Federico Álvarez Castillo no es de los empresarios que calla lo que piensa. Nunca lo fue. Su CV de emprendedor serial lo llevó a atravesar gobiernos, modelos económicos y las distintas cotizaciones del dólar. En los 80 creó varias de las marcas que lideraron el mundo de la moda, como Mango, Soviet, Motor Oil, Bowen, y también junto a su exmujer le dio forma a Paula Cahen d’Anvers.
Ya en 1995, cuando el mundo se debatía por el efecto tequila y la crisis mexicana, volcó su diseño al mundo de los autos y le dio forma al Renault 19 Colección. También a Car One, la compañía que nació como un nuevo concepto en la venta de autos usados en la Argentina y que fue fundada por Manuel Antelo. Entre 1998 y 2003, cuando las marcas argentinas protagonizaban las grandes ventas a los fondos de inversión, estuvo a cargo de International Brand Group, donde lideró Emporio Armani, Polo Ralph Lauren, Lacoste y Kenzo, y las nacionales Paula y Coniglio.
Después de 2003, cuando la economía argentina salía de la crisis de 2001, apostó a un segmento que estaba abandonado tras el éxodo de las grandes marcas de lujo: el de indumentaria para hombres. Así nació Etiqueta Negra, el grupo que hoy lidera al que sumó Etiqueta Negra (mujer), Gola (una licencia inglesa de ropa y zapatillas) y su marca de deco Quiu. En su mano a mano con LA NACION habla de todo: desde la época en que tuvo que exportar limones para vender ropa hasta su actualidad, donde busca ser el primero en mover los precios a la baja dentro del mundo de la moda.
-¿Por qué decidiste bajar los precios?
-En realidad, hace más de un año que no los subimos. Pero creemos que es lo que verdaderamente corresponde. Decidimos bajar los precios. Nos adecuamos a la nueva normativa de los aranceles y se los trasladamos al consumidor. En promedio los bajamos un 10%, que es algo totalmente inédito. Te digo en promedio porque de nuestra ropa hay alguna que llega de China, otra de Portugal o de Italia, y tienen distintas calificaciones y distintos tipos de producciones.
-Pero qué los llevó a tomar la decisión… ¿es por un tema de consumo?
-No, para nada. Mirá, nosotros tenemos un margen histórico. La gente cree que como somos premium la ropa es cara y se debe imaginar que los dueños somos todos multimillonarios. Pero eso no es verdad.
-Podés decirme el margen neto de la compañía…
-Sí. Totalmente porque nuestra compañía es transparente. Nosotros tenemos un margen neto de entre el 10 y el 15%. Hay que tener en cuenta que nuestros costos incluyen una carga de impuestos muy alta, más la llave, más la masa salarial. Y ese margen es cuando hacemos todo bien. Porque en los casos de compañías que se quedan con prendas al final de temporada y salen a liquidar, su rentabilidad se destroza.
Nosotros tenemos un margen neto de entre el 10 y el 15%. Hay que tener en cuenta que nuestros costos incluyen una carga de impuestos muy alta
Federico Álvarez Castillo
-¿Por qué tomaste la decisión ahora?
–Nosotros queremos que al país le vaya bien y a nosotros también. Nuestro margen histórico es el que queremos mantener. No tenemos ni ganas ni necesidad de más y a su vez nos apasiona competir. No somos nuevos en esto.
-Están abriendo un nuevo local en Nordelta, tienen planes de remodelación de varias sucursales. ¿Por qué ahora?
-Hoy tenemos 30 locales entre propios y franquiciados de Etiqueta Negra hombre y mujer, y otros cinco de Gola. Somos un grupo argentino y creemos que bajar los precios es lo que corresponde. Además, entiendo que todo el mercado va a bajar sus precios y queremos anticiparnos a la competencia.
-¿Lo hacen también por las marcas nuevas que vienen a la Argentina?
-La verdad, no. Es cierto que vendrán muchas; Armani, Massimo Dutti y otras tantas suenan como posibles desembarcos, pero no va por ahí. La nueva realidad del mercado local va para mejor. A mí muchos me dicen “agarrate” pero no lo creo.
Somos un grupo argentino y creemos que bajar los precios es lo que corresponde. Además, entiendo que todo el mercado va a bajar sus precios y queremos anticiparnos
-¿Por qué?
-Porque vengo de muchos años donde me era imposible planificar. Era una economía signada por la incertidumbre, eran condiciones y un marco económico que eran un total delirio. Muchos tipos de cambio, todo desordenado, era un delirio en el que vivíamos.
-¿Y ahora?
-Es mucho mejor. Imaginate que en los últimos años estuvimos viendo cómo sobrevivíamos, trabajando no creativamente sino como sobrevivientes. En administración hacíamos malabares. Una empresa de moda tiene su gran capital, que es la creatividad, y nuestra energía estaba puesta en los cambios de regla constantes. La única constante era que todo el tiempo te cambiaban las reglas. Al punto que tuvimos que exportar limones para poder importar ropa. Si querés importar, tenés que exportar exactamente lo mismo en dinero. Exportás limones y me compensás, te decían sin sonrojarse desde el Estado.
-Hay muchos de su rubro con miedo hoy por las importaciones…
-Yo no tengo miedo. Es el riesgo empresarial. Estoy dispuesto a correrlo porque es lo que corresponde. No tengo que tener el riesgo país como mi parámetro sino al mercado, a mi cliente. El empresario tiene que trabajar creativamente para poder tener un producto competitivo que sea aceptado. No estar haciendo malabares por las nuevas trabas o las variables de tipo de cambio y decisiones que nunca compartí.
-Por otra parte se generan muchos mitos respecto de los precios…
-Es así. Te doy un ejemplo de un auto para que te des una idea de lo que pasa en todos los sectores. Si vos en la Argentina un auto que cuesta en origen US$100.000 lo traés acá, pasa a US$165.000 sólo por el peso de los impuestos. En Chile lo que importás a 100.000 te cuesta 105.000. Ese peso de 65 por ciento más es la carga impositiva local. Sigue siendo cara la Argentina y creo que la búsqueda de este gobierno va a ser seguir bajando la carga impositiva y veo la intención de llegar. Por eso hay que cambiar el chip y entender que estamos en un nuevo país.
El empresario tiene que trabajar creativamente para poder tener un producto competitivo que sea aceptado. No estar haciendo malabares por las nuevas trabas o las variables de tipo de cambio
-¿Cuánta gente emplean en la Argentina?
-Con todo el grupo tenemos unas 250 personas y estamos por abrir un nuevo local en Nordelta. Estoy con toda la energía puesta en competir, que es lo que sabemos hacer. Hoy hay un cambio de paradigma y estamos decididos a ser parte.