosos acontecimientos que merecen ser contados.

(Difusión)

Uno de esos hechos fue la implementación de un Centro de Enseñanza Ocupacional (CEO), así como las donaciones que la escuela recibió en más de una ocasión por parte de empresas privadas. Incluso antes de su inauguración, ocurrieron eventos que vale la pena recordar, pues durante ese periodo varias personas filantrópicas realizaron grandes esfuerzos para asistir a cientos de familias provenientes de distintas provincias del interior del Perú.

La historia poco conocida del colegio Jesús Obrero

El distrito de Comas fue creado el 12 de diciembre de 1961 mediante el Decreto Ley N.º 13757, tras su separación del distrito de Carabayllo. En aquel entonces, cientos de viviendas precarias se levantaban sobre terrenos áridos, donde el polvo se alzaba cada vez que una unidad de transporte cruzaba la zona. Esta realidad fue evidente para el padre Andrés Godin, misionero oblato de María Inmaculada, quien recorría el lugar en su motocicleta Harley Davidson.

Sin embargo, Godin conoció esta zona periférica de Lima antes de la creación del distrito de Comas. A comienzos de 1960, realizó un rápido recorrido por el lugar y evaluó directamente la situación social, identificando las necesidades más urgentes de las numerosas familias asentadas en esta parte de la capital.

(Portal Los Elegantes del Obrero)

Las acciones del religioso en favor de los más necesitados, los detalles de la fundación del colegio Jesús Obrero y los hechos ocurridos a lo largo de sus más de 60 años de historia fueron relatados por el historiador Santiago Tácunan Bonifacio en su libro ‘Iglesia y educación: Historia de los colegios Presentación de María y Jesús Obrero de Comas’.

“En Comas, una de sus primeras acciones fue formar un pequeño centro de salud para atender a cientos de personas, sobre todo niños y jóvenes, con la finalidad de aliviar sus dolencias físicas, aumentar sus niveles de inmunidad, y fortalecer y asegurar su crecimiento nutricional. Para hacerse cargo de estas labores llamó a la M. Juana de Arco de la Congregación Nuestra Señora de los Ángeles. Junto a ella buscó mejorar la infraestructura médica y contar con una dotación de medicamentos de distribución gratuita a favor de los más necesitados”, se lee en el libro.

Consciente de las carencias de la zona, el padre Godin gestionó ante el Estado y el Banco de Crédito del Perú la donación de un terreno para construir un centro médico que atendiera a la población. Además, pidió un espacio adicional para levantar su casa espiritual y el alojamiento de las religiosas de Nuestra Señora de los Ángeles, quienes también colaboraban con la comunidad.

En su análisis de las necesidades más urgentes, identificó que la educación y la recreación eran importantes para mejorar la vida de los jóvenes. Por ello, presentó una solicitud al Ministerio de Fomento y al Ministerio de Hacienda con el objetivo de obtener un terreno donde pudiera construirse un colegio técnico y un campo deportivo.

(Difusión)

A raíz de su solicitud, el Ministerio de Fomento le otorgó un terreno de 7.350 metros cuadrados destinado a la construcción de la parroquia y del colegio. Por su parte, el Ministerio de Hacienda le cedió un área adicional de 7.000 metros cuadrados para el futuro campo deportivo.

En otra página del libro de Tácunan Bonifacio se puede leer lo siguiente: “El presidente de la República ordenó al ministro de Educación, Juan Villanueva, que coordinara el reconocimiento y la firma de un convenio para viabilizar la creación de un colegio técnico regentado por los oblatos, tal como ocurrió el 17 de noviembre de 1961, según Resolución Suprema N. 360. Esta norma asignaba originalmente a este plantel el nombre de colegio industrial Nuestra Señora de la Paz”.

En noviembre de ese año, varios camiones del Regimiento de Blindados del Rímac llegaron a la zona donde se encontraba la parroquia Nuestra Señora de la Paz. El padre Godin los recibió personalmente y supervisó la entrega de más de diez cajas repletas de máquinas, herramientas y utensilios esenciales para impartir clases técnicas. Mientras se completaba la construcción del colegio, todo fue guardado dentro del local parroquial.

Pero el respaldo económico y técnico al colegio Jesús Obrero no provino solo de esa entidad. Empresas privadas de diversos sectores también realizaron donaciones al plantel.

(Difusión)

Por otro lado, el historiador Tácunan Bonifacio sostiene que, aunque la fundación del colegio Jesús Obrero fue obra de los oblatos de María Inmaculada, la gestión administrativa y educativa estuvo a cargo de los Hermanos de la Caridad, quienes se hicieron responsables de su conducción desde sus primeros años.

En lo referente a la educación, se sabe que los primeros docentes del colegio fueron de nacionalidad extranjera. En Lima, Luc Nolet asumió la dirección general de la institución y, en enero de 1962, recibió a una delegación de la Hermandad de la Caridad. Este grupo estuvo integrado por Francisco Dion, encargado del curso de ebanistería; Ceferino Tourigny, profesor de física y química; Carlos Augusto Mathieu, quien asumió la tesorería; y Bernardo Boulay Turner, designado como regente.

“Este grupo humano fue complementado con la llegada de otros docentes, como Horst Lindner, José Mulder y Alois Linke, instructores alemanes contratados por MISEREOR, quienes debían hacerse cargo de los cursos de mecánica general, ebanistería y electricidad, respectivamente. Poco a poco se fueron sumando otros técnicos canadienses (Gérard Tremblay y Réal Gagnon) y hermanos de la Caridad (Jorge Morales Felipe)”, indica el investigador.

El 26 de febrero de 1962 se iniciaron las clases en el colegio Jesús Obrero. Según lo establecido en el plan de estudios, los alumnos recibían asignaturas generales como lenguaje, matemática, historia y geografía, junto con cursos técnicos como dibujo técnico e Instrucción Pre-Militar (IPM). Por las tardes, los estudiantes se dedicaban a realizar prácticas en los talleres especializados.

(Difusión)

Con el paso de los años, en 1967 el Ministerio de Educación aprobó la creación de un Centro de Enseñanza Ocupacional (CEO) que contaba con el mismo equipo docente. La formación tenía una duración de un año y al finalizar, los estudiantes obtenían un certificado oficial en áreas como instalaciones eléctricas, soldadura, reparación de motores, dibujo técnico y tornería mecánica.

Alquiler del campo deportivo como fuente de ingresos

El campo deportivo del colegio Jesús Obrero no se limita únicamente a actividades deportivas o extracurriculares. En los últimos años, su uso se ha diversificado y ha acogido eventos que se alejan del ámbito educativo. Por ejemplo, en los primeros meses de cada año, las instalaciones suelen convertirse en sede de ferias escolares.

(Difusión)

Además, el campo ha sido escenario de conciertos, como el realizado el 26 de abril, cuando un gigantesco escenario se instaló en uno de sus extremos para celebrar el cumpleaños de Óscar Jr. Custodio, cantante e hijo del fundador de la orquesta de cumbia La Bella Luz.

El alquiler de estos espacios no es algo reciente. Ya en la segunda mitad del siglo XX, el campo deportivo del colegio Jesús Obrero se alquilaba. “En 1986 se dispuso alquilar el campo deportivo del colegio a un empresa de espectáculos para montar un show circense. Fue un acontecimiento importante que todos los pobladores de Comas disfrutaron a lo largo de dos meses (julio y agosto)”, contó Tácunan Bonifacio.

“El pago del alquiler sirvió para solventar los gastos de mantenimiento y reparación de maquinaria, así como para adquirir un lote de madera y metal para continuar fabricando diversos productos industriales y domésticos”, agregó.

Finalmente, a partir de 2013, el colegio Jesús Obrero experimentó un cambio considerable cuando los oblatos de María Inmaculada solicitaron a la diócesis de Carabayllo hacerse cargo de la institución. La diócesis designó al P. Pedro Martínez como promotor para dirigir esta nueva etapa.

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