El cruce entre los periodistas Pedro Rosemblat y Nicolás Wiñazki sumó un nuevo capítulo. Luego de las duras palabras que intercambiaron la semana pasada, Rosemblat volvió al aire con una extensa respuesta en la que negó haberlo criticado por su físico o religión, y retrucó con una crítica política.
“Parece que si uno lo critica, si hace un chiste con Wiñazki, lo hace porque es gordo y judío, y no porque es justamente Wiñazki”, aseguró el conductor del canal de streaming Gelatina en el inicio de su descargo.
Y continuó: “A mí me da la sensación de que a Wiñazki le gusta mucho ponerse en ese lugar porque es su forma de no hacerse cargo de las cosas que dice y hace. Entonces, apela a la representación de colectivos discriminados como si efectivamente estuviera en una situación de debilidad. Como si fuera un niño al que le hacen bullying por su cuerpo en el recreo, y no un señor periodista con una extensa trayectoria en los principales medios del país”.
La controversia comenzó días atrás en el programa Industria Nacional, donde Rosemblat y su equipo hicieron comentarios irónicos y despectivos hacia Wiñazki, incluyendo burlas sobre su aspecto y la reproducción de una imagen tomada en 2016, cuando el periodista fue agredido por militantes en La Plata. Wiñazki respondió al aire en su programa de A24, habló de “gordofobia” y pidió que tuviera cuidado con “los chicos más jóvenes” que lo siguen.
Este lunes Rosemblat redobló la apuesta y sostuvo: “Los periodistas mainstream de la tele creen que lo que ellos consideran aceptable se puede hacer, y lo que ellos condenan no se puede hacer”.
“¿Chistes con que Máximo es un gordito que juega a la Play? Se puede. ¿Chiste con Wiñazki? No se puede. ¿Chistes con que Baradel puede hacer paro pero es una contradicción porque se nota que no pasa hambre? Se puede”, siguió.
“Hace un periodismo muy berreta”
En otro tramo de su intervención, el conductor lo cuestionó: “No sos gerontofóbico ni infantofóbico. Sos solamente antiperonista, o como lo llamamos cariñosamente nosotros, gorila. Mucho más cariñoso que como lo llama Milei, que les dice mogólicos, ensobrados, hijos de p…, mandriles”.
“El emperador Milei dice que no odiamos lo suficiente a los periodistas. Y yo, la verdad, sinceramente, no lo odio a Wiñazki. Me cae un poco mal, me parece que hace un periodismo muy berreta, que no se hace cargo de los proyectos políticos para los que trabaja, para los que opera, que escribe con los codos y que sus programas son bastante aburridos. Pero la verdad, no lo odio ni creo que él sea el malo y yo el bueno”, sumó.
“Tu preocupación por las minorías violentadas es más falsa que la denuncia que le hiciste al exministro Yauhar, por la cual te condenaron a pagar 600 lucas por inventar una noticia que lo vinculaba con el narcotráfico. Condena de la que te salvó la Corte Suprema, la misma que condena a Cristina”.
Rosemblat negó haberse arrepentido
Casi sobre el final, Rosemblat expresó: “Espero que no se ofenda el colectivo de encargados de edificio, pero sos un vigilante, Wiñazki. Imagino que lo hiciste para sugerir que este medio, Gelatina, existe y se sostiene gracias a la pauta oficial, algo que está más alejado de la verdad que vos. Yo, si querés, te cuento cómo se financia este medio, no tengo ningún problema. Y si querés también podemos hablar de pauta oficial”.
Y se anticipó a la respuesta del periodista: “Confío en que tu astucia te va a disuadir de meterte en ese tema, porque trabajando en el Grupo América y en el Grupo Clarín no te conviene, amigo. Salvo que decidas, una vez más, mentir abierta y descaradamente”.
Por último, el conductor de Gelatina negó cualquier arrepentimiento: “Supongo que lanzaron todo ese dispositivo de redes y de medios para lograr que yo, el lunes, todo quebrado, diga ‘quiero pedir perdón si ofendí a alguien’. Y no, amigo. La verdad que no”. “No lo siento así, porque no siento haber ofendido a ningún colectivo, sino haberte incomodado un poco a vos. A quien no le debo disculpas”, cerró.