Una momia, que es como se conoce cuando un cuerpo es preservado después de la muerte de forma natural o artificial, es relevante por su valor histórico y científico, además de que son populares por su atractivo cultural, que es ligado en la mayoría de los casos en contextos del antiguo Egipto y las historias de terror.
De hecho, las primeras momias fueron resultado de la conservación natural que se registró en esa nación, porque los cuerpos eran enterrados en la arena seca del desierto.
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Aunque no tiene gran popularidad, en Colombia también existe un lugar reconocido por tener momias, en un descubrimiento que se registró de manera accidental por el traslado de cadáveres.
Se trata de San Bernardo, municipio de Cundinamarca ubicado a 100 kilómetros de Bogotá, en donde hay atractivos turísticos como un paisaje campesino, pero que en los últimos años ha tomado relevancia gracias al mausoleo en el que se exponen.
Por un aspecto que sigue sin ser explicado, en San Bernardo se registra un fenómeno desde los años 60, ya que durante las exhumaciones de cuerpos se ha identificado que la mayoría tienen aspecto de momias, conservando piel, cabello, uñas y rasgos faciales.
Esto fue descubierto en 1963 cuando se registró el traslado de los cuerpos del antiguo cementerio a una nueva ubicación, situación que fue vital para que descubrieran que varios de los cuerpos estaban totalmente conservados.
La tendencia se prolongó, puesto que en los 80 se registraron hasta 50 casos de esa índole por año, por lo que se tomó la decisión de exponer las momias con permiso de los familiares.
Desde hace varios años los cuerpos permanecen en el mausoleo José Arquímedes Castro de la parroquia de San Bernardo, en la que 20 de los cadáveres están en urnas de cristal.
Intentando explicar el fenómeno, expertos han indicado que los ambientes de las bóvedas, están en un clima seco, lo que provoca la deshidratación natural del cadáver.
También se ha destacado la dieta de los pobladores del municipio, que consumen guatila y balú en la mayoría de comidas. Por último, se ha mencionado el modelo de enterrar a los muertos sin fosas subterráneas, como una posibilidad.
De la misma forma, en estudios académicos se ha comparado esto con el sistema de horno solar, puesto que las tumbas expuestas a viento y calor deshidratan el cuerpo de manera paulatina.
La fama del municipio ha provocado que medios internacionales lleguen a San Bernardo para conocer su historia. “En el cementerio de este lugar buena parte de los muertos se convierten en momias por razones aún desconocidas, de modo que la iglesia decidió construir un mausoleo para guardarlas en urnas de cristal, cuando las familias lo permiten, y exhibirlas al público”, es parte del informe de la agencia turca Anadolu Ajansi.
Debido a que no existe una teoría confirmada, en San Bernardo prefieren afirmar que sus seres queridos se niegan a partir del mundo terrenal; versión que ha logrado que las cifras de turismo aumenten en los últimos años.
La entrada al mausoleo cuesta 3.000 pesos, lo que incluye un recorrido que también involucra exposiciones sobre la riqueza agrícola de la zona, la importancia del páramo de Sumapaz y otros aspectos. Este lugar atiende a visitantes de lunes a domingo (a excepción de los martes) de 8:00 a. m. a 4:00 p. m.
Para llegar a San Bernardo desde Bogotá, se trata de un recorrido de alrededor de tres horas que comienza en la salida del municipio de Soacha, por la vía que conecta con el municipio de Granada.
