El ajo es uno de esos productos que no puede faltar en la cocina del hogar y en los restaurantes del mundo entero, ya que es utilizado en una gran cantidad de preparaciones culinarias. Sin embargo, pocas personas conocen sus propiedades y, sobre todo, sus beneficios para el organismo al consumirlo al natural y en ayunas.
Este ingrediente es rico en compuestos azufrados, como la alicina y el sulfuro de alilo. A su vez, presenta efectos antiinflamatorios, antioxidantes y antimicrobianos. Estos componentes son los responsables de muchas de sus propiedades terapéuticas. Al consumirse en ayunas se genera que su absorción sea más eficiente, lo que potencia su acción sobre el organismo.
Uno de los beneficios más destacados es su impacto positivo en el sistema cardiovascular. El mismo ayuda a reducir los niveles de colesterol LDL y triglicéridos, contribuye a controlar la presión arterial y mejora la circulación sanguínea. Estos efectos lo convierten en un aliado natural para la prevención de enfermedades como la arteriosclerosis, los infartos y los accidentes cerebrovasculares.
También se le atribuyen propiedades digestivas. Consumir ajo en ayunas puede ayudar a estimular el tránsito intestinal, combatir la hinchazón abdominal y reducir los efectos negativos de las toxinas acumuladas en el sistema digestivo. Además, sus compuestos antibacterianos y antivirales refuerzan las defensas naturales del cuerpo, por lo que se lo utiliza como complemento para aliviar síntomas de resfriados, gripe o bronquitis.
A nivel neurológico, algunos estudios señalaron que podría contribuir a mejorar la memoria y la concentración. Esto se debe a su efecto antioxidante, que protege las células cerebrales del deterioro provocado por el estrés oxidativo. Por otro lado, el ajo también posee compuestos que promueven la desintoxicación del hígado y la eliminación de metales pesados del cuerpo, lo que lo convierte en una herramienta valiosa para depurar el organismo de forma natural.
Por último y no por eso menos importante, los compuestos sulfurados del ajo, como la alicina, estimulan las defensas naturales del organismo, lo que aumenta la producción de glóbulos blancos. Esto lo convierte en un complemento eficaz para prevenir infecciones, en especial durante los cambios de estación.
Cómo consumir el ajo en ayunas: paso a paso
Para aprovechar al máximo sus beneficios, se recomienda consumir un diente de ajo crudo y pelado. El mismo debe ser picado o triturado, ya que de esta forma se libera la alicina, su compuesto activo más potente. Lo ideal es ingerirlo con un vaso de agua tibia entre 15 y 30 minutos antes del desayuno. Quienes no toleren su sabor o tengan molestias gástricas, pueden optar por consumirlo acompañado de una cucharada de aceite de oliva, o bien incorporar cápsulas de ajo desodorizado, que pueden comprarse en herboristerías y farmacias.
Si bien el ajo es un alimento seguro para la mayoría de las personas, se recomienda consultar con un profesional de la salud antes de incorporarlo de forma regular en caso de estar tomando anticoagulantes o tener afecciones digestivas severas. Además, su consumo no está recomendado para mujeres embarazadas ni para niños pequeños, debido a la potencia de sus compuestos activos y la posibilidad de generar efectos adversos en organismos más sensibles.