El miércoles 24 de junio, el Departamento de Estado de Estados Unidos sancionó a Giovanni Vicente Mosquera Serrano, uno de los líderes del Tren de Aragua (TdA), una estructura criminal originaria de Venezuela con operaciones en expansión por América Latina. Su posible presencia en la Ciudad de México ha encendido alertas por su capacidad violenta y su rápida articulación con mafias locales.
Según la Oficina para Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley (INL), se ofrece una recompensa de hasta 3 millones de dólares por información que lleve a su captura o sentencia, además, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) lo incluyó en su lista de los 10 fugitivos más buscados, mientras que el Departamento de Justicia lo acusa de narcotráfico y vínculos con actividades consideradas terroristas.
En la capital mexicana, las autoridades observan con preocupación el avance del Tren de Aragua en zonas dominadas históricamente por cárteles locales, su alianza con la Unión Tepito habría fortalecido su capacidad operativa para disputar territorios clave en al menos tres alcaldías, intensificando la violencia ligada a la venta de droga y la trata de personas.
De Venezuela a CDMX, la huella Tren Aragua en las calles de la metrópoli
Durante su cuarto mes al frente del gobierno capitalino, Clara Brugada Molina reconoció, el 4 de febrero de 2025, la presencia del TdA en la capital mexicana, la declaración se dio durante una conferencia sobre avances en seguridad, donde también intervino Bertha María Alcalde Luján, titular de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX), quien recordó la captura de Nubia “N”, ocurrida el 30 de enero, la mujer fue identificada como una de las principales operadoras del grupo venezolano.
El arribo de esta organización quedó evidenciado desde el 30 de julio de 2024, cuando vecinos y autoridades de Tlalpan hallaron los cuerpos de Stephanie “N” y Susej “N”, dos jóvenes migrantes venezolanas que habían llegado a México buscando una vida mejor.
Días después, el 17 de agosto, fueron detenidos Omarys Alexandra “N” y Jesús “N”, posibles implicados en los feminicidios, aunque solo se les fincaron cargos por narcomenudeo y cohecho. Más adelante, el 5 de diciembre, se concretó la aprehensión de Euclides Manuel “N”, alias ‘Morgan’ o ‘Kilin Morran’, presunto líder de una célula del TdA, posiblemente vinculada al doble crimen.
La violencia no ha cesado, el pasado 12 de mayo, en el bar Foro Santa María, alcaldía Cuauhtémoc, un ataque armado dejó dos muertos y tres heridos, según la carpeta FIEDH/2/UI-1C/D/00179/05-2025, obtenida por La Silla Rota.
El mismo medio reveló que detrás del atentado estaba la AntiUnión, banda rival de la Unión Tepito, la cual, en fechas recientes, habría estrechado vínculos con el Tren de Aragua. Diversos reportes criminales indican una disputa en curso entre ambas facciones, centrada en el control de zonas estratégicas como Santa María la Ribera, Plaza Garibaldi, Buenavista, la Rinconada de la Morelos y, más recientemente, Peralvillo.
Pese a las detenciones de varios operadores del TdA, la red trazada desde Venezuela sigue activa. “La mayoría han sido asesinos materiales de mujeres y compatriotas, vendedores de drogas y extorsionadores, pero ningún líder, ni ha habido colaboración, al menos públicamente, con la Embajada venezolana y el gobierno de aquel país”, advierte el periodista Antonio Nieto.
¿Cuál es el origen del Tren de Aragua?
El Tren de Aragua es, según el sitio especializado Insight Crime, la organización criminal más poderosa de Venezuela y la única con presencia consolidada fuera de sus fronteras, su origen se remonta a la prisión de Tocorón, ubicada en el estado Aragua, donde pasó de ser una banda carcelaria a transformarse en un actor delictivo con capacidad transnacional.
El nombre provendría de un sindicato relacionado con una obra ferroviaria inconclusa, pero fue Héctor Rustherford Guerrero Flores, alias “Niño Guerrero”, quien consolidó su estructura y liderazgo dentro del penal.
Durante el tiempo en que Guerrero permaneció preso, Tocorón se volvió una de las cárceles más temidas del país, en parte por la política no oficial del gobierno venezolano de ceder el control de ciertos centros penitenciarios a líderes conocidos como pranes.
En ese contexto, el Tren de Aragua logró acuerdos con otras pandillas que operaban en la región, incluyendo al Tren del Llano. Sin embargo, tras el asesinato del líder de esa banda en 2016, la agrupación liderada por Guerrero ocupó sus zonas de influencia en Aragua y Guárico, de acuerdo con fuentes policiales citadas por el medio ya destacado.
La internacionalización del grupo comenzó hacia 2018, cuando intentó establecerse en la frontera entre Venezuela y Colombia, específicamente entre Táchira y Norte de Santander. En esa región disputó el dominio de los pasos ilegales, conocidos como trochas, con organizaciones colombianas como el ELN y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC). Estos corredores clandestinos son clave para diversas economías ilícitas, como el contrabando, el tráfico de personas y el paso de estupefacientes.
Con el tiempo, las células del Tren de Aragua se fueron consolidando en distintos países y adaptando a las dinámicas delictivas locales, mediante el uso de violencia selectiva, desplazaron a actores previamente establecidos y tomaron control de actividades como extorsión, préstamos ilegales conocidos como gota a gota, microtráfico, secuestros, trata de personas y robos. Cada facción del grupo se especializa en delitos distintos, dependiendo del contexto del país donde opera.