La mandarina se posiciona como una de las frutas más consumidas debido a su sabor y presencia abundante en los mercados. Sin embargo, mientras la pulpa suele aprovecharse al máximo, la cáscara termina con frecuencia en la basura, a pesar de contener múltiples propiedades que pueden ser benéficas para la salud.
Una alternativa para aprovechar la cáscara
Según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, la cáscara de mandarina puede utilizarse en la cocina como saborizante natural, sazonador e incluso como base para aceites. No obstante, también es posible consumirla mediante una infusión, especialmente si se combina con canela.
Esta bebida, conocida popularmente como té de cáscara de mandarina con canela, puede ser una aliada para la salud durante las épocas frías, cuando suelen aparecer malestares estomacales y respiratorios.
Beneficios digestivos de la infusión de té de canela y mandarina
En esta época del año, muchas personas experimentan problemas digestivos debido al exceso de alimentos durante celebraciones. En este contexto, la infusión de cáscara de mandarina puede ser útil para contrarrestar molestias como la indigestión y el estreñimiento.
Un estudio de la Universidad Central de Venezuela reveló que la cáscara de mandarina contiene una mayor cantidad de fibra dietética y flavonoides que otros cítricos, lo que contribuye a mejorar la salud intestinal y facilitar el tránsito digestivo.
Mejora la circulación y depura la sangre
Además de favorecer el sistema digestivo, esta infusión también ha sido relacionada con mejoras en la circulación sanguínea. Investigaciones de la Universidad de Western Ontario demostraron que el consumo de cáscara de mandarina ayuda a regular los niveles de colesterol y azúcar en la sangre.
Este efecto se debe a la presencia de flavonoides, compuestos vegetales que favorecen el flujo sanguíneo y ayudan a mantener la sangre libre de impurezas, contribuyendo al bienestar cardiovascular.
Apoyo al sistema inmunológico
Durante los meses fríos, las infecciones respiratorias se vuelven más comunes. El té de cáscara de mandarina con canela ofrece propiedades antimicrobianas y antioxidantes que pueden reforzar el sistema inmune y prevenir resfriados.
Además, al contener vitamina C, esta infusión incrementa las defensas del organismo, aportando un beneficio adicional en temporadas de bajas temperaturas.
La incorporación de canela en esta bebida potencia sus efectos. Esta especia es conocida por estimular la producción de enzimas que mejoran la digestión y por su capacidad para reducir la inflamación tras comidas copiosas, lo que la convierte en un complemento ideal para la cáscara de mandarina.
Ingredientes para preparar la infusión
Para disfrutar de esta bebida en casa, se recomienda reunir los siguientes ingredientes:
- 2 mandarinas.
- 500 mililitros de agua.
- 2 varas de canela.
- Endulzante al gusto (como miel o dátiles).
Proceso de preparación
La preparación de la infusión es sencilla y puede realizarse en pocos pasos:
- Lave y desinfecte bien las mandarinas antes de retirar la cáscara.
- Evite tomar la parte blanca del interior, ya que puede aportar un sabor amargo.
- En una olla, hierva el agua.
- Agregue las cáscaras de mandarina junto con las varas de canela.
- Deje hervir durante 15 minutos para extraer las propiedades.
- Apague el fuego y deje reposar la bebida por 5 minutos adicionales.
- Cuélela antes de servir y endulce según su preferencia.
Si bien la infusión puede ofrecer beneficios para la salud, es importante recordar que no sustituye tratamientos médicos. Además, algunas personas podrían presentar reacciones adversas por intolerancia o alergias a ciertos componentes.
Por este motivo, se recomienda consultar con un profesional de la salud antes de incorporar este tipo de preparaciones a la dieta habitual, especialmente en personas con condiciones médicas específicas.
El té de cáscara de mandarina con canela representa una alternativa natural para mejorar la digestión, fortalecer el sistema inmune y apoyar la circulación. Su preparación casera permite aprovechar partes de la fruta que usualmente se descartan, promoviendo un consumo más consciente y funcional durante el invierno.