Bruselas, 20 may (EFECOM).- La Comisión Europea quiere que los desembolsos del próximo presupuesto de la Unión Europea para 2028-2034 estén condicionados a que los países implementen una serie de reformas e inversiones pactadas con Bruselas, con lo que sigue el modelo del fondo de recuperación poscovid.
«Cada tramo de financiación será desembolsado cuando se logren los objetivos acordados. Sabemos que este es el mejor incentivo para lograr que se hagan las cosas», ha dicho este martes la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula Von der Leyen, en la Conferencia Anual sobre Presupuesto.
Von der Leyen ha esbozado las líneas maestras de la propuesta para el Marco Financiero Plurianual (MFP) que la Comisión presentará oficialmente en julio y que busca -ha explicado- que el presupuesto sea más coherente con las prioridades comunitarias, llegue más rápido y fácilmente a los beneficiarios, y sea más flexible para responder a imprevistos.
La política alemana ha confirmado que Bruselas prevé inspirarse del enfoque de planes con hitos y objetivos utilizado en el fondo de recuperación y que el próximo presupuesto tendrá una «nueva estructura» centrada en «asociaciones nacionales y regionales para inversiones y reformas».
Ha matizado así la idea esbozada en febrero de organizar las cuentas en torno a un «único plan nacional» de gasto, que había sido muy criticada por las autoridades regionales y la Eurocámara.
Ha añadido que las autoridades locales «deben estar profundamente implicadas en el diseño de reformas e inversiones porque cada territorio tiene sus propias necesidades específicas».
Von der Leyen ha incidido además en que la Política de Cohesión y la Política Agraria Común, que representan juntas más del 60 % del presupuesto, seguirán teniendo un lugar «central» en las próximas cuentas, aunque se «modernizarán».
Sin embargo, Bruselas prevé fusionar en un único Fondo de Competitividad varios de los programas destinados a este área, en particular los que invierten en sectores estratégicos, de modo que los promotores de proyectos, ya sean empresas, universidades o investigadores, puedan acceder a los fondos usando una única vía y con reglas estandarizadas.
Para Von der Leyen el presupuesto debe ser «sencillo de entender» y de «utilizar» puesto que hay «muchas empresas que sencillamente no se molestan en solicitar fondos europeos porque es demasiado complejo, lento y costoso»; y se quejan de que tienen que lidiar con un «desconcertante número de programas».
Sin embargo, ha precisado que el programa de investigación y ciencia, Horizonte Europa, seguirá siendo una partida independiente.
La Comisión Europea quiere además que el presupuesto tenga más flexibilidad para responder ante imprevistos o innovaciones, ya sea el desarrollo de la Inteligencia Artificial o los cada vez más frecuentes fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones o terremotos, frente a la situación actual en la que el 90 % de los fondos están preasignados desde el principio y el margen de flexibilidad apenas representa un 4 % de los mismos.
«El próximo presupuesto tiene que ser menos rígido, debe equilibrar las inversiones a largo plazo con la capacidad de adaptarse a nuevas realidades y también ser capaz de actuar como fuerza de respuesta ante emergencias», ha defendido Von der Leyen.
Asimismo, Bruselas está trabajando en propuestas para crear nuevas fuentes de ingresos propios para el presupuesto comunitario, ya que a partir de 2027 los Estados deberán devolver la deuda emitida para el fondo de recuperación Next Generation y «está claro que los presupuestos nacionales solos no pueden llevarse la peor parte», ha precisado.
El actual MFP está dotado con algo más de un billón de euros, el equivalente al 1 % de la renta nacional bruta de los Veintisiete, y se financia sobre todo con las contribuciones de los Estados miembro y con algunos ingresos propios, como los derechos de aduana. EFECOM