La dermatitis atópica (DA) es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que afecta tanto a niños como a adultos, y se manifiesta a través de brotes recurrentes de picazón intensa, enrojecimiento, dolor, costras e infecciones. Si bien no es contagiosa, su impacto cotidiano es profundo: altera el descanso, interfiere con las relaciones sociales, limita el rendimiento en el trabajo o en la escuela, y puede asociarse a cuadros de ansiedad y depresión.
Detectarla a tiempo es clave para evitar complicaciones y comenzar tratamientos personalizados que permitan controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.
Con el objetivo de facilitar el acceso al diagnóstico y promover la atención temprana, se llevará adelante la quinta campaña nacional gratuita de detección de dermatitis atópica, organizada por la Asociación Civil para el Enfermo de Psoriasis (AEPSO), la Sociedad Argentina de Psoriasis (SOARPSO), la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC), la Sociedad de Dermatología Pediátrica para Latinoamérica (SDPL) y la Asociación Argentina de Dermatología (AAD).
“La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel frecuentemente asociada con antecedentes personales y familiares de enfermedades alérgicas como: la alergia alimentaria, el asma, la rinitis. Se la entiende como una enfermedad multifactorial que involucra factores genéticos, ambientales e inmunobiológicos”, afirmó la doctora Susana de Barayazarra (MP 16.120), presidenta de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC).
La experta agregó que “es común en niños, aunque puede persistir o aparecer en la edad adulta. Esta enfermedad ha aumentado en las últimas décadas
Dermatitis atópica: cuándo y cómo acceder a un turno gratuito
Desde hoy y hasta el 27 de junio, las personas que presenten signos o síntomas compatibles podrán solicitar un turno gratuito con un médico especialista ingresando al sitio www.aepso.org o por teléfono al 0800 222 3776, de lunes a viernes, de 9 a 14 horas.
La atención médica efectiva se realizará del 30 de junio al 4 de julio en distintas ciudades del país.
Participan profesionales de diversas provincias, y se espera alcanzar a pacientes que aún no cuentan con diagnóstico o que enfrentan dificultades para acceder a especialistas.
Según relevamientos de las entidades organizadoras, en algunas regiones seis de cada diez diagnósticos se demoran entre dos y cinco años, lo que dificulta el tratamiento oportuno y agrava el impacto de la enfermedad.
Qué es la dermatitis atópica y por qué requiere seguimiento
La dermatitis atópica es una enfermedad crónica que genera lesiones visibles, picazón persistente y alteraciones en la barrera cutánea. Puede afectar la cara, el cuero cabelludo, las orejas, las manos, los pliegues de brazos y piernas, y otras zonas del cuerpo. En muchos casos, se manifiesta en la infancia, pero también puede aparecer o persistir en la adultez.
“El impacto en la calidad de vida de los pacientes con dermatitis atópica es muy alto, ya que atraviesa todo su entorno familiar, laboral y social. Es común en los niños pequeños, pero puede manifestarse a cualquier edad. En nuestro país, se estima que la dermatitis atópica afecta al menos al 10% de los niños y adolescentes, y en cerca de 3 de cada 10 casos, la enfermedad se mantiene en la adultez”, explicó la doctora Carolina Ledesma (MP 2.754), presidenta de la Sociedad Argentina de Psoriasis (SOARPSO).
Cuáles son los síntomas de la dermatitis atópica
Los síntomas pueden incluir piel seca, agrietada y engrosada, erupciones con exudado, oscurecimiento alrededor de los ojos, y lesiones sensibles por el rascado.
Se trata de una afección multifactorial que muchas veces coexiste con otras enfermedades alérgicas.
El síntoma más frecuente y disruptivo es la picazón crónica, que interfiere incluso en contextos cotidianos como la escuela, el transporte o el descanso nocturno. Los datos relevados por AEPSO indican que quienes la padecen tienen tres veces más riesgo de desarrollar depresión y el doble de experimentar ansiedad. Cuando los pacientes califican la intensidad del prurito en una escala del 1 al 10, el promedio asciende a 7,8.
“Las enfermedades dermatológicas no deben considerarse meramente estéticas, ya que afectan profundamente la calidad de vida de quienes las padecen, impactando tanto su salud física como mental, y también influyen en su entorno cercano. Se trata de patologías crónicas, sin cura definitiva, que requieren atención médica continua a lo largo del tiempo. A esto se suma el desgaste adicional que provoca la complejidad del sistema de salud, donde muchas veces acceder a terapias más efectivas y actuales implica atravesar múltiples obstáculos burocráticos”, concluyó la periodista y presidenta de AEPSO, Silvia Fernández Barrio.
Enfoques terapéuticos y necesidad de atención interdisciplinaria
El tratamiento depende del grado de severidad y de las características de cada paciente. Existen casos en los que la enfermedad remite espontáneamente, sobre todo en la primera infancia, mientras que otros requieren tratamientos prolongados.
El diagnóstico temprano permite evitar la progresión del eczema y manejar las comorbilidades asociadas.
“Es una enfermedad que requiere un abordaje multidisciplinario entre el alergista y el dermatólogo, lo que favorece al paciente ya que permite el cuidado de la piel como así también las causas que la genera, garantizando una evaluación precisa y un tratamiento adecuado personalizado para, de esa forma, mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes”, agregó de Barayazarra.
“Este enfoque posibilita la implementación de un tratamiento personalizado y adaptado a las características específicas del paciente, facilitando la mitigación de los síntomas en casos de enfermedad de mayor gravedad y avance. Asimismo, permite la identificación y manejo, cuando sea pertinente, de las comorbilidades asociadas, y en las formas leves, contribuye a prevenir la progresión del eczema”, señaló la doctora Paula Luna (MN 110.953), presidenta de la Sociedad de Dermatología Pediátrica para Latinoamérica (SDPL) y vicepresidenta de SOARPSO .
En los últimos años se sumaron terapias biológicas y tratamientos orales que permiten controlar los síntomas de manera más eficaz. Entre ellos, se destacan los inhibidores de las interleuquinas 4 y 13 y los inhibidores de JAK, que pueden reducir la inflamación, calmar la picazón y prevenir recaídas.
“Hoy en día disponemos de diversas opciones terapéuticas aprobadas para abordar esta enfermedad, que van desde medicamentos orales hasta terapias biológicas. Estas alternativas tienen como objetivo aliviar los síntomas cutáneos, disminuir la picazón y evitar recaídas. Además, es fundamental complementar el tratamiento con la identificación de factores que puedan desencadenar o empeorar la afección, así como con una correcta educación sobre el cuidado de la piel. Cabe destacar que cada tratamiento debe adaptarse a las necesidades específicas de cada paciente”, detalló la doctora Cecilia Civale (MN 122.479), presidenta de la Asociación Argentina de Dermatología (AAD) .