Para llegar a Tingo María, conocida como la ‘Ciudad de la Bella Durmiente’, es necesario cruzar un túnel que enlaza la sierra con la selva central del Perú. Esta construcción forma parte de la Carretera Central, una vía por la que circulan tráileres y camiones que transportan alimentos cultivados en departamentos como Huánuco y Junín.
Por esta carretera también circulan vehículos de empresas de turismo, cuyos asientos son ocupados por personas que llegan a la ciudad de Huánuco con el propósito de conocer sus atractivos y los paisajes que la rodean.
Son precisamente ellos quienes, al cruzar el túnel, advierten los nichos incrustados en las paredes gracias a la indicación del guía turístico, quien suele relatar la historia que rodea a esta construcción, hoy convertida en un atractivo de la zona.
Una muestra de ello es que, tras cruzar el túnel, más de un conductor ha detenido su vehículo para que los pasajeros puedan tomarse fotografías sobre el paso vehicular.
La historia oculta del túnel Carpish
El túnel Carpish se ubica en el distrito de Chinchao, en la provincia de Huánuco. Su construcción tuvo como objetivo mejorar la conexión vial de la región y facilitar el acceso hacia los departamentos de la selva.
Además de marcar el límite geográfico entre la sierra y la selva central del Perú, esta construcción señala el inicio del Santuario de Carpish, una zona natural protegida que alberga y preserva la diversidad biológica característica del departamento de Huánuco.
El nombre del túnel, que tiene una longitud aproximada de 400 metros, proviene de vocablos quechuas que, al traducirse al español, significan “peñasco de la cordillera”. Se trata de una denominación acertada, pues marca el final del camino serrano y el inicio del territorio amazónico.
Una vez al otro lado del túnel, el visitante se encuentra rodeado de una vegetación exuberante, entre la cual sobresalen las orquídeas. El paisaje, por sí solo, causa admiración, pero la impresión se profundiza al descubrir la historia que encierra esta construcción.
Para comenzar, conviene señalar que en las paredes del túnel se encuentran nichos empotrados. ¿Por qué fueron construidos? Para responder esta interrogante, resulta pertinente revisar las declaraciones de Baby Trujillo, un youtuber peruano que cruzó a pie el paso abierto en la falda de la cordillera, con una cámara en mano.
“Un familiar trabajó en este túnel. Él comentaba que el ingeniero pidió diez personas para poder concluir la obra, porque moría mucha gente. Se dice que en los nichos fueron enterradas personas de pie”, relató.
En el video publicado en su canal de YouTube, se observa que el nicho está empotrado de forma vertical en la pared. En la base, hay botellas de plástico que, según el youtuber, contenían aguardiente, una bebida espirituosa utilizada en rituales de pago a la tierra.
En otro fragmento del video se aprecia un segundo nicho con características similares a las ya descritas. En este caso, las botellas fueron reemplazadas por una moneda. En total, identificó tres nichos en una de las paredes del túnel.
En la pared opuesta también se encuentra un nicho con las mismas características, y cerca del final de la construcción, un pequeño altar incrustado en el muro.
Los guías turísticos de Huánuco coinciden con la versión de Baby Trujillo al afirmar que, durante la construcción del túnel, se debía realizar un pago al cerro, lo que habría implicado el sacrificio de personas. Según relatan, antes de estos actos, las estructuras colapsaban.
Los restos de las personas que habrían sido sacrificadas estarían detrás de los nichos empotrados en las paredes. Pero surge una pregunta inevitable: ¿quiénes fueron? Varios guías turísticos afirman que se trataba de indigentes.
Quien se dirige a Tingo María inevitablemente debe pasar por este túnel, resguardado por la imagen del Divino Niño Jesús del Carpish. Diez minutos después de haber cruzado el paso vehicular y conocido su historia, el turista llega al Complejo Turístico Carpish, un espacio que contrasta notablemente con el entorno anterior.
En sus instalaciones es posible disfrutar de platos típicos de la zona, como la trucha a la parrilla. Cabe destacar que el lugar cuenta con una piscigranja, lo que garantiza la frescura del pescado.
En la zona turística también es posible tomarse fotografías junto a estatuas de un dinosaurio, un gorila, una sirena y otras figuras, ubicadas estratégicamente para resaltar la abundante vegetación del entorno.