RIO DE JANEIRO.- En una operación sin precedentes realizada el sábado pasado, la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) logró incautar una embarcación semisumergible —un tipo de “mini-submarino” artesanal comúnmente utilizado por organizaciones narcotraficantes— en la región de la isla de Marajó, en el estado de Pará. Según las autoridades, la nave habría sido utilizada para transportar cocaína hacia Europa, empleando rutas fluviales clandestinas para eludir la vigilancia estatal.
El operativo contó con el uso de tecnologías avanzadas, como herramientas de inteligencia artificial, imágenes satelitales de alta resolución y aeronaves de vigilancia equipadas con sensores especializados. Estos recursos permitieron a la FAB monitorear y mapear desplazamientos inusuales en la densa y compleja red hidrográfica de la Amazonas, donde el crimen organizado aprovecha el terreno difícil y el aislamiento para operar con discreción.
Durante una misión de reconocimiento, aviones modelo R-99 —plataformas aéreas desarrolladas específicamente para tareas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento— detectaron estructuras navales camufladas entre galpones ribereños y movimientos logísticos atípicos en rutas estratégicas de la región. Los datos recopilados por sensores instalados en estas aeronaves y por satélites en órbita fueron compartidos con la Policía Federal, lo que permitió coordinar una acción terrestre para interceptar la embarcación.
De acuerdo con la FAB, el aislamiento geográfico de la isla de Marajó —uno de los mayores archipiélagos fluvio-marinos del planeta— ofrece condiciones propicias para que el crimen organizado implemente soluciones logísticas cada vez más sofisticadas con el fin de burlar los controles estatales y garantizar el envío de drogas al exterior.
La operación brasileña fue desencadenada a partir de un caso reciente ocurrido en Europa: en marzo de este año, autoridades portuguesas interceptaron una embarcación del mismo tipo, cargada con cocaína, en aguas del Atlántico. A partir de ese hallazgo, la FAB y la Policía Federal intensificaron su cooperación, cruzando imágenes orbitales y datos electrónicos recopilados por medios aéreos brasileños. Este trabajo conjunto permitió identificar rutas fluviales clandestinas, posibles puntos de construcción artesanal de los narcosubmarinos y el destino transatlántico previsto por los narcotraficantes.
Los narcosubmarinos, también conocidos como semisumergibles, son embarcaciones de fabricación artesanal diseñadas específicamente para el transporte clandestino de drogas, en especial cocaína. Aunque su nombre sugiere que pueden sumergirse por completo, en la mayoría de los casos solo navegan semihundidos, con apenas una escotilla visible sobre la superficie del agua, lo que dificulta su detección por radares y patrullas aéreas.
Estas embarcaciones, construidas con fibra de vidrio, madera y metal, suelen operar con una tripulación reducida y pueden transportar entre una y siete toneladas de droga en largas travesías fluviales y marítimas, muchas veces rumbo a América Central, el Caribe, Estados Unidos o Europa.
La complejidad de su diseño y la autonomía que ofrecen —gracias a grandes tanques de combustible y, en ocasiones, tecnología de navegación por GPS— reflejan la creciente sofisticación de las redes del narcotráfico. La reciente detección de un narcosubmarino en la región brasileña de la Isla de Marajó, durante una operación inédita de la Fuerza Aérea Brasileña y la Policía Federal, confirma que estas rutas clandestinas se están expandiendo hacia nuevas regiones.