La novela de misterio que es el “éxito del año” en Francia y que puede ser el ‘best-seller’ del verano: “Cuanto más secreto es algo, más fantasías alimenta”

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Paul Richardot, autor de 'Fragancia'. (Retrato de Maria Rouge/Lumen)

En el año 1985, el escritor y guionista alemán Patrick Suskind publicó El perfume, una novela que inmediatamente se convirtió en un best-seller sin precedentes traducido a más lenguas que ningún otro libro de Alemania. Y es que la historia de Jean-Baptiste Grenouille, el asesino obsesionado con encontrar el perfume perfecto asesinando a jóvenes vírgenes, supuso toda una revolución en la forma de contar una historia… a través del olfato de uno de sus personajes.

Tan impresionante fue la hazaña de Suskind, tan apabullante su éxito, que desde entonces casi nadie se había atrevido con un ejercicio similar. Sin embargo, a principios de este 2025 se publicó una novela escrita por un joven graduado, precisamente, en perfumería, que en menos de seis meses se ha convertido en todo un éxito de ventas y ya cuenta con versiones hasta en diez idiomas diferentes. De hecho, tal fue el éxito de Fragancia (Lumen), que en los medios franceses no tardaron en tildarlo de “éxito del año”.

Cubierta de 'Fragancia', la novela de Paul Richardot. (Lumen)

Volver al pasado con los olores

En su visita a España para presentar la nueva edición en español de su libro, Paul Richardot explica que, pese a estar graduado en la École Supérieure du Parfum de París, escribir siempre había estado presente en su vida, aunque durante un tiempo estuviera “guardado en una esquinita”. Así, recuperó esa parte cuando empezó a trabajar su vocabulario para poder describir los perfumes con los que trabajaba, algo que hacía para su marca La Maison Violet. “Después de hacer todo este trabajo, he acabado escribiendo este libro sobre perfumes… aunque sea todo ficción”.

Fragancia es un libro de misterio, un “thriller olfativo”, como lo describen en la revista francesa Livres Hebdo, donde una misteriosa entidad se dedica a suministrar a pacientes un gas (SMV) capaz de transportarles, gracias a los olores, hasta sus recuerdos más felices. Este psicotrópico, sin embargo, puede tener más usos que van desde utilizarlo como una droga cualquiera a resolver crímenes a través de la recreación de “escenarios olfativos”.

Es en este mundo donde aparece Hélias, un prometedor y sensible aprendiz capaz de detectar e identificar todo tipo de olores para luego reproducirlos a la perfección, algo que le preguntamos a Richardot si, con su formación, sería capaz de hacer. “Yo no tengo tanto talento como él”, empieza excusándose, y aunque añade que tampoco tiene capacidad de atrapar recuerdos a través del olor, sí que puede “poner palabras a los olores que él percibe”.

Hélias acaba involucrándose, sin darse cuenta, en un caso policial que le lleva a explotar al máximo su potencial, al mismo tiempo que sueña con formar parte de una organización dispuesta a todo para mantener su privacidad. “Cuanto más secreto es algo, más fantasías alimenta”, explica el autor. “Lo importante aquí es intentar entender cómo se puede controlar un secreto o cómo se pueden gestionar las historias que se generan en torno a algo que no es conocido”.

La “manipulación olfativa”

Para el escritor francés, Fragancia es también “un espejo de la sociedad en la que estamos viviendo”. Un ejercicio que parte, en primer lugar, de que “la zona en la cual procesamos las emociones y los recuerdos es la misma en la que retenemos y traducimos los olores”. La relación entre el ser humano y el olfato es, así, parte de la propia humanidad, y supone a su vez una poderosa arma que puede usarse para manipularnos.

Plano detalle de unas manos mezclando delicadamente esencias naturales en pequeños frascos de vidrio para elaborar un perfume único y artesanal. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Un ejemplo muy claro de esto es la llamada “manipulación olfativa”. “No sé si esto se hace en España, pero en París hay pastelerías o cafeterías que liberan el olor de cruasanes recién hechos para que la gente que pase los huela y les entren ganas de comprarse un cruasán o algún producto de esa pastelería”, explica, para luego mencionar que “el perfume también es un tipo de manipulación, ya que es como una primera carta de presentación que dice algo de ti”. Así, el olfato es un sentido al que puede aplicarse esa especie de “marketing” que se puede asociar a todo. “Es un poco como ese fenómeno actual que hay ahora con las feromonas… aunque ya te digo que eso no funciona”.

Temas muy actuales

Puede haber, sin embargo, alguien que nos haga creer que sí, y que precisamente —aprovechándose de la desinformación, de esos ya mencionados secretos que alimentan fantasías— procure aprovecharse de la gente. Es por eso que en la novela tiene un peso significativo lo que en Francia se llaman los “influvoleurs, un tipo de influencers que, en vez de influir de una manera normal o positiva, procura robar a sus seguidores. Un fenómeno que conocemos bastante bien en España.

Otros temas que subrayan ese componente actual de Fragancia —y que la diferenciarían sustancialmente de El Perfume, ya que esta es una novela ambientada en el siglo XVIII— son temas como la ansiedad o la violencia sexual. “Desafortunadamente”, incide Richardot, “los temas sociales que nos rodean hoy en día son temas tristes y graves: hay muchísima violencia contra las mujeres, hay muchos complots y mucha manipulación”.

Una idea dividida en dos libros

Así, habrá que ver si en próximos libros sigue desarrollando hasta qué punto el sentido del olfato puede relacionarse o influir en estos y otros aspectos. “La historia de Fragancia la he concebido en dos tomos”, cuenta el escritor, “en este primer libro hablamos de un uso feliz de los olores, de la búsqueda de olores buenos o positivos, pero, ¿qué pasaría si se utiliza la SVM para inducir olores y recuerdos traumáticos?”.

De este modo, Fragancia es solo la primera parte de un universo literario —y olfativo— que pretende demostrar hasta qué punto este sentido está ligado con nuestra identidad, capaz de llevarnos a lo mejor y a lo peor de nosotros mismos.

Además de con Suskind, no han tardado en comparar a Richardot con otro gran escritor joven de best-sellers de misterio en lengua francesa: Joël Dicker. Una comparación que quizá sea excesiva, pero que no impide que Fragancia pueda ser una buena opción para los fans de la novela negra que este verano busquen un thriller distinto, ambientado en un universo de gran potencial y escrito para hacer que el lector pierda el aliento con cada página.

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