Craig Mod ha recorrido más de 700 kilómetros a pie por la península rural de Japón, pero su travesía más profunda ha sido hacia el interior de sí mismo. Autor, ensayista y fotógrafo, Mod ha convertido las largas caminatas —de hasta 40 días, cubriendo entre 20 y 40 kilómetros diarios— en un método de autodescubrimiento, sanación y conexión con los demás.
Su historia, relatada en una extensa conversación en The Rich Roll Podcast, es un testimonio de resiliencia, búsqueda de identidad y reflexión sobre la vida contemporánea, la cultura japonesa y el sentido de comunidad. La experiencia de Mod, marcada por la migración, la adopción y la superación personal, ha tenido incluso un impacto inesperado en la economía y la percepción de ciudades rurales japonesas.
Caminatas como cartografía interior: motivaciones, reglas y aprendizajes
Para Craig Mod, caminar es mucho más que ejercicio físico. “Caminar es más que ejercicio. Es, en realidad, una cartografía interior, un mapa para el alma”, afirma. Hace quince años comenzó a realizar largas travesías a pie, pero fue hace seis años cuando estableció las reglas que hoy rigen sus recorridos: sin redes sociales, sin noticias, sin música ni podcasts, y con la premisa de conectar con desconocidos en el camino.
“Sin redes sociales, sin noticias. Básicamente, nada que te saque del momento presente”, explica Mod, quien considera que eliminar estas distracciones incrementa la atención y el enfoque.
Durante estas caminatas, Mod busca hablar con tantas personas como sea posible y “dar testimonio de la mayor cantidad de vida vivida posible”. El idioma no es una barrera, ya que tras 25 años en Japón domina incluso los acentos rurales. Su objetivo es recopilar “arquetipos de posibilidad“, pequeñas muestras de cómo se puede vivir bien en contextos diversos.
Cada día, se impone el reto de retratar a alguien antes de las 10 de la mañana, lo que le obliga a entablar contacto humano y a documentar historias que, en muchos casos, están a punto de desaparecer debido a la despoblación y el envejecimiento de las zonas rurales japonesas.
La metodología de Mod incluye una dieta informativa restringida y la escritura nocturna: tras caminar durante horas, dedica varias más a redactar y editar fotografías, a menudo compartiendo sus experiencias en boletines temporales. Esta disciplina, según relató en The Rich Roll Podcast, le ha permitido descubrir reservas insospechadas de energía creativa y física, y le ha enseñado que la incomodidad y el esfuerzo sostenido son catalizadores de atención plena y autoconocimiento.
Reflexiones sobre la cultura japonesa: comunidad, “yoyu” y el valor del artesano
Vivir en Japón ha permitido a Mod observar y experimentar diferencias profundas respecto a Occidente. Uno de los conceptos que más le ha marcado es el de “yoyu“, que describe como “tener el espacio en tu corazón para aceptar a alguien más”.
Para Mod, este término va más allá de la empatía y se traduce en una abundancia de espacio interior para acoger al otro y responder a la adversidad. “Tener una estructura social que sea capaz de elevar a los artesanos… eso es… simplemente tener ese ambiente en la sociedad de una manera que no se trate del dinero y realmente no se trate del estatus”, reflexiona.
Mod destaca el sentido de “suficiencia” que impregna la sociedad japonesa, donde la línea de lo que es “suficiente” está bien definida y la brecha entre clases es mucho menor que en Estados Unidos. Ejemplifica este fenómeno con la figura de Jiro, maestro de sushi reconocido como “tesoro nacional viviente”, quien opera un pequeño local en una estación de metro y lleva una vida humilde, pero es reverenciado por su maestría.
Este respeto por el artesano y la pervivencia de negocios familiares —cafés, librerías, talleres— en ciudades como Morioka, son para Mod signos de una comunidad cohesionada y de una economía local resiliente.
El contraste con la cultura estadounidense es notorio. Mod recuerda su infancia en Connecticut, en un entorno postindustrial marcado por la precariedad y la ausencia de redes de apoyo. En Japón, en cambio, percibió desde su llegada que “todos estamos cuidados por algo más grande que todos nosotros”, una sensación de pertenencia y protección colectiva que influyó decisivamente en su decisión de quedarse.
El impacto de Morioka: de la crónica personal al fenómeno mediático
En 2023, el nombre de Craig Mod saltó a la esfera pública japonesa tras recomendar la ciudad de Morioka al New York Times para su lista anual de “52 lugares para visitar”. La publicación situó a Morioka en el segundo puesto, solo detrás de Londres, lo que provocó un “efecto récord” en la ciudad.
Según relató Mod en el podcast, la reacción local fue de asombro y celebración: “Entré, abrieron las puertas y parecía una escena de película. Eran enormes, como cámaras de televisión… y pensé: “¿Qué está pasando?”
El impacto económico se estimó en alrededor de 100 millones, aunque Mod subraya que su motivación no era el reconocimiento personal, sino la oportunidad de explicar por qué Morioka le había fascinado: la vitalidad de sus negocios independientes, la calidad de vida, la existencia de una comunidad activa y el acceso a servicios como el seguro nacional de salud.
Infancia, adopción y migración: la construcción de una identidad
La historia personal de Craig Mod está marcada por la adopción y la migración. Nacido en Connecticut y adoptado por una familia que se separó poco después, creció en un ambiente de carencias afectivas y económicas.
“Mis primeros recuerdos son de cuando me mordió un perro… y de mi padre en ropa interior de Fruit of the Loom comiendo un filete en la mesa y gritando”, recuerda. La adopción, según Mod, dejó una huella profunda en su autoestima y en su percepción de ser “alguien que puede ser desechado”.
La decisión de mudarse a Japón a los 19 años fue, en parte, un acto de supervivencia y autovaloración. “Fue un acto radical de amor propio en algún nivel”, reflexiona. La cultura japonesa, con su visión integradora de la adopción —donde es común que artesanos o propietarios de negocios adopten a sucesores para continuar el legado familiar—, le ofreció un nuevo marco para reconstruir su identidad y su sentido de pertenencia.
Sanación, autovaloración y el reencuentro con la madre biológica
El proceso de sanación de Mod incluyó una lucha prolongada contra el alcoholismo, que alcanzó su punto crítico a finales de sus veinte años. La ruptura con una pareja y la sensación de vacío le llevaron a sustituir el alcohol por el running y, más tarde, por las caminatas de larga distancia.
“Me di cuenta de que no puedo simplemente dejar de beber. Tengo que reemplazarlo con algo que me dé un propósito para no beber”, explica. La terapia, la escritura y el contacto con mentores y amigos —como John McBride y Kevin Kelly— fueron fundamentales en su recuperación y en el fortalecimiento de su autoestima.
Hace quince meses, Mod vivió un giro inesperado al reencontrarse con su madre biológica tras una búsqueda facilitada por pruebas de ADN. El encuentro, en Chicago, le permitió reconstruir la narrativa de su origen y descubrir una nueva familia, incluida una hermana menor.
Mentores, caminatas grupales y el valor de la comunidad
La influencia de figuras como John McBride y Kevin Kelly ha sido decisiva en la vida de Mod. McBride, quien lleva décadas recorriendo rutas históricas japonesas, le enseñó el arte de “elevar” a las personas a través del lenguaje y la presencia.
Kelly, por su parte, coorganiza con Mod caminatas grupales de una semana en distintos países, donde la conversación y la reflexión colectiva se convierten en herramientas de crecimiento personal. “Pasar 7 días, casi 24 horas al día… con estas personas, por donde caminas y tienes estas conversaciones tan profundas en la cena… la gente está llorando”, describe Mod sobre estas experiencias.
Las caminatas grupales y solitarias han permitido a Mod crear una red de amistades profundas y recopilar “arquetipos de posibilidad” sobre cómo vivir bien. La atención plena, la generosidad y la resiliencia son valores que, según Mod, se cultivan y refuerzan en estos espacios de encuentro y movimiento.
Atención plena, resiliencia y estructuras para la creatividad
En la etapa final de su relato, Mod reflexiona sobre la importancia de crear estructuras simples que favorezcan la atención plena y la creatividad. Recomienda, por ejemplo, mantener el teléfono fuera del dormitorio y reservar las mañanas para actividades sin conexión digital.
“Saca tu teléfono de tu habitación… tus mañanas estarán libres de teléfono. Y te garantizo que surgirá una rica creatividad que surgirá de forma natural”, aconseja.
Las caminatas, la escritura y la vida en Japón han permitido a Mod encontrar un sentido de abundancia y pertenencia, tanto en la comunidad que ha elegido como en la familia que ha descubierto.
Su historia es un testimonio de cómo la búsqueda de identidad, la resiliencia ante la adversidad y la atención a lo cotidiano pueden transformar no solo una vida, sino también la percepción de un país y sus comunidades.