La infusión de diente de león ha sido reconocida por sus múltiples beneficios para la salud, especialmente por su capacidad para apoyar el funcionamiento del hígado y el sistema digestivo.
Esta bebida preparada a partir de las hojas, flores o raíces de la planta, no sólo ayuda a desintoxicar el hígado, sino que también lo protege y favorece su regeneración. Además, su consumo puede ser útil para personas con hígado graso, digestiones lentas o estreñimiento, gracias a su capacidad para estimular la producción de bilis y mejorar la digestión.
Las propiedades diuréticas del diente de león son otro de sus puntos destacados. Su alto contenido de potasio permite aumentar la producción de orina sin causar desequilibrios electrolíticos, un efecto secundario común en otros diuréticos. Esto lo convierte en un aliado para combatir la retención de líquidos y tratar la hipertensión arterial. Asimismo, su acción diurética contribuye a prevenir la formación de cálculos renales y facilita la eliminación de toxinas a través del sistema urinario.
El diente de león también es rico en antioxidantes, lo que ayuda a proteger las células del daño oxidativo y a retrasar el envejecimiento prematuro. Las hojas del diente de león, en particular, contienen vitaminas A, C y K, además de minerales como calcio, hierro, magnesio y potasio, lo que refuerza su valor nutricional.
Sin embargo, el consumo de esta infusión no está exento de precauciones. Según el medio, debe tomarse con moderación, ya que estimula la producción de jugos gástricos, lo que podría causar molestias como acidez en personas sensibles. Además, no es recomendable para quienes padecen problemas biliares o han sido diagnosticados con condiciones que requieren reducir la producción de jugos gástricos. También se advierte que el diente de león puede interactuar con ciertos medicamentos, como diuréticos, anticoagulantes y bloqueantes neuromusculares, por lo que se aconseja consultar a un médico antes de consumirlo si se está bajo tratamiento farmacológico.
Quiénes no deben tomar té de diente de león
El té de diente de león puede no ser adecuado para las siguientes personas:
- Personas alérgicas a la planta o a las pertenecientes a su familia botánica: Aquellos con alergias a plantas como la manzanilla, la ambrosía, las margaritas o los crisantemos deben evitar el diente de león ya que puede causar reacciones como erupciones cutáneas, inflamación o dificultad para respirar.
- Personas con trastornos biliares o renales: Debido a su efecto diurético y estimulante en la producción de bilis, está contraindicado en casos de obstrucción biliar, cálculos renales o afecciones relacionadas.
- Personas con úlceras gástricas o problemas de acidez estomacal: El diente de león puede aumentar la producción de ácido gástrico y empeorar los síntomas de estas condiciones.
- Personas bajo tratamiento médico: Puede interactuar con medicamentos como diuréticos, anticoagulantes, medicamentos para la diabetes o para tensión arterial. Es importante consultar a un médico antes de consumirlo en estos casos.