Madrid, 18 may (EFE).- Momentos de la jornada 37 de LaLiga EA Sports:
Al Barcelona le pasó factura la resaca de la celebración del título liguero entre semana. Perdió su primer partido en LaLiga del 2025 antes de recibir el trofeo de campeón sobre el césped del Estadio Olímpico Lluís Companys. Mientras que los jugadores barcelonistas junto a su presidente, Joan Laporta, extendían la fiesta del campeón, en otra zona del campo los jugadores del Villarreal también celebraban su particular logro.
Los futbolistas de Marcelino García Toral saltaban en uno de los fondos, donde estaban ubicados los seguidores del Villarreal que se desplazaron para ver vencer a su equipo por tercera vez en las cuatro últimas visitas a la casa del Barça. Mientras en el estadio de Montjuic se coreaba el «campeones, campeones» dedicado a los barcelonistas, sus rivales celebraban su regreso a la Liga de Campeones una vez certificado el quinto puesto de la clasificación. Todos posaron con una pancarta de la ‘orejona’ que rezaba: ‘La aldea quiere la Champions’.
A los doce minutos el partido en el Ramón Sánchez-Pizjuán, que ya se disputaba en un clima extraño por la gran ausencia de aficionados en la primera parte como protesta ante la presidencia y directiva del club, cambió el rumbo por una decisión arbitral que lamentó el Sevilla. Badé era expulsado por agarrar en carrera a Kylian Mbappé, cuando el francés se dirigía hacia la portería rival.
El colegiado Mateo Busquets Ferrer interpretó que era el último hombre y las protestas del jugador como de Joaquín Caparrós en la pausa para refrescarse por la temperatura, alegando la posición lateral de la acción, sirvieron de poco. Por si fuera poco Isaac Romero, que entraba tras el descanso, duró menos de tres minutos en el partido. Una dura entrada a Tchouaméni, llegando tarde y lanzándose con los tacos arriba cazando al rival, convertía en un imposible el partido para su equipo. Mbappé, para acariciar el trofeo de máximo goleador y acercarse a la ‘Bota de Oro’, y Jude Bellingham, firmaron el triunfo de la honra madridista con LaLiga perdida.
«No me merezco tanto cariño», confesó con su habitual humildad Imanol Alguacil tras un baño de masas en su adiós a la Real Sociedad en el Reale Arena. Agasajado antes del inicio en el centro del campo, recibiendo una insignia de oro y brillantes del presidente del club, Jokin Aperribay, con un tifo en el lateral del estadio con una imagen para el recuerdo. Reflejó el grito del técnico tras ganar la Copa del Rey, en sala de prensa, cuando levantó una bufanda al aire y cantó desde el corazón.
La identidad de un técnico querido por todos que ha decidido cerrar un ciclo. Alejarse para volver con nuevas ilusiones en el futuro tras sentir una despedida que aseguró le llenó más que ganar títulos o cualquiera de los logros de tantos años al mando de la Real. Sus jugadores le dedicaron el triunfo ante el Girona, le mantearon, y la imagen para el recuerdo la dejó Alguacil recorriendo el estadio al completo chocando palmas con seguidores de las primeras filas, posando con pancartas, dando abrazos y haciéndose fotos. Un final inolvidable.
No lo pudo celebrar como merecía la ocasión Raba. Un testarazo preciso que de inicio fue anulado por posición antirreglamentaria y minutos más tarde concedido desde el VAR tras varias revisiones. El delantero partía al borde del área en posición legal y su tanto es clave para que el Leganés llegue con opciones de seguir en Primera a la última jornada.
El abrazo tardío, con menos efusividad tras la espera, no restó importancia al gol de Raba en casa de un recién descendido como la UD Las Palmas. Defendió con uñas y dientes la victoria cinco meses después lejos de Butarque el Leganés, al que los resultados perjudicaron por los triunfos que dieron la salvación al Alavés y el Getafe, pero con la posibilidad de jugarse todo en el último capítulo liguero con el Espanyol. Ambos en casa y ante equipos ya descensidos. Frente al Real Valladolid en Butarque y Las Palmas en el RCDE Stadium.
Liberado de tensión competitiva desde hace jornada en LaLiga ya con el Mundial de Clubes en la cabeza, el Atlético de Madrid es capaz de firmar goleadas brillantes en el Metropolitano como actuaciones para el olvido de visitante. Frente al Real Betis, con Manuel Pellegrini reservando titulares para su final europea, tocó abrazarse a la brillantez al ritmo de Julián Álvarez.
El delantero argentino ha cumplido con las expectativas en su primer curso de rojiblanco, asumiendo el liderazgo goleador que antes ejercía Griezmann. Firmó una falta perfecta a 30 metros de la portería. Un golpeo perfecto de diestra a la escuadra. El primero de un doblete que incluso mereció aumentar. Hubo espacio goleador para Ángel Correa en un día especial. Por si había alguna duda sobre su futuro quedó despejada por su despedida del Metropolitano que reconoció su década de rojiblanco. El adiós emocionado de un jugador que siempre se dejó todo por la rojiblanca.
El sufrimiento tocó a su fin para dos equipos que se vieron cerca del descenso. El Alavés lo logró con un tanto de récord para Kike García. De penalti, en casa del Real Valladolid, con el que a sus 35 años firma la temporada más goleadora en Primera división. Ejemplo de lucha que se extendió al equipo de Vitoria y referente con sus trece goles claves para lograr el objetivo de la permanencia.
En caída libre estaba el Getafe que, de golpe, vio de cerca lo impensable con un calendario asequible del Leganés las dos últimas jornadas (ante equipos ya descendidos) y enfrentándose a dos rivales en buena dinámica, Mallorca y Celta. No le hizo falta esperar porque Arambarri extendió su racha como jugador decisivo marcando su décimo tanto para acabar con la agonía y diez horas sin gol. Uche con un derechazo ponía el broche en la isla mientras José Bordalás respiraba con alivio. EFE