La Iglesia Católica expresó su firme rechazo a los recientes episodios de violencia ocurridos durante las manifestaciones de jubilados frente al Congreso de la Nación.
Estas movilizaciones, que se realizan cada miércoles, tenían el objetivo de visibilizar el reclamo por la insuficiencia de los haberes jubilatorios frente al creciente costo de vida. Esas protestas fueron apoyadas en las últimas semanas por sectores políticos opositores, del kirchnerismo a la izquierda.
De hecho, la semana pasada, el padre Francisco “Paco” Olveira fue uno de los participantes de la protesta y protagonizó una refriega con efectivos de fuerzas de seguridad que evitaron un corte de tránsito, con la aplicación del protocolo antipiquetes.
En un comunicado oficial, la Comisión Nacional de Justicia y Paz y la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Iglesia Católica Argentina hicieron un llamado urgente al diálogo como herramienta fundamental para abordar esta problemática.
“La violencia nunca es la respuesta ante el ejercicio del derecho a reclamar que reconoce nuestra Constitución. Pero esa violencia es mucho más grave cuando se ejerce contra quienes reclaman por una injusticia grave, como la de reducir los haberes jubilatorios de nuestros mayores”, expresó la Iglesia, cuyo reclamo es aún más significativo cuando quienes lo ejercen son personas mayores que enfrentan una situación de vulnerabilidad debido a la precariedad de sus ingresos.
En este sentido, repudiaron enérgicamente el uso de la fuerza contra los manifestantes, calificando esta acción como “un agravante de la injusticia que ya padecen los jubilados”.
El comunicado también incluyó un pedido explícito para que se suspendan todas las formas de represión hacia quienes se movilizan en busca de justicia. Las comisiones insistieron en que el diálogo debe ser el camino prioritario para resolver los conflictos sociales, especialmente aquellos que afectan a sectores tan sensibles como los adultos mayores.
En este contexto, recordaron las palabras del papa Francisco, quien advirtió que una sociedad que margina a una parte de sí misma no puede garantizar la paz ni la estabilidad a largo plazo, independientemente de los recursos políticos, policiales o de inteligencia que se implementen.
El mensaje de las comisiones también destacó la importancia de valorar a los ancianos como un “tesoro” de la sociedad. Y enfatizaron que, lejos de ser desatendidos, deben ser protegidos y atendidos con urgencia, especialmente en un contexto donde su número aumenta y, al mismo tiempo, se enfrentan a mayores niveles de abandono. Citando el Salmo 71,9, “No me rechaces en el tiempo de mi vejez”, el comunicado apeló a la sensibilidad de la sociedad en su conjunto para priorizar las necesidades de este grupo etario.
En relación con las demandas de los jubilados, las comisiones instaron a convocar a todos los sectores representativos de la comunidad para buscar soluciones concretas a la delicada situación que atraviesan. Este llamado al diálogo inclusivo busca garantizar que las decisiones que se tomen reflejen un consenso amplio y respondan de manera efectiva a las necesidades de los afectados.
El pronunciamiento de la Iglesia Católica Argentina se produce en un contexto de tensión con el Gobierno, donde las manifestaciones de los jubilados han adquirido mayor visibilidad debido a la persistencia de sus reclamos y la participación de sectores políticos contrarios a la gestión de Milei. Las protestas -en las que llegaron a participar barras bravas- generaron fuerte debate en la opinión pública. Por un lado, la oposición puso de relieve la necesidad de garantizar los derechos de los adultos mayores y de abordar de manera integral las problemáticas que enfrentan. Pero desde el Ejecutivo advierten que los ingresos de los jubilados vienen siendo deprimidos desde hace años y que en el último año, en dólares, tuvieron una leve recuperación.
En su declaración, las comisiones reiteraron que la violencia no solo es inaceptable, sino que resulta especialmente grave cuando se dirige contra quienes buscan justicia frente a una situación de inequidad. Este mensaje busca sensibilizar tanto a las autoridades como a la sociedad en general sobre la urgencia de actuar con empatía y responsabilidad hacia los sectores más vulnerables.
El llamado de las comisiones a priorizar el diálogo y a cesar la represión refleja una postura clara en defensa de los derechos humanos y de la dignidad de los jubilados. En un contexto donde las demandas sociales se intensifican, este posicionamiento busca promover una respuesta basada en la justicia y el respeto, recordando que el bienestar de los adultos mayores es un indicador clave del compromiso de una sociedad con sus valores fundamentales.