De participante de Combate, el reality de destreza de elnueve, a conductor de un formato internacional como La Voz Argentina (Telefe) en tan solo diez años, no se puede discutir que Nicolás Occhiato (32) supo construir de cero su lugar en los medios de comunicación. Y, sobre todo, supo consolidarlo, especialmente si se tiene en cuenta que, en 2021, fue el creador del canal de streaming LuzuTV, acaso el más exitoso del país hasta la fecha.
En el medio, este oriundo de Villa Luzuriaga (de ahí el nombre de su emprendimiento audiovisual) incursionó al frente de distintos programas de cable, radio y televisión abierta, de tres ediciones de los Martín Fierro digital, y conquistó a un público más popular como participante del Súper Bailando 2019, el certamen de Marcelo Tinelli que lo consagró como ganador junto a la bailarina Flor Jazmín Peña, su actual pareja.
En la previa al estreno de una nueva temporada de La Voz Argentina, que llegará a finales de junio a la pantalla de Telefe, Occhiato habló con LA NACION del desafío de reemplazar a Marley después de cuatro temporadas, las comparaciones con Marcelo Tinelli, las críticas de Mario Pergolini y su enfrentamiento con Migue Granados en la batalla del streaming. Y, claro, la importancia de su familia y sus amigos en este camino, así como la compañía de su novia, de quien asegura estar “embobado”.
-¿Cómo te llegó la propuesta de conducir La Voz, después de cuatro ediciones que lideró Marley, y qué te llevó a aceptar?
-Lo último que había hecho en televisión había sido El último pasajero, acá en Telefe, y después estuve totalmente abocado a Luzu y a mi programa, Nadie dice nada, pero siempre venía hablando con Darío [Turovelzky], con Guille [Pendino] y con Fede [Levrino]. Ellos tenían ganas de que yo hiciera algo acá en el canal. Pero eran todas charlas en el aire y la verdad es que tampoco tenía tiempo ni había algo que me llamara, porque además de conducir mi programa en Luzu, estoy todo el día ahí laburando para los otros programas. Hasta que un día me dijeron “Che, te queremos ir a ver allá a la oficina”. Fueron y me dijeron: “Tenemos ganas de que hagas La Voz”. Mi reacción fue: “Ah, bueno, pará”. No me imaginaba, la verdad, que esa era la propuesta. Para mí es el formato más lindo, más sano, totalmente emocionante de ver. Yo lo veía con mi familia en mi casa. Me encantó cuando me dijeron que era eso, y encima aceptaron cuando les propuse hacer esta alianza con Luzu. Dije: “Bueno, listo, están todas las condiciones dadas para hacer este proyecto”.
-Cuando hacías televisión, ¿hacer un programa así era un sueño para vos?
-Cuando recién arranqué en esto, mi sueño máximo era conducir en el prime time de Telefe. Pero, un formato como este, te soy sincero, ni me animaba a soñarlo, era más de lo que podía soñar. Y de la forma en que se termina dando, porque antes hice mi camino en el streaming con mi emprendimiento propio. Y ahora, pude desembarcar en el canal de televisión más importante de nuestro país no solo como conductor, sino con mis compañeros de streaming, como Santi [Talledo] y Momi [Giardina], que son parte de mi programa. Y además pude generar un negocio en conjunto con mi empresa. Por eso, ver a Telefe y Luzu juntos no me deja de sorprender y de emocionar, me parece una locura hermosa.
-Sos de los que creen que la televisión no murió ni va a morir.
-Soy un fiel creyente de que la televisión no murió ni está cerca de eso. Hoy sería imposible un formato como La Voz en otro lugar que no sea la televisión abierta, o incluso Gran Hermano. Por un tema de costos, de infraestructura, por el nivel de producción, es imposible hacerlo en streaming. Además, este es un programa recontra federal, más de lo que pensaba, ahora que lo estoy haciendo, porque conocés no solo las voces más lindas del país sino también a sus familias, sus historias. A través del canto conocés historias muy argentinas de verdad. Por estas cosas digo que para mí la tele no murió y está más viva que nunca.
¿Qué le aporta Luzu a Telefe en esta alianza, y viceversa?
-La gente que lo ve a través del streaming es gente que por ahí no va a prender la tele, entonces es ampliar el público y hablarle a otra audiencia, y hacerlo de la forma que lo quiere ver el del streaming y de la forma que lo quiere ver el que mira desde la tele. Yo siento que va a ser un formato y un producto muy grande a nivel audiencia. Mi objetivo es que sea el programa más visto de la tele y del streaming.
-Y como conductor, ¿cómo estás atravesando este desafío? Porque es un formato específico, internacional, que tiene un timing diferente a lo que vos hacés y que requiere de una sensibilidad especial.
-Es un desafío y lo tomo también como un aprendizaje dentro de este oficio. Espero ser un mejor conductor cuando termine de hacer este formato. A mí se me da muy bien el entretenimiento, el humor, y lo que más me gusta es distribuir el juego y hacer brillar a los demás. En esta ocasión, por lo menos en esta primera instancia de audiciones a ciegas, me toca más lo emocional, el acompañar a las familias de los participantes. Algunos vienen muy arriba y me divierto con ellos, pero otros llegan muy emocionados o shockeados, y es tocar esa fibra que como conductor hay que tener, así que me desafía encontrarla. Son historias muy distintas y tengo que estar ahí presente, conectar, porque si no conecto con esa familia, si no los miro a los ojos y veo qué les sucede, no pasa nada. Siento que es como meditar.
-¿Meditar?
-Esto se lo comentaba a Flor, mi novia, la semana pasada. Siento que estoy meditando porque por un lado estoy muchas horas sin el celular, que es lo primero que nos distrae a todos, y por el otro estoy solamente pensando en lo que está pasando y en esa familia que está en ese momento. Es entender que está su hijo ahí enfrente de Lali, de Luck Ra, de Miranda! y de La Sole. La Voz es un formato en el que todo el tiempo están pasando cosas, o yo tengo que hacer que pasen cosas. Es un desafío y estoy aprendiendo y disfrutando un montón, y me estoy pudiendo emocionar con esas familias. Mi objetivo es ser parte de cada una de esas familias todo el tiempo.
-¿Tuviste alguna preparación particular antes de empezar con las grabaciones, más allá de tu experiencia como conductor?
-La verdad es que no tuve tanto tiempo, pero me hubiese gustado. Es eso que te digo, desde la primera grabación, mirar mucho a los ojos, conectar, ponerme en ese lugar en el que he estado en otros momentos de mi vida, donde estaba cumpliendo mis sueños. También me sirve muchísimo hablar con Flor, que viene del palo artístico y me permite entender lo importante que es para un artista mostrarse a todo el país, tener a otros artistas que admirás adelante tuyo, entender todo ese camino y tratar de conectar desde ese lugar.
-Cuando concursaste en el Bailando generaste esa conexión con el público, gente que conectó con tu historia, con tu familia, con tu abuela. ¿Pensás en eso?
-Todo el tiempo trato de ir a esos lugares. Trato de mirar a los ojos y encontrar en esa mamá a mi mamá, en ese papá a mi papá, en esos abuelos a mis abuelos. Es un ejercicio que trato de hacer todo el tiempo, y ojalá que se transmita.
-Hace un tiempito, Marley estuvo en tu programa e hicieron un pase de comedia muy divertido en el que él dijo que se iba a quedar con tu programa y tus cosas porque vos te quedaste con La Voz. ¿Hablaste con él por privado, le pediste algún consejo?
-Sí, hablé con Marley cuando me llegó la propuesta. Es otro peso muy grande porque es estar ocupando el rol que él ocupó en todas las ediciones anteriores. Para mí, Marley es de los mejores conductores de la historia de la televisión, así que estar ocupando ese rol es un peso importante. Él me aconsejó y, también, mi objetivo es encontrar algo distinto a lo que él venía haciendo, encontrar otros matices y mi propio estilo.
-En su momento, también te compararon con Marcelo Tinelli y él habló muy bien de vos. ¿Qué te pasa con esas comparaciones y cuál es el vínculo que tenés con él?
–Aprendí muchísimo de Marcelo cuando laburé en el Bailando y cuando miraba sus programas como espectador, lo mismo con Guido [Kaczka]. Como dije en ese momento, para mí es un honor que me comparen con él, o sea, estamos hablando de los mejores conductores de la historia de nuestra tele. Si jugara al fútbol me gustaría que me comparen con Messi y con Maradona. Así que ojalá pueda ser el diez por ciento de lo que fue Marcelo en su carrera, un tipo que durante treinta años fue el número uno de la tele. Y con él tengo la mejor, nos vemos cada tanto, comemos asados, charlamos y le pido consejos.
-¿Cómo estás llevando el ritmo intenso de las jornadas de grabación de La Voz y tu trabajo en Luzu?
–Con muy poco tiempo para mi vida personal, pero disfrutándolo un montón. Tengo un equipo bárbaro en Luzu que me está bancando porque los días de grabaciones acá no existo. Por suerte puedo delegar, puedo confiar, y sé que las cosas están pasando como tienen que pasar, y eso me deja tranquilo para disfrutar y hacer bien mi trabajo acá.
-¿Ese ritmo te hace pensar en dar un paso al costado como conductor en Luzu, o todavía no te lo planteaste?
-Sé que es algo que en algún momento puede llegar a suceder, pero hoy por hoy, lo que más me apasiona es estar al aire, el contacto con la gente, el ida y vuelta con nuestra comunidad. El día que no me pase, daré un paso al costado y seguiré produciendo a otros, que es algo que ya hago. Pero creo que hoy, si no estuviese todos los días al frente del programa, lo extrañaría mucho.
-¿Cómo se manejan con tu pareja con esta dinámica de mucho trabajo?
-Por suerte, ella está igual que yo. Ahora está dos veces por semana en el programa porque después está a pleno con los ensayos de La llamada, una comedia musical que va a hacer en teatro. Y también va a ser artista invitada en Fuerza Bruta y está haciendo un taller intensivo de danza a la mañana. Así que estamos los dos recontra tapados de agenda. Digo “por suerte” porque creo que el problema sería si uno estuviera con mucho y el otro, con poco. Igual, nos hacemos nuestros espacios. Por ahí nos encontramos a la noche y dormimos juntos, o el fin de semana tratamos de destinarlo a nuestras familias, vamos juntos a visitar primero a una y después a la otra, y ahí compartimos tiempo. Nos apoyamos mucho. Yo veo todo lo que le está pasando a ella con respecto a esta decisión que tomó de dejar de venir tres veces por semana a Nadie dice nada para dedicarse más a su arte y la admiro muchísimo, porque veo lo que está creciendo, lo que está aprendiendo, veo todas las propuestas que le llegan y lo que está brillando y me parece espectacular. Estoy embobado y con muchas ganas de verla ya en el escenario. Me llena de orgullo.
-¿Siguen sin creer en la convivencia?
-Sí y realmente es un privilegio hoy poder tener cada uno su departamento, porque la mayoría de las parejas a veces no tienen esa opción por un tema económico. Y nosotros, por suerte, por todo lo que laburamos, tenemos el privilegio y hoy lo elegimos así, que cada uno tenga su espacio. Además, yo tengo un perro y ella tiene un gato, y no los podemos llevar a una misma casa. Ya hubo un intento de acercamiento y no terminó muy bien.
-¿Qué cosas le pudiste dar a tu familia gracias a tu éxito, a tu laburo, más allá de lo material?
-Mirá, no soy padre, pero entiendo que para cualquier padre o madre o abuelos, que tu hijo o tu nieto esté haciendo lo que le gusta y encima lo veas feliz, ya es un logro enorme. O esto de que mi abuela a su edad sea reconocida en la calle o le pidan fotos, y eso la llene de vida y de alegría, es hermoso. Pero, así y todo, creo que no es ni el diez ni el quince por ciento de todo lo que ellos me dieron a mí para que hoy pueda estar en este lugar de privilegio, disfrutando de lo que hago. Ojalá pueda darles mil alegrías más.
-¿Son de bajarte a tierra en medio del ritmo vertiginoso?
-Sí, tanto mi familia como mis amigos. Con ellos soy Nico, no soy Nico Occhiato. A mis amigos los veo muy seguido, los fines de semana trato de ir a Luzuriaga a visitar a mi familia. Ahí es, aunque no lo quiera, donde bajás a tierra. Es la casa de mis abuelos donde me crié o la casa de mis viejos donde nací. Ahí vuelvo a ser yo, quiera o no me bajan a tierra y cualquier quilombo superficial que tenga es un cachetazo de realidad.
¿Hacés algún balance o revisión de la batalla del streaming que tuvieron por los pases de un canal a otro, los bots, los números?
-Balance, no sé. Estoy muy contento con todo lo que está pasando, con cómo nos está yendo con cada programa. Hoy en Luzu está quien tiene que estar, y nuestra comunidad no para de crecer. Yo creo que el sistema solo va depurando y me va haciendo tomar las decisiones que tengo que ir tomando. Hoy entrás a Luzu y se vive esa energía tan linda que tenemos y que hace que la gente nos elija. Después, la verdad es que no estoy muy atrás de… Tengo una empresa que en números le va bien, que puedo controlar, con más de 160 empleados. Puedo tener trabajando a gente que admiro, puedo dar trabajo en este momento que es tan importante. Me divierto con la gente que trabajo. Todos los productos que tengo, además de mi programa, me enorgullecen. Les va muy bien en números, cada uno tiene su comunidad, las marcas apuestan. Todo lo que viene después es ego barato que no sirve para nada. Soy el tipo más feliz del mundo con esto que te acabo de decir y no puedo pedir más. Tengo un espacio que lleva el nombre de mi barrio, y hoy por ahí todo el mundo habla de Luzu sin saber que es por Villa Luzuriaga. Todo lo que viene después, no existe.
-¿Por qué a veces se ponen en tela de juicio los números? En su momento, Mario Pergolini dijo que los números de Luzu no eran reales.
-Con Mario, particularmente, cuando dijo eso le escribí. Yo no lo conocía, le abrí mi computadora y le dije: “Mirá, fijate a ver si tenés algo para decirme”. Realmente me dolía que él opine eso siendo una persona que respeto y que me parece demasiado inteligente como para opinar algo así. Así que le abrí mi computadora y no pudo encontrar nada. Pero solo me interesaba ese mano a mano con él. Después, que cada uno diga lo que quiera, nadie puede negar el éxito de Luzu.
-Con Migue Granados tuviste también un cruce fuerte. ¿Hablaron después por privado?
-Nada, no tengo nada que hablar.
-¿Cuáles son las próximas metas de Luzu?
-Ya esto de tener una alianza con el canal más visto de la Argentina me parece una cosa enorme. Y, después, mi objetivo es seguir generando comunidad. Creo que tenemos la comunidad más fuerte que existe, la más linda, y espero que siga creciendo. Los canales de streaming tienen cada uno la suya, y obviamente yo quiero que la mía sea la más grande. Y quiero seguir haciéndole un bien a la gente, seguir haciendo el programa para otro. Que todos los programas tengan esa conciencia de a quién le estamos hablando, para qué le estamos hablando, y que al fin del día quede algo piola del otro lado.
¿Cómo te pasaba a vos cuando ibas en el camión repartiendo pan con tu tío y escuchabas la radio para olvidarte de eso que no te gustaba?
-Exactamente.