El Gobierno cambió el perfil del ajuste a lo largo del año pero aún así pisó los gastos para garantizar un superávit fiscal que le muestre al mercado y al FMI que el equipo económico buscará un resultado en las cuentas públicas más exigente de lo que plantea el acuerdo con el organismo. Este miércoles se conocerá el dato oficial que mirará el staff del Fondo para medir el cumplimiento de metas.
A diferencia de los objetivos de reservas en el Banco Central, de acuerdo a los últimos datos de la Secretaría de Hacienda, la meta fiscal estaba hasta abril más encaminada. En ese sentido, el Ministerio de Economía debía poder demostrar a fines de mayo que el excedente primario -sin contar el pago de intereses de deuda- alcanzó los 6 billones de pesos.
Con los datos acumulados hasta abril, según la Secretaría de Hacienda, el superávit primario fue de $5,2 billones, por lo que requeriría que en mayo haya habido al menos un excedente de $800.000 millones para llegar con lo justo a esa primera meta de referencia. A priori, el objetivo de superávit primario estaba estipulado para fines de mayo, aunque podría quedar aplazada para fines de julio. Por lo pronto, una misión llegará a Buenos Aires en los próximos días.
De todas formas, en el equipo económico confían en que la superarán. Eso se explica porque para todo 2025 el superávit pactado con el Fondo Monetario es de $10,5 billones, lo que equivale a 1,3% del PBI. El Gobierno, no obstante, anunció el mismo día que presentó el nuevo acuerdo con el organismo que la meta fiscal, por iniciativa propia, sería en realidad más exigente que lo plasmado en el programa, por un total de 1,6% del Producto Bruto.
El inicio del 2025 había estado marcado con un primer trimestre de expansión del gasto, principalmente por las jubilaciones que están indexadas a la inflación. Para compensarlo, el Ministerio de Economía apretó las clavijas sobre el fondeo a otras áreas como los subsidios económicos y los proyectos de obra pública. Para el caso de las subvenciones a tarifas de energía, el Gobierno aplicó en los últimos meses una recalibración de la ayuda estatal para que los usuarios paguen una proporción mayor del costo del servicio.
De acuerdo con LCG, el mes de mayo volverá a reflejar superávit fiscal. La consultora recordó que “en los primeros cuatro meses del año, aun con el gasto primario creciendo por encima de los ingresos (8% y 1% anual real, respectivamente), el gobierno pudo mostrar un superávit primario del 0,6% del PBI”.
LCG también explicó que “la brecha entre ingresos y gastos observada en estos meses obedece básicamente a una base de comparación anual muy baja para el gasto”, resultado del ajuste inicial de la gestión y del “efecto desinflación sobre la porción indexada por la fórmula de movilidad”. En este contexto, la consultora consideró probable que esa diferencia se haya acentuado en mayo, debido a “la baja en la recaudación de Ganancias (-41% interanual), alentada por el crecimiento ocasional de mayo 2024”.
Desde el Ieral destacaron el cambio en la composición del ajuste fiscal. Según el instituto, “un 54% del ajuste se explica por la baja en subsidios a la energía; un 37% por la reducción de las transferencias a familias (sin AUH); y un 8% por la merma en las erogaciones de personal”. En contraste, “el resto de las partidas se recuperaron total o parcialmente en lo que va del año”.
El informe del Ieral detalló que la caída en subsidios energéticos no responde tanto a una menor asistencia estatal directa a los consumidores, sino a un cambio en los costos de provisión. En sus palabras, “el menor gasto en subsidios a la energía en 2025 no se debe tanto a la disminución de los subsidios estatales porcentuales que reciben los consumidores, sino principalmente a la caída en los costos de la energía”, producto de “la drástica caída en las importaciones de gas, reemplazadas por producción local a menores costos”.
Por su parte, la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) informó que “durante los primeros cinco meses del año, la Administración Pública Nacional (APN) registró un superávit primario de $7,7 billones y otro financiero de $3,3 billones”. Ambos saldos fueron “inferiores en términos reales a los registrados en el mismo período de 2024 (26,1% interanual y 4,6% interanual, respectivamente)”. Entre enero y mayo, “los intereses de la deuda sumaron $4,4 billones (-36,9% interanual)”.
Nominalmente no es comparable a los informes oficiales de la Secretaría de Hacienda, ya que los reportes oficiales utilizan una contabilidad base caja -lo efectivamente pagado- y los privados observan gastos devengados, es decir los compromisos de pago emitidos, aunque no necesariamente se hayan concretado.
La OPC detalló además que “los ingresos de la APN cayeron 2,4% interanual en ese período” y que en mayo “retrocedieron 17,2% interanual”, interrumpiendo la tendencia de subas registrada en los primeros cuatro meses del año. En paralelo, “los gastos totales cayeron 2,3% interanual” en los primeros cinco meses del año, mientras que “los gastos primarios crecieron 4,2% interanual”.
En la misma línea, la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP) señaló que en mayo “los Ingresos Totales cayeron interanualmente más que el Gasto Total”, modificando la dinámica que se observó en febrero y marzo, cuando “el gasto no sólo mostró crecimientos por primera vez desde noviembre de 2023, sino que además su variación interanual estuvo por encima de la variación de los Ingresos Totales”.
En cifras, el informe de ASAP indicó que “en mayo, la tasa de variación de los Ingresos Totales resultó 9,5 puntos porcentuales inferior a la de los Gastos Totales”, aunque al excluir el efecto del Impuesto PAIS, “esa brecha pasa a ser de 4,3 puntos porcentuales”. En términos acumulados destacó que, impulsados por el ingreso extraordinario de las utilidades del BCRA registradas en abril, el Resultado Financiero y el Resultado Primario fueron “ampliamente positivos ($16,55 billones y $19,92 billones respectivamente)”. No obstante, al excluir esas utilidades, se observan un superávit financiero de $4,35 billones y primario de $7,72 billones.
En tanto, los datos recopilados por la consultora Analytica muestran que en mayo el ajuste sobre los subsidios fue de 62,4%, y en el acumulado entre enero y mayo fue de 60,3 por ciento. Para el caso de la obra pública, el recorte fue de 51% en mayo y de 52,1% en los primeros cinco meses del año. No fueron los únicos dos renglones del gasto que tuvieron podas.
También estuvieron el gasto en personal -salarios públicos- con una caída de 7,1% en mayo y 9,7% en términos acumulados en 2025. En otros programas sociales (por fuera de asignaciones familiares y AUH) el retroceso fue de 12,8% en el quinto mes del año y 20,7% en lo que va del año. Por el contrario, hubo incrementos reales en jubilaciones y pensiones (10,8% en mayo y 20,7% en 2025), mientras que asignaciones familiares y AUH fueron de 39,7% y 24,8%, respectivamente. Estas últimas partidas están atadas a la evolución de la inflación.
