Raúl Casado
Madrid, 19 may (EFE).- Mar España ha dirigido durante diez años la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) y lo primero que ha hecho al jubilarse es retratar cómo se somete a una sociedad en un mundo «irremediablemente» digital, pero también poner sobre la mesa herramientas para que los usuarios aprendan a liberarse de la trampa de los algoritmos y de los patrones adictivos de la industria digital.
«Así se somete a una sociedad» (Roca Editorial) radiografía algunos de los avances tecnológicos más disruptivos, como la inteligencia artificial, el ‘internet de las cosas’, la minería de datos o las posibilidades de tratar los ‘neurodatos’, y las posibilidades de todo ello para el crecimiento y el bienestar humano; luego compila algunas de las peores consecuencias de esa digitalización masiva.
Describe este trabajo casi como un ‘manual de supervivencia’ ante una industria, la digital, «que está basada en secuestrar nuestra atención para que pasemos el mayor tiempo posible en redes debido a los patrones adictivos que nos conducen a comportamientos que pueden ser muy perjudiciales» y que están afectando -asegura durante una entrevista con EFE- al bienestar personal y a la propia felicidad de las personas.
Y mantiene con rotundidad que los usuarios están, sí, «completamente sometidos» a esa industria, que «roba» no sólo la atención involuntaria de los usuarios, también su tiempo, su salud o la calidad de sus conexiones en internet, y apela además a las numerosas evidencias científicas que ya existen sobre los peligros de la «hiperconexión» o sobre los daños físicos y mentales que el abuso de las pantallas generan, en especial durante la infancia y la adolescencia.
Mar España analiza en el libro cómo la masiva digitalización está afectando a la privacidad, a la salud, al neurodesarrollo o a los valores éticos, y hasta cómo afecta esa dependencia y ese sometimiento al libre albedrío y a la capacidad que tienen los seres humanos de tomar decisiones de una manera voluntaria y consciente.
Incide por eso en la importancia de que las personas tomen decisiones sobre su propia vida que las liberen «de la trampa de los algoritmos y patrones adictivos» y de la necesidad de tener la mente siempre ocupada y atraída hacia el consumo infinito de los entornos digitales.
Que el 60 por ciento de los niños duerman con el móvil le parece «una salvajada»; como le parecen señales de alerta suficientemente graves las tasas históricas de consumo de ‘hipnosedantes’, el aumento de las enfermedades mentales entre los menores de edad, o que niños de 9 años estén ya consumiendo pornografía y distorsionando así la educación sexual. «Nos incitan a consumir de todo y sin parar; tenemos los cerebros agotados y cada vez estamos más desconectados del corazón».
Mar España señala las herramientas que ya existen para poner coto a esto, y que parten del plano personal y familiar, para retrasar por ejemplo la entrega de móviles a los niños, que pasan por la ‘autoevaluación’ para conocer la relación que cada uno tiene con las pantallas, por imponerse límites y tiempos de desconexión; que incluyen el plano legislativo, para imponer normas que garanticen la ‘salud digital’; o la propia autorregulación de la industria.
«Sabemos el daño que están generando lo patrones adictivos y el uso excesivo de las pantallas, como sabemos el daño que provoca el tabaco o el alcohol», ha aseverado, y ha reclamado medidas desde el ámbito sanitario y educativo para desterrar el uso de dispositivos móviles en la escuela o para protocolizar, en los controles sanitarios que pasan los niños, medidas para detectar si hacen un consumo digital saludable y concienciar a las familias, como se hace con el alcohol o las drogas, del daño de la hiperconexión.
Recuerda en su trabajo que los adultos fumaban delante de los bebés, conducían sin cinturón o incluso habiendo bebido alcohol; lo hace para mostrarse convencida de que también dentro de unos años se percibirá el cambio de paradigma que ha de experimentarse en el consumo de los dispositivos digitales y los servicios de internet, porque se acabarán imponiendo los derechos «y nuestra propia humanidad».
Mar España, que además de en la AEPD ha tenido responsabilidades en los ministerios de Educación, de Trabajo, y de Hacienda, en la oficina del Defensor del Pueblo o en el Instituto de la Mujer, analiza los efectos que el consumo masivo de pantallas está ocasionando en la salud, y entre ellos el de la adicción, y pone de relieve varios datos: en España, un 35 por ciento del tiempo que las personas están despiertas lo dedican a ver algo en alguna de pantalla, y acuden a mirar el teléfono móvil una media de 142 veces al día.
Alerta de cómo el uso problemático de internet puede afectar a la salud mental, provocar depresión, baja autoestima, problemas de fluidez verbal, distorsiones cognitivas o un sentimiento agravado de soledad y de aislamiento, y plantea a lo largo de la obra varios ejercicios para que los lectores puedan discernir si están haciendo un uso saludable de internet o si, por el contrario, lo están utilizándolo de una forma patológica. EFE
(Recursos de archivo en www.lafototeca.com Cód. 22161919 y otros)