46 años en el exilio: cómo vive hoy Farah Diba Pahlaví, la última emperatriz de Irán que conoció la gloria y la tragedia y sueña con ver a su país libre

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Farah Diba conoció las mieles del poder y los deleites que ofrece una vida de lujos durante las décadas del 60 y 70. En ese tiempo llegó a ser la emperatriz de Irán, en su rol como tercera esposa del último Sha de ese país, Mohammed Reza Pahlaví. Pero en 1979, la revolución islámica liderada por el Ayatola Jomeini terminó con el reinado de Pahalaví y su esposa, que debieron huir del país.

Comenzó entonces para ella y su familia un largo exilio que ya lleva 46 años y que incluye desazones y tragedias, como la muerte de su esposo el Sha y el suicidio de dos de sus cuatro hijos. Hoy, a los 86 años y sin perder la elegancia que siempre la distinguió, Farah divide su tiempo entre sus dos hogares, ubicados en Francia y los Estados Unidos y trabaja en su propia fundación. Pero siempre está atenta a lo que ocurre en su patria.

UNSPECIFIED - CIRCA 1754 La pareja real iraní, el Rey de reyes Mohammed Reza Palavi y su esposa, la Emperatriz Farah Diba en su momento de esplendor (Photo by Universal History Archive/Getty Images)

En recientes entrevistas, la viuda del último Sha de Irán aseveró que continua en contacto con la gente de su país y expresó, aún antes de los últimos conflictos, un deseo y una esperanza para Irán: “Todavía espero que los Ayatolas caigan y el pueblo sea libre”.

Mohammad Reza Pahlavi, Sha de Irán y su esposa Farah Diba durante los primeros días de exilio, en Cuernavaca, México (Photo by Daniele Darolle/Sygma via Getty Images)

La boda de su nieta, su última aparición

La última aparición pública de Farah Diba se dio el pasado 6 de junio, cuando la que fuera emperatriz de su tierra estuvo en París para la celebración de la boda de su nieta Iman Pahlaví. La joven es una de las tres hijas del príncipe heredero Reza Ciro Pahlaví -primogénito del Sha de Irán y Farah- y de su mujer Yasmine y contrajo matrimonio con el empresario estadounidense Bradley Sherman.

Farah Diba y su hijo, el príncipe Reza Pahlaví, pretendiente al trono de Irán. Sus partidarios se refieren a él como Los novios, rodeados por la familia Pahlavi. De izquierda a derecha: Reza, el padre de Imán; una de sus hermanas, Noor; la abuela, Farah Diba; su madre, Yasmine; y su otra hermana, Farah.

La pareja se había casado por civil un mes antes en Nueva York, que es su lugar de residencia, pero ambos eligieron la capital francesa para realizar la fiesta, que se desarrolló respetando la cultura de Irán. Si bien la novia nació en Washington en 1993, hizo honor a la patria de sus antepasados. Además, uno de los cantantes iraníes más famosos del mundo, Arash Labaf, realizó una presentación en vivo en medio de la lujosa ceremonia.

La viuda de Reza Pahlaví no se perdió la ceremonia de la primera de sus tres nietas en casarse, y se mostró feliz entre los invitados. “Les deseo muchos años de salud, felicidad, éxitos, cielos azules y sol”, les dijo la emperatriz a los contrayentes.

La emperatriz Farah Diba Pahlavi con su hijo Reza Pahlavi, en 1976, en Saint-Moritz, Suiza (Photo by Bertrand LAFORET/Gamma-Rapho via Getty Images)

La misma elegancia de siempre

La mujer se presentó en la ceremonia de su nieta ataviada con un traje color marfil, conformado por un pantalón y un saco con un solo botón y flores bordadas en seda en las mangas, hombros y la parte delantera. Llevaba el pelo recogido, y unos aros en forma de flor con diamantes.

Más allá de las amarguras de su vida, Farah demostró, de acuerdo con las imágenes de la boda, que no perdió la elegancia de otros años. Ella conserva ese mismo garbo y lujo en el vestir con los que opacó a la mismísima primera dama de los Estados Unidos, Jackie Kennedy. Fue en 1962, cuando realizó junto a su marido una visita a Norteamérica y lució un despampanante vestido incrustado de joyas con hilados de oro.

A la izquierda, el cantante iraní Arash Labaf, que hizo un show en vivo en la fiesta, junto a Reza Pahlavi, la ex emperatriz de Persia Farah Diba, la princesa Iman y BradleyFarah Diba fue una mujer caracterizada siempre por su elegancia; aquí, espera junto a su marido la llegada del presidente francés Valery Giscard d'Estaing, el 17 de febrero de 1975 en Saint-Moritz, Suiza (Photo by James Andanson/Sygma via Getty Images)

Farah Diba vive actualmente con su tiempo repartido entre París, donde posee un piso palaciego con vistas al Sena y al Grand Palais, y Washington DC.. En esta última ciudad pasa buena parte del año en la mansión de su hijo mayor, Reza Ciro.

La familia sigue siendo un sostén importante para la señora que, luego de ser parte del núcleo del poder iraní, nunca ha podido regresar a su patria.

Jackelin Kennedy, Reza Pahlaví, Farah Diba y John Fitzgerald Kenney en la visita que las majestades de Irán realizaron a los Estados Unidos en 1962

La visita del Sha de Irán a Nueva York en 1962

La fundación de Farah

Desde el año 1976, la exemperatriz iraní está al frente de su propia organización, la Shahabanou Farah Pahalaví Foundation que se dedica, entre otras cosas, a preservar el patrimonio cultural, artístico e histórico de Irán.

Con la salida apresurada del país de 1979, la familia del Sha no pudo sacar consigo muchos de sus objetos más valiosos. Pero tiempo después, varios compatriotas que también salieron de Irán le vendieron o regalaron a la mujer obras de arte y otras piezas del país, que ella albergó en la Fundación.

La emperatriz en un desfile de moda organizado para ella en Berlín en junio de 1967   (Photo by Roland Witschel/picture alliance via Getty Images)TAROUDANT, MOROCCO - En su casa de Tarudant, Marruecos, en julio de 2018(Photo by Luc Castel/GettyImages)

“Pensé que la Fundación podría contar la historia y la cultura de Irán y que un día con suerte, cuando las cosas cambien en el país, todo eso podrá volver a ser como antes”, dijo la exemperatriz hace días, en referencia a la entidad que lleva su nombre.

La fundación también realiza trabajos filantrópicos de diferente tipo, en especial dedicadas al empoderamiento femenino y la educación, a través de becas y premios que se otorgan a quienes, de acuerdo a la entidad, realizan “contribuciones destacadas en el Servicio Público, las Artes y la Cultura, y el Liderazgo Juvenil”.

“Estoy ocupada todo el día”

Los días del exilio de la viuda del último Sha de Irán pasan así entre papeleos de la fundación, el intercambio de llamados telefónicos y correos electrónicos con sus coterráneos. Por un lado, la mujer se define como “cansada” de llevar esa vida a su edad, pero por otro, exhibe el costado favorable de su actividad. Como expresó en la citada entrevista: “Estoy ocupada todo el día, lo cual me alegra porque si puedo hacer algo positivo, eso me da energía”.

Farah Diba con su inseparable compañero Mowgli

En todas sus actividades, Farah Diba se encuentra acompañada por su fiel mascota, un King Charles Spaniel llamado Mowgli. El nombre, en homenaje al protagonista de El libro de la Selva, se lo puso al animal Noor, una de las nietas de Farah. Ella fue, además, la que le regaló ese perrito a su abuela.

La Fundación Shahbanou Farah Pahlavi otorga premios a figuras que se distingan por su aporte al arte, la cultura, el servicio público y el liderazgo juvenil

Un casamiento a todo lujo

La vida de Farah Diba tomó rumbo hacia su destino definitivo en 1959. Fue el 21 de diciembre de ese año, cuando, con apenas 21 abriles, se convirtió en la tercera esposa del Sha de Irán, Reza Pahlavi. La joven conoció al mandatario iraní en París, donde estaba estudiando arquitectura, y pronto sus vidas se unieron.

El día de su boda, celebrada el 21 de diciembre de 1959. Farah llevó una creación de Yves Saint Laurent para Dior, que acompañó con la tiara de diamantes Noor-ul-AinLa boda entre el Sha de Irán y Farah Diba se realizó en diciembre de 1959

La boda fue el epítome de lo fastuoso. Ella deslumbró a su pueblo y al mundo entero con su vestido de Ives Saint Laurent y su tiara de diamantes. Se anticipaba con ese look como una de las mujeres con mayor estilo y charme de medio oriente. Pero eso no era todo, ya que también se convirtió, en su rol como esposa del Sha, en la mujer que ayudó a darle a la monarquía de Irán una estampa más moderna y cercana a occidente.

En 1967, Reza se proclamó como Sha an Sha (Rey entre reyes) y ella se convirtió entonces en Emperatriz. La pareja tuvo cuatro hijos: Reza Ciro, nacido en 1962; Yasmin Farahnaz, en 1963, Alí Reza, en 1966 y Leila, en 1970. Al nacer, recibieron el título de Príncipe o Princesa Imperial.

La ceremonia en que Farah fue nombrada emperatriz de Irán no escapó al lujo y la ostentación que solían exhibir las ceremonias realesJuan Carlos, the King of Spain, visits the Shah of Iran in Tehran, Iran. From left to rigth: Sofia, Queen of Spain; Juan Carlos, King of Spain; Shah Mohammad Reza Pahlavi; and Farah, Empress of Iran. (Photo by michel Setboun/Corbis via Getty Images)

Auge y ocaso de la Revolución Blanca

Con la ayuda de los ingresos petroleros, el matrimonio monárquico puso en marcha lo que se conoció como la Revolución Blanca. Fue un conjunto de políticas para convertir a Irán en un país desarrollado en infraestructura, industria y armamento y con leyes de avanzada para Medio Oriente. Por ejemplo, en 1963 se aprobó allí el voto femenino.

Pero la bonanza también sacó a la luz desigualdades. Mientras sectores de la clase media se beneficiaban en las ciudades con las nuevas medidas, en las zonas no urbanas continuaba la pobreza y la postergación.

Durante el mandato del Sha Reza Pahlavi y su esposa Farah Pahlaví las mujeres pudieron votar por primera vez

A la vez, el régimen también mostraba situaciones de corrupción: la Familia Real, en particular, hacía demostraciones de una exagerada riqueza que ya alcanzaba puntos obscenos. Se sumaba también una pesada burocracia estatal y el recrudecimiento de la represión a cualquier protesta. Todo ello fue generando malestar social.

St. Moritz, enero de 1975, Farah Diba con su marido, el Sha de Irán, y sus hijos Reza, Farahnaz, Leila y Ali-Reza, practicando deportes de invierno/Gamma-Rapho via Getty Images)

Revolución Islámica, exilio y tragedias

En 1979, con la Revolución Islámica liderada por el Ayatola Jomeini, el Sha debió abandonar Irán junto con su familia, ya que estaban amenazados de muerte. Mientras el nuevo líder proclamaba en febrero de ese año la República Islámica de Irán, la familia imperial emprendía su largo éxodo.

Farah Diba realizaba actividades sociales y culturales en su rol como esposa del Sha de Irán y como majestad imperialEl ayatollah Khomeini recibe el saludo de sus seguidores en Irán, cuando regresa luego de quince años de exilio, en febrero de 1979

En Egipto, en 1980, el Sha Reza Pahlaví murió de leucemia. Sería el primer golpe fuerte para un grupo familiar al que la salida del poder afectó de manera contundente. Más adelante, el derrotero de la familia exiliada continuó por Marruecos, México, Bahamas, Panamá y, finalmente, los Estados Unidos.

Pero todavía faltaban tragedias para la familia imperial. Los dos hijos menores de Reza y Farah, Leila y Alí Reza, se suicidaron con 10 años de diferencia. Su madre adujo que el motivo de estos desenlaces tenía que ver con la depresión provocada por la partida obligada de su tierra. Leila se quitó la vida en Londres, en 2001, a los 31 años, con una sobredosis de pastillas. Alí Reza, en tanto, murió a los 44, en Boston, en 2011. “Por un disparo autoinfligido”, dijo la policía.

Farah Pahlavien el funeral de su marido Reza, que falleció en 1980 en El Cairo, Egipto (Photo by Bertrand LAFORET/Gamma-Rapho via Getty Images)Farah Diba en el funeral de su hija Leila, que falleció en 2001

De acuerdo con la revista Hola, la reflexión de Farah Diba ante estas dolorosas tragedias que atravesaron su vida se resume en una esclarecedora frase: “A veces me siento como si tuviera 200 años”.

La relación con sus compatriotas

En estos tiempos, la mujer que ha conocido como pocas personas los picos de la gloria y los abismos del dolor, asegura que no abandonó el amor por su patria, a la que nunca renunció y disfruta cruzarse con sus paisanos en sus diferentes viajes.

Con respecto de los iraníes que están en su país, la mujer expresaba en el periódico inglés The Times, en mayo de este año: “Me envían correos electrónicos con sus números de teléfono. Los llamo, y es muy extraño porque reconocen mi voz y me dicen: ‘Hola, shahbanou (esposa del Sha)’. Y yo les digo: ‘No digas eso’, porque temo que el gobierno los esté escuchando».

Farah Diba Rodeada por su hijo Reza, su nuera y nietas, recordando a quienes ya no los acompañanfarah Diba visita la tumba de su hija Leila, junto a su nieta Noor

“Me alegra mucho seguir viva y escuchar todo esto -reflexiona la exemperatriz-. Como siempre digo, las semillas que se plantan con amor y cariño nunca perecen”.

La señora añade después, en el mismo medio, que mantiene las esperanzas de que el régimen de los ayatolás caiga algún día para dar paso a un Irán “libre y democrático”. En ese sentido, Farah se lamenta: “Es realmente increíble que un país como Irán, con una civilización y una historia tan grandiosas, esté gobernado por esta gente”.

ATHENS, GREECE - JANUARY 16: Farah Diba attends the funeral of Former King Constantine II of Greece on January 16, 2023 in Athens, Greece. Constantine II, Head of the Royal House of Greece, reigned as the last King of the Hellenes from 6 March 1964 to 1 June 1973, and died in Athens at the age of 82. (Photo by Patrick van Katwijk/Getty Images)Farah Diba en 2024, en París, junto al editor Alain de Gourcuff, durante la firma de su libro Farah, en la librería Galignani (Photo by Luc Castel/GettyImages)

Una película sobre su vida

Como corolario de lo que es una vida plagada de episodios destacados, se conoció en los últimos meses que existe un proyecto de llevar la biografía de la exemperatriz de Irán al cine. La directora franco-iraní Emily Atef planea realizar un largometraje basado en Farah Diba.

“Pocos pueden negar que Farah Diba Pahlaví vivió una vida extraordinaria. Desde las alturas de la adoración como emperatriz de Irán hasta las profundidades del desprecio y el exilio por parte de quienes la enaltecieron, la historia de Farah sigue siendo, en esencia, una historia humana”, dijo sobre su personaje principal la realizadora franco-iraní en Deadline.

En mayo de 1965, el Sha de Irán, Mohammad Reza Pahlaví, y la emperatriz Farah Diba realizaron una visita oficial a Argentina; en la imagen es posible ver a la monarca iraní junto a la primera dama de la Argentina, Silvia Martorell, esposa de Arturo IlliaTAROUDANT, MOROCCO - JULY 04: Farah Palahvi,en Marruecos, en 2018 (Photo by Luc Castel/GettyImages)

Por su parte, al opinar del futuro largometraje sobre su vida, la misma Farah expresó en ese medio: “Me interesa que se cuente mi historia a través de un documental y un proyecto con guión, pero quiero que vayan más allá. Quiero mostrar qué es Irán y quiénes son los iraníes. Quiero que hablen de mi país, especialmente de su historia y cultura, que son muy importantes para mí”.

En la mencionada entrevista, la última reflexión de quien fuera la mujer más importante de Irán fue para su familia y su propia patria: “Lo primero que les deseo (a mis familiares) es que tengan una vida feliz. Y también que un día puedan ver su país libre y regresar”.

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