En una consagración que quedará para la historia, diez alumnos del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), provenientes de distintas carreras de ingeniería, se consagraron campeones en Estados Unidos en la competencia CanSat 2025, una iniciativa académica internacional de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) que desafía a jóvenes a diseñar, construir y lanzar un satélite del tamaño de una lata. “Cuando nos mencionaron nos descontrolamos. Fue mucho el tiempo de trabajo, de laburo”, dijo a LA NACION Thomás Marthi, estudiante de Ingeniería Mecánica, desde el auto en el que junto a algunos de sus compañeros regresaba de Virginia a Washington.
Los flamantes campeones se quedaron con el primer lugar entre 34 equipos de todo el mundo. El resto de los primeros cinco de la tabla lo completaron dos conjuntos de Turquía, uno de Taiwán y uno de Canadá, según pudo saber LA NACION. La competencia puso a prueba a equipos universitarios para que desarrollaran un sistema aeroespacial funcional.
“Fueron alrededor de seis meses de mucho trabajo desde que comenzamos con el diseño del satélite”, contó Santino Agosti. El equipo se conformó en noviembre de 2024, pero la tarea más importante empezó a desarrollarse en enero de 2025 con las primeras presentaciones virtuales, desde Argentina, del proyecto que en estos días ya vuelve para el país para ser expuesto en la sede del ITBA.
Desde Estados Unidos, y con la euforia a flor de piel tras la ansiada consagración, otro de los integrantes del equipo, Ezequiel Bolzicco, explicó que el diseño y elaboración del pequeño satélite se dividió de acuerdo a las carreras de cada uno de los jóvenes y sus habilidades técnicas.
“Nuestra idea es que CanSat sea un proyecto que permanezca todos los años en la Facultad”, agregó Bolzicco, entusiasmado con la idea de que cuando este 2025 esté llegando a su fin se conforme un nuevo equipo para competir nuevamente.
“Todos los años va cambiando el objetivo de la competencia. Siempre es la misma base de diseñar un satélite, pero cambian las características. Este año, por ejemplo, debía tener un sistema de aspas para bajar controlado. En 2024 tenía que llevar un huevo que simulaba ser una carga ligera o frágil y tenía que quedar intacto”, explicó el joven estudiante.
El proyecto propuso a los equipos construir un satélite miniatura con un tamaño máximo equivalente al de una lata de gaseosa. La carga útil debía resistir el lanzamiento a bordo de un cohete que lo elevó a unos 700 metros de altura, desde donde se liberó y comenzó su descenso controlado. Durante la caída, el sistema debía cumplir con una serie de objetivos técnicos que simularían etapas clave de una misión espacial real.
Los integrantes del equipo ganador
- Santiago Bolzicco, estudiante de Ingeniería Industrial, Team Leader
- Ezequiel Bolzicco, alumno de Ingeniería Mecánica, Mechanical Team Leader
- Daniela Agustina Maradei Lavalle, estudiante de Ingeniería Mecánica
- Thomás Agustín Marthi, alumno de Ingeniería Mecánica
- Federico Agustín Pilotto, estudiante de Ingeniería Mecánica
- Rafael Dalzotto, alumno de Ingeniería Electrónica, Electronics and Software Team Leader
- Emanuel Agustín Albornoz, estudiate de Ingeniería Electrónica
- Santino Agosti, alumno de Ingeniería Electrónica
- Juan Agustín Martínez Haarth, estudiante de Bioingeniería
- Micaela Soledad Perillo, alumna de Ingeniería Informática