La provincia de Oxapampa, ubicada en la selva central del Perú, se convierte en un destino imperdible durante el mes de junio. Su clima favorable, su riqueza natural y la celebración de dos importantes festividades la convierten en una excelente alternativa para quienes buscan experiencias culturales, gastronómicas y de contacto directo con la naturaleza.
Además, Oxapampa ostenta el título de “Pueblo con Encanto”, otorgado por el Mincetur, que la reconoce como un lugar de alto valor turístico y cultural. Desde sus reservas naturales hasta sus tradiciones austro-alemanas y amazónicas, esta zona de la región Pasco ofrece una combinación única de historia, biodiversidad y hospitalidad.
¿Por qué junio es la mejor época para viajar a Oxapampa?
Junio marca el inicio de la temporada seca en Oxapampa, lo que garantiza días soleados, cielos despejados y temperaturas que pueden superar los 35 °C. Este clima permite recorrer sus principales atractivos turísticos sin interrupciones por lluvias, lo que favorece tanto al ecoturismo como a las actividades al aire libre.
Durante este mes, el flujo de visitantes aumenta debido a las festividades regionales y a las vacaciones escolares, pero sin alcanzar niveles de saturación. El entorno se muestra en su máximo esplendor: senderos accesibles, ríos caudalosos y paisajes cubiertos por un verde intenso que invitan a la aventura y al descanso.
Las fiestas que se celebran en junio
Durante este mes, Oxapampa alberga dos de las celebraciones más representativas de la selva central:
1. Semana Turística de la Selva Central (21 al 30 de junio): Esta festividad regional es una vitrina para la promoción de los destinos turísticos de las provincias de Oxapampa (Pasco), Chanchamayo y Satipo (Junín). Durante nueve días, los visitantes pueden disfrutar de ferias artesanales, exhibiciones gastronómicas, pasacalles, danzas típicas y concursos que exaltan la cultura local.
El evento busca revalorar las costumbres de la selva central y dinamizar la economía a través del turismo interno. En Oxapampa, diversos espacios públicos se convierten en escenarios festivos donde confluyen tanto la tradición amazónica como la herencia austro-alemana.
2. Fiesta de San Juan (24 de junio)Celebrada en todo el oriente peruano, esta festividad religiosa honra a San Juan Bautista, considerado protector de los pueblos amazónicos. En Oxapampa, se conmemora con rituales en los ríos, conocidos como el “baño bendito”, que simboliza purificación espiritual.
El plato emblemático del día es el juane, acompañado de otros potajes regionales. La música, las danzas tradicionales y las actividades comunales fortalecen la identidad colectiva y el vínculo de la población con sus raíces cristianas y amazónicas.
Atractivos turísticos imprescindibles en Oxapampa
Oxapampa cuenta con una amplia gama de lugares ideales para los amantes de la naturaleza, el turismo rural y la historia viva.
- Parque Nacional Yanachaga-Chemillén: con una extensión de 122.000 hectáreas, protege cuencas y especies endémicas, entre ellas el gallito de las rocas.
- Reserva Comunal Yanesha: creada para conservar la biodiversidad y apoyar a comunidades indígenas.
- Reserva Comunal El Sira: abarca territorios de Pasco, Huánuco y Ucayali. Es hábitat de los pueblos asháninka, yánesha y shipibo.
- Catarata del río Tigre y Manantial de la Virgen: espacios de contacto directo con la naturaleza, ideales para el senderismo y la fotografía de paisaje.
Pozuzo y Villa Rica: entre el legado austro-alemán y el mejor café del mundo
Villa Rica, conocida como la “Capital del café más fino del mundo”, es otro destino imperdible. Su vocación agrícola, basada en el cultivo de café, cacao y frutas, la convierte en un lugar ideal para el agroturismo y la inmersión cultural.
Por su parte, Pozuzo destaca por su arquitectura típica, su historia de colonización austro-alemana y una serie de atractivos como:
- Catarata El Delfín
- Pozas Río Azul de Agua Salada
- Cañón de Huancabamba
- Museo Schafferer y Cementerio de los Colonos
- Iglesia San José y el Puente Emperador Guillermo I
Además, se ofrecen experiencias de turismo vivencial que permiten a los visitantes aprender a ordeñar vacas, cortar leña, preparar platos típicos y participar en bailes tiroleses o prusianos.