Si alguien le hubiera dicho a Hyacinth Tucker que 2022 sería un gran año para ella, no lo habría creído. La pandemia de coronavirus había paralizado su negocio de eventos, se acababa de divorciar y necesitaba sumar ingresos desesperadamente: trabajaba como conductora en una aplicación, cuidaba mascotas y hacía cualquier otra tarea para ganar unos dólares. Por eso, cuando una amiga le pagó US$20 para que la ayudara con el lavado de su ropa, descubrió un rubro con potencial. Tiempo después, lanzó su propio servicio de lavandería en Maryland, Estados Unidos, con el que hoy gana miles de dólares al mes.
De un favor casual a una amiga, a un negocio rentable
Tres años atrás, Tucker visitaba a una amiga cuando notó el caos que reinaba en la casa. Había ropa sucia esparcida por todos lados, una situación que avergonzó a su anfitriona. A modo de chiste, su amiga le dijo que necesitaba “un hada madrina” que se llevara todo y lo lavara. Y ella se ofreció a hacerlo. Como agradecimiento, su amiga le pagó US$20.
Días después, durante una reunión de madres en el colegio de su hijo, mencionó al pasar lo que había hecho. Las demás mujeres se mostraron interesadas de inmediato. “¿Estás lavando? ¿Puedes venir a lavarme la ropa?’”, recordó que le dijeron en diálogo con The Guardian.
Así, les pasó una hoja y una lapicera para que quienes quisieran que le lavara su ropa, anotaran su nombre y su dirección. Creía que solo iba a tener unos pocos pedidos, pero cuando le devolvieron el papel, los encargos ocupaban las dos carillas. Así supo que tenía un negocio entre manos y se lanzó a crear su emprendimiento.
A partir de esa experiencia, contrató a dos conductores y comenzó a retirar la ropa para lavar por las casas. Si bien reconoció que al principio no sabía qué hacía y tomaba encargos a gran distancia, logró forjar una clientela importante.
Al mismo tiempo, se dedicó a difundir su negocio: la mujer mandó a hacer remeras con el logo de su negocio “The laundry basket”, repartió tarjetas personales y se anotó en eventos de emprendedores para aprender a gestionar su nueva empresa.
Obstáculos financieros: cómo los superó
Tucker contó que intentó conseguir un préstamo bancario para sostener el crecimiento, pero se lo negaron. Entonces recurrió a préstamos con tasas elevadas, pero pronto descubrió que no eran lo que necesitaba.
Así, comenzó a presentarse en concursos de emprendedores. Participó en 18 certámenes y ganó varios. “Mi historia realmente impactó a la gente”, afirmó.
Gracias a esos premios y subvenciones, reunió más de US$100 mil en dos años. Luego sumó inversiones de personas cercanas.
The Laundry Basket: una empresa con impacto social
Hoy, The Laundry Basket lava hasta 3175 kilos de ropa al mes. Tucker dirige un equipo de tres personas y su empresa no solo atiende a clientes particulares, sino que colabora con organizaciones sociales. Se alió con una ONG de Baltimore y lavan ropa donada que luego se distribuye en refugios.
En 2024, la emprendedora fundó el Laundry Basket Institute, una iniciativa educativa para formar trabajadores en la industria de la lavandería y la limpieza en seco. A través de este programa, ya capacitó a cinco estudiantes. Se enfoca en personas que enfrentan dificultades para acceder al empleo tradicional, como jóvenes que salieron del sistema de cuidado estatal, personas con antecedentes penales o discapacidades. “Puede ser una trayectoria profesional estable, sostenible y empoderadora”, expresó.