Si la Corte Suprema deja firme la condena a seis años de prisión que pesa sobre Cristina Kirchner en la causa Vialidad y la expresidenta queda inhabilitada para postularse a diputada provincial como anunció días atrás, el Gobierno no podrá polarizar -como analizó en la última reunión de gabinete- con la principal líder opositora en las próximas elecciones, con la idea de “confrontar modelos” como vienen proponiendo en La Libertad Avanza (LLA) a modo de eslógan.
Cerca del Presidente evitaron en las últimas horas hacer cualquier tipo de consideración sobre una eventual resolución de la Corte. En la comitiva que está acompañando a Javier Milei por Europa e Israel aseguraron que “no se habló” de las implicancias de una decisión del máximo tribunal.
“No es nuestro tema. Si la Corte la condena quedará inhabilitada como candidata. Y si no la condena competiremos contra ella”, dijeron a LA NACION muy cerca de Milei.
Cerca del jefe de Estado, de hecho, en las últimas horas advirtieron que “sin Cristina el peronismo no tiene un elector con votos”. Pero en segundas líneas transmitieron el clima que se percibe desde el inicio de la gestión mileísta. Un colaborador oficial apuntó: “Nunca hubo ningún interés con este tema”. Los libertarios no agitan la bandera de “Cristina presa”, una de las diferencias más evidentes que siempre tuvieron con el gobierno de Mauricio Macri.
El Gobierno cree poder sacar provecho de un escenario de confrontación con Cristina. De hecho, en la Casa Rosada esta semana anticipaban una una campaña que contraste “proyectos”, reiterando el eslogan que los violetas ya llevaron en Capital Federal: “kirchnerismo o libertad”.
En una entrevista con LA NACION el jefe del bloque de diputados provinciales de LLA, Agustín Romo, apuntó: “Creo que una condena a Cristina va a fomentar la unión del peronismo. Van a victimizarla y se van a subir a esa narrativa para aprovecharla políticamente”. Consultado sobre si prefería competir con la exmandataria en las urnas o que ella vaya presa respondió: “Las cuestiones políticas siempre se definen en las urnas”.
En caso de que la Corte confirme la condena de Cristina, el Gobierno vivirá coletazos en varios planos. Por un lado, el peronismo -que hoy está atravesado por las internas- podría aglutinarse y volver a movilizarse en las calles como ocurrió en el 2022, tras el pedido de condena a la por entonces vicepresidenta por parte del fiscal Diego Luciani.
Por el otro, se reconfiguraría todo el tablero electoral. Todas las hipótesis que se barajaron esta semana cuando la exmandataria anunció su candidatura en la tercera sección electoral de la provincia volverían a revisarse. Días atrás, los funcionarios libertarios comentaron que, con su anuncio, Cristina “asumió la centralidad” del espectro opositor y desplazó de ese lugar a Axel Kicillof. El Gobierno había dejado de subir al ring al gobernador de la provincia con el objetivo de confrontar en materia de gestión, especialmente por los temas de seguridad.
Las vacantes judiciales
Una inhabilitación de Cristina, en tanto, alteraría otro plano crucial para el Gobierno: el de la negociación de las vacantes que hay en el Poder Judicial, especialmente las dos sillas vacías que hay en la propia Corte Suprema.
Luego de que fracasaran los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, en el Gobierno evaluaron encarar una otra vez una negociación con el peronismo para intentar enviar dos nuevos pliegos para el máximo tribunal, además de proponer un Procurador General (el jefe de los fiscales) y completar las múltiples vacantes que hay en el fuero federal. Pero luego Milei transmitió, puertas adentro, que prefiere que este tema espere a la renovación de la composición del Senado en diciembre, luego de las elecciones de medio término.
Por eso el Gobierno le quitó el cuerpo a las iniciativas para discutir una ampliación de la Corte, como propusieron senadores aliados.
Ahora o más adelante, en la Casa Rosada reconocen que resultará muy difícil conseguir los dos tercios en el Senado para aprobar los pliegos sin un acuerdo con el bloque de Unión por la Patria, donde hasta ahora talla Cristina Kirchner. Si la Corte confirma la condena de la expresidenta, cambiará también ese escenario de negociación.
Un colaborador del Gobierno analizó: “Todo lo que hacen o no hacen los tres jueces de la Corte está vinculado a su preocupación sobre quién va a incorporarse al máximo tribunal y si va a cambiar el eje de poder”. Y agregó: “Quizás este escenario no se hubiera dado si en su momento hubieran votado a Lijo y a García-Mansilla”.