El género lírico se ha impuesto en Eurovisión por segundo año consecutivo. Tras la victoria de Nemo Mettler el año pasado, Austria ha conquistado este sábado 17 de mayo su tercer oro en el Festival de la mano de JJ. El joven se ha alzado con el micrófono de cristal con Wasted love, una original propuesta que combina la ópera y el pop.
11 años después de la histórica victoria de Conchita Wurst, Austria vuelve a conquistar la gloria eurovisiva con una candidatura que ha cautivado a los jurados de los 37 países participantes. La canción, que desde su lanzamiento se situó entre las grandes favoritas, ha crecido sobre el escenario con una propuesta escénica firmada por el español Sergio Jaén.
Con una imagen en blanco y negro, JJ ha interpretado su tema sobre un barco de vela en el que navega a lo largo de tres minutos en los que demuestra su portento vocal y su potente presencia escénica. Finalmente, su candidatura se ha impuesto a la gran favorita, Suecia, y se ha alzado como vencedora gracias al respaldo del jurado, que le ha otorgado 258 puntos, y del televoto, que ha sumado 170 puntos a su marcador.
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La gala ha comenzado con un espectacular opening protagonizado por Nemo Mettler, ganadore de Eurovisión 2024, quien ha ofrecido una emocionante nueva versión de The Code con un impresionante vestido blanco.
Otro de los momentos más destacados de la noche ha sido la actuación de dos exparticipantes que arrasaron entre el público europeo con dos grandes hits que ya forman parte de la historia del Festival. Käärijä (Finlandia 2023) y Baby Lasagna (Croacia 2024) han cautivado con una original ‘batalla de gallos’ en la que han interpretado sus dos temas eurovisivos: Cha Cha Cha y Rim Tim Tagi Dim. Tras ello, han cantado juntos su nueva colaboración, #Eurodab.
Noruega ha sido la encargada de abrir las actuaciones de la noche, mientras que Albania ha cerrado la competición. En total, han sido 26 las propuestas que han logrado llegar a esta gran final en una edición en la que destaca especialmente la diversidad de idiomas. Y es que esta es la primera vez en 25 años que menos de la mitad de las letras están íntegramente en inglés.
Desde que las normas de Eurovisión cambiaran para permitir a los países participantes cantar en el idioma que deseen, el festival ha seguido dominado por el inglés. De hecho, 20 de las 25 canciones ganadoras desde entonces han sido cantadas en ese idioma.
Por este motivo, la organización ha querido destacar que la 69ª edición presente la mayor variedad de lenguas en un cuarto de siglo con 20 idiomas que han sonado sobre el escenario de Basilea. “El alejamiento del inglés es algo más que simbólico, y cantar en la lengua de uno puede traer emociones únicas que conecten a las audiencias con historias, patrimonios y comunidades que de lo contrario podrían quedar olvidadas”, ha expresado la UER.